Por otra parte, está el episodio de la afrenta que han hecho al arzobispo católico belga las cuatro feministas del Femen. Lo de menos es que fueran semidesnudas -aunque no soy especialmente partidario de usar el desnudo como arma de protesta y de lucha, allá cada cual que sí lo use para ello-, sino la falta de respeto perpetrada contra el obispo. Este hecho no lo apruebo en modo alguno.
Desde luego, no se puede ser feminista partidaria de la homosexualidad y a la vez católica fiel al Magisterio. Son "bandos" incompatibles, irreconciliables. Empero, la Iglesia católica no digo que esté llena de feministas tan radicalizadas, acaso no, pero desde luego no deja de estar "poblada" de feministas proabortistas, antinatalistas (de hecho, la mayoría de las mujeres jóvenes católicas españolas en la práctica lo son: pocas son las que desean apertura generosa a la vida en sus matrimonios y parejas; ni siquiera las que viven en lo profesional de la Iglesia...).
Entonces, ¿de qué nos quejamos? Yo, que he sufrido la canallada (clericanallada) de haber recibido el ninguneo, el vacío y el desprecio por parte de todos los eclesiásticos de la Iglesia católica que peregrina por España, especialmente por la Diócesis de Canarias, desde hace 9 años en que comencé a pedirles ayuda...
Qué pasada. Tuve el detalle de perder un trabajo por causa del Reino al ingresar al Seminario, me he manifestado como muy deseoso de fidelidad al Magisterio, cultivando para ello una espiritualidad de conversión o encarnación desde hace 25 años (espiritualidad militante que la mayoría de los seglares conocidos por mí que viven en lo profesional gracias a la Iglesia, no saben ni en qué consiste), y además he acumulado una cierta cultura interdisciplinar (literatura, filosofía, arte, cine, teología, movimiento obrero, personalismo comunitario, historia de la Iglesia...), y resulta que cuando he necesitado una ayuda, una mano amiga, un SOS, un auxilio, han pasado miserablemente de mí desde la Iglesia...
En fin. Así las cosas, ¿por qué tendría que preocuparme el que cuatro chicas semidesnudas mojaran con agua al obispo católico belga André-Joseph Léonard? Lo siento por él, por más que otros hermanos suyos en el episcopado de mí hayan pasado sin misericordia. Y en tanto pasaban de mí sin misericordia, han consentido que la Iglesia católica en España se fuera atestando de fieles seglares de mentalidad arribista o advenediza, antimilitante, feminista antinatalista, burocrática...
Un asco. Me han jodido y bien jodido. Por eso me río de la recomendación de alguien como Francisco José Fernández de la Cigoña -que es la de otros tantos integristas que participan en su muy visitado blog-: ante un obispo católico, hacer una respetuosa reverencia, besarles el anillo...
¿Hacer reverencias y besarles el anillo a señores que han pasado inmisericordemente de mí? No tengo madera de santo ni de mártir, creo, o me temo, mas ¿quién la tiene hoy en la Iglesia católica que peregrina por España?
4 comentarios:
Me ha dado mucha pena lo que le han hecho al obispo belga, francamente no entiendo en absoluto este arrebato violento de estas feministas porque si yo no estoy de acuerdo con algo pues me retiro que a nadie ponen una pistola para ser católico.En cualquier asociación o sociedad que pertenezcas también hay normas que hay que respetar y si no lo haces te expulsan.Tampoco estoy de acuerdo en besar el anillo (pienso que lo del anillo es un lujo innecesario y contrario a la doctrina de Cristo)ni en hacer reverencias pues no son seres divinos sino muy humanos y no hace falta hacer esas "parafernalias" para tener respeto a cualquier persona.Deseo de verdad que tu problema se solucione.Saludos
Yo también espero que mis problemas se solucionen. Lo que sucede también es que no pierdo ocasión de criticar la clericanallada que me han hecho. Lo cual es muy discutible, desde luego, muy criticable. Lo admito.
Pero ya trato de que no me afecte "en exceso". Lo que pasa es que me parece tan hipócrita e incoherente lo vivido, lo sufrido, que no consigo asimilarlo, olvidarlo.
Además, es un "signo" que evidencia la decadencia de la Iglesia católica. Con todo, cada vez aludo menos a esos episodios sufridos, por la elemental razón de que no voy a conseguir nada práctico con ello.
Saludos. Nos seguimos viendo.
Hola, los tiempos están cambiando, no me extraña que tu tengas esa forma de pensar, yo también tengo dudas de que la iglesia del siglo XXI lo esté haciendo bien. Bueno hay seguidores para todas las religiones, yo solo opino y no juzgo. Una buena entrada. Un abrazo.
Gracias por tu visita, Lola.
Nos vemos.
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