jueves, 28 de agosto de 2014

"Llámame Ramón"




Nunca consideré maravilloso a Don Ramón Echarren, sobre todo tras el trauma que me causó en octubre de 1979, cuando fui a presentarme con manteo y teja como era preceptivo en aquel entonces, y tras besarle el anillo y decirle "Le presento mis respetos, Sr. Obispo", me respondió "Llámame Ramón". Tuve que tomar aire y respirar hondo, pero uno se acostumbra a todo.

Sin embargo, durante 26 años de coincidencia, la relación fue muy buena, a pesar de que sabía que yo estaba en desacuerdo en algunos temas. Ramón fue exquisitamente respetuoso y noble. No solo conmigo sino con cuantos le trataron. Todo lo contrario de quien le sucedió.


Lo anterior es lo que dice uno de los foristas más brillantes de La cigüeña de la torre, a propósito del fallecimiento del emérito de Canarias, monseñor Echarren, también hijo predilecto de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Uno de los foristas estrella de esta bitácora tan seguida, leída, tan tenida en cuenta en lo concerniente a la información religiosa en español desde la realidad de la Iglesia católica, Canali es sacerdote, militar, peninsular que pasó una partida de lustros en Gran Canaria, destinado como militar, me figuro. Y le agradezco desde luego que siempre que se ha dirigido a mí en algún que otro de los debates concitados en ese blog, lo haya hecho de manera exquisitamente respetuosa. Máxime considerando que yo discrepo en última instancia de la sensibilidad eclesial ultraconservadora de muchos que opinan en La cigüeña... sin por ello tener que estar de acuerdo con los postulados y las críticas de Juan José Tamayo a la Iglesia. Todo lo cual viene a ser la razón de que yo no tuviera nunca mal concepto de Ramón Echarren, ni como persona ni como católico, ni como obispo ni como intelectual apasionado por la sociología, y por el rock y el jazz en sus años mozos, según nos confidenció una vez a un grupito de seminaristas y estudiantes de Teología. supra idem

(Lo que sí me llegó a molestar realmente de él más de una vez fue que no pareciera tener suficientes consideraciones con los no fumadores. Fumaba unos cigarrillos extrafinos y selectos que a él debían parecerle la gloria bendita, perdonen la hipérbole, pero que a mí, secular no fumador, me parecían pestilentes. Una vez lo pasé fatal: yo soy en el fondo tímido, algo cortado, y tuve que soportar, por la vergüenza de no manifestar mi molestia, las dos chimeneas expeliendo humo y más humo de Ramón Echarren y de Julián Gómez del Castillo, fumadores empedernidos -ambos ya fallecidos, ambos ya gozando de la gloria de Dios-, sentados los dos en la misma mesa en que yo me había sentado, no recuerdo a cuento de qué, en lo que debía ser un descanso en el transcurso de alguna jornada apostólica de formación o así).      

De manera que esta que sigue es mi respuesta al P. Canali, mi contribución al diálogo en el mismo hilo:


Enviado por quijotarioxl el Jue, 28/08/2014 - 11:38


El que le sucedió, a monseñor Echarren, P. Canali -usted se refiera a él-, igual es un santo varón, un hombre de Dios, un celoso pastor de la grey que le es encomendada. De mí siempre ha pasado olímpicamente, antievangélicamente, pero por más que me cueste el vivir el Evangelio -que me cuesta: sangre, sudor, lágrimas...-, el mensaje de Cristo es perdón, misericordia: si no la han tenido otros con uno, uno al menos debe intentar tenerla o consentirla con los demás. Con el prójimo.

Comoquiera que sea, me malicio, P. Canali, que igual estamos ante un prelado que también prefiere mantener a excuras gays en puestos de responsabilidad eclesial, al tiempo que desprecia a católicos que, pecadores y falibles, como no podía ser de otra manera, intentan al menos ser coherentes con la fe católica y apostólica en fidelidad al Evangelio, el Magisterio y la Tradición, cultivando una espiritualidad militante o de conversión.

Excuras gays, burócratas antimilitantes, mundanizantes de fe claramente tibia, arribistas solo empeñados en mantener su "parcelita" eclesial que les reporta poder, notoriedad y trabajo, o sea, dinero, un medio de subsistencia... Laicistas de mentalidad funcionarial y de mentalidad antinatalista... A estos me parece que cuida especialmente el nota de obispo sucesor de Ramón Echarren; y a algunos que sé perfectamente que desean ser católicos militantes fieles al Evangelio, la Tradición y el Magisterio, este prelado desprecia, machaca, silencia, posterga, ningunea, anula...

Postdata: reconozco que mis palabras pueden parecer duras, injustas, injuriosas, resentidas, rencorosas. Y lo son, o no me extrañaría que se probase que lo son. Pero en comparación con el desprecio a mi persona y el daño moral consiguiente que han causado a mi vida los responsables de la Diócesis de Canarias, mis palabras son "pecatta minuta", prácticamente nada. Serían en todo caso las propias de una víctima del tantas veces hipócrita, mundano, endemoniante, nepotista e inhumano ejercicio del poder eclesial.

De modo que así las cosas, ¿qué se puede esperar de esta Iglesia mundanizada-endemoniada, pastoreada por una jerarquía salpicada de mediocres, hipócritas y apóstatas?


El distinguido bloguero consideró pertinente borrar la anterior reflexión mía de su bitácora, en la que así su resolución solo pudo permanecer unas horas. Pero aun así, mi reflexión mereció una nota alta del P. Canali, pues no en balde como si cerrara o pusiera la guinda al debate con un "Por circunstancias obvias no acepto su tono, Quijotarioxl, es decir, algunas de sus expresiones, pero estoy completamente de acuerdo con lo que usted dice".


15 de septiembre, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social. 

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martes, 26 de agosto de 2014

"¿Y si leyera y escuchara a Michel Onfray?"

Quién como Dios:


¿Qué tendrán que ver las churras con las merinas, es decir, el considerar el sacerdocio ministerial algo así como en irreconciliable oposición al sacerdocio bautismal común a todos los fieles?

¡No abogo por no respetar a las personas, no abogo por tutear indiscriminadamente a las personas mayores, a la autoridad, a los eclesiásticos, no es esto! Por lo que abogo es porque esas formas de tratamiento protocolario y honorífico, que muy a menudo revelan no espíritu de servicio ni de amor al otro por parte de los eclesiásticos de turno, no se usen para  infravalorar y hasta despreciar a los seglares, en la línea de insuflarle la noción de que es un "subordinado" a la autoridad eclesial a menudo autoritaria.


Dicho de otra manera: si los obispos desean que se les llame eminencias, ilustrísimas y demás, pues que apuesten ellos por tratar a los seglares desde similar respeto.

Un asunto que ha salido aquí. Un obispo como Cases Andreu, que no goza de ninguna simpatía personal por parte mía porque sencillamente ha pasado olímpicamente de mí (de mi vida, de mi dolor, de mi angustia, de mi entrega, de mi generosidad idealista, de mi trayectoria militante misma), es alguien que prefiere "enchufar" como profe de Religión católica a un excura gay activo y casado con un hombre. Prefiere esto al mero gesto de tomarme en mínima consideración a mí. De modo que así las cosas, ¿qué respeto me merece como obispo, si resulta, repito, que este señor prefiere mantener su diócesis atestada de trepas, antimilitantes, meros enchufados, antinatalistas, arribistas, mundanizantes, feministas proabortistas, y en todo momento ha pasado de mí?

Me responderán -seguramente que con no poca razón- que es que confío poco en los designios de la Providencia de Dios, que son inescrutables. Inescrutables, sí: por ello mismo, por esa dimensión inescrutable, Dios permitió que el sacerdote italiano Cesáre Bisognin, ordenado con solo 19 años por una dispensa especial, solo viviera 24 días más como ordenado: falleció antes de cumplir los 20 años de edad. Y yo empero me quejo del trato injusto recibido por parte de ciertas autoridades eclesiásticas, sin aprehender que detrás de esta Iglesia como decrépita, mundanizada, endemoniada, está la Providencia de Dios, para la cual todo lo que sucede en este mundo tiene un fin soteriológico y escatológico: la salvación del hombre, varón y hembra. La salvación del hombre, más allá o más acá de éxitos y conquistas y logros mundanos, pues de qué le vale al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma.idem supra

Por otra parte, como usted mismo comprenderá, Quién como Dios, por denunciar todas estas hipocresías eclesiales, por rebelarme una vez más contra el atropello eclesial de que he sido víctima, y volver a dejar constancia escrita de ello -y ya van 200 veces lo menos de esta mi denuncia, mi queja, mi rabia, mi rebeldía, para no obtener de ellas nada práctico-, lo que voy a obtener es que las autoridades de la Iglesia católica me tomen más clara y contundentemente el número, y acaben pasando más de mí, y me cuelguen más veces el sambenito de non grato.

En su momento confié plenamente en la Iglesia, renuncié a todo, perdí mucho, aposté fuerte. Y empero el "monseñor y los reverendos de turno" me han pagado con el desprecio, la descalificación y el ninguneo.

¿Pero mi deber sigue siendo, según insinúa usted, cuando los vea, a esas autoridades eclesiásticas, hacerles una genuflexión, besar el anillo episcopal, y retractarme de todas mis críticas, denuncias, rebeldías, y al final reconocer que yo he sido el único culpable...? 

Desde luego, no dudo de mi condición de pecador; nunca lo he hecho: no niego mi temperamento, mis fallos no los niego, mis muchos pecados... Pero a veces me parece entender algo del conflicto de Leonardo Boff con la Iglesia: las autoridades, sean eclesiales, religiosas de todo tipo, políticas, de lo que sean, no deben pisotear la dignidad de las personas: la pasión por la libertad, muy en primer lugar, Quién como Dios. Y al mismo tiempo, y a propósito de todo este asunto, Quién como Dios, no sabes las ganas que experimento, insisto que en momentos como este mismo que nos convoca a este hilo, de leer y escuchar a Michel Onfray. Ganas que son muy parecidas a las que a veces experimento por leer y releer a Emil Cioran.


15 de septiembre, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social

"Llámame Ramón, tutéame"

Capeto: 


Yo sé que tú eres mexicano, muy de derechas, lefebvriano (¿todos los lefebvrianos son cismáticos?, ¿hay división dicen que más o menos sectaria entre los lefebvrianos?, ¿los lefebvrianos practican la justicia social desde la opción preferencial por los pobres, o sea, el compromiso por el Reino de Dios y su justicia, sin el cual compromiso no se puede pretender pasar por cristiano?), devoto de la Virgen de Guadalupe... y resulta que estoy de acuerdo con algunas de tus posiciones, de tus opiniones; y alguna que otra vez lo he manifestado, ese acuerdo; cuando creo no estar de acuerdo, procuro callarme, no digo nada, no opino en este blog. 

Y ahora resulta que tú te has pasado un poquito, me parece, encima con algunas malas palabras contra mi persona. En primer lugar porque no soy protestante, ni siento especial simpatía por el protestantismo, ya ves, sin por ello tener que pasarme a la misa según el misal de san Pío V (cuyas excelencias no pretendo despreciar, tranquilo), que parece que es lo único que motiva a los de tu tecla: afirmar a machamartillo, a tiempo y a destiempo, que la misa en latín preconciliar es la única verdaderamente católica, la misa de siempre, y la otra, la conciliar o postconciliar, es protestantizante e hija de Satanás. Con todo, el que yo no sea protestante no me impide reconocer que entre los cristianos protestantes, a pesar de todos sus errores doctrinales, que no niego, hay innúmeros a los que yo, católico, no soy digno de desatar las sandalias, en expresión muy cara del filósofo católico francés Emmanuel Mounier. Por ejemplo, las de un teólogo protestante de la talla de J. Moltmann, al que tú seguramente despacharás con un "es un hereje, paso". Gran teólogo aunque de ideas teológicas equivocadas (algunas, no todas, ¡por supuesto!), da mucha importancia en su obra, y también en su vida (fue soldado en la Segunda Guerra Mundial), al compromiso cristiano por la justicia: el Reino de Dios vendría a hacer justicia, especialmente a las víctimas de la historia, a los más pobres, a los que malviven en la cuneta de la historia. Solo que si tú eres capaz de adjudicar el calificativo de "herejes" a teólogos católicos de la talla de H. De Lubac, I. Congar, Chenu, entre otros (por la principal razón de tu rechazo al Concilio, que estos autores citados, juntamente con otros, alentaron, iluminaron, parieron...), hablarte de J. Moltmann, reivindicarlo, leerlo, discutirlo, uff...  

Capeto: yo sufro la hipocresía eclesial, tú una vez te solidarizaste incluso conmigo cuando el asunto del excura gay en Canarias mantenido como profesor de Religión católica por el obispo actual de la diócesis que fuera del emérito fallecido Echarren. De manera que estoy muy de acuerdo con algunas de tus posiciones y críticas y desalientos por causa de esta Iglesia que hace aguas por todas partes. Y que yo creo haber sufrido en mis propias carnes, especialmente durante el pontificado del actual obispo de Canarias: un señor eclesiástico que a mí ni agua, a mí que soy católico esforzado por ser militante cristiano y personalista comunitario y defensor de la familia cristiana abierta con generosidad a la vida y a la espiritualidad (aunque yo te parezca a ti protestante por tutear a algunos obispos, etcétera -¿es que los Apóstoles y en general los discípulos de Jesús no vivían en un clima de cordialidad, de fraternidad, de tuteo incluso según los modos de la época?-), y empero mantiene la diócesis atestada de antimilitantes, de algún que otro excura gay casado, de arribistas, de desencarnados, de antinatalistas, de trepas, de mundanizantes políticamente correctos...idem supra 

Hasta el extremo de que no ignoro lo que de estos pastores se afirma en páginas webs que igual tú frecuentas, Capeto: muchos obispos católicos son hoy por hoy apóstatas de Cristo. Monseñor Echarren, D. Ramón o "llámame solo Ramón", como prefiramos, también fue responsable sin duda alguna de haber propiciado el estrepitoos desastre actual de la Iglesia. En una medida que ignoro y que solo Dios conoce. Como también soy responsable yo, en mayor medida de la que sería de desear. Pero yo quería tener un recuerdo agradecido y cariñoso por alguien a quien conocí en persona, a quien traté algo, no de una manera privilegiada pero sí que lo traté algo, con quien alguna vez incluso llegué a conversar brevemente, no solo lo escuché muchas veces en predicaciones, homilías y retiros... 

Y nada más, señor Capeto. Reciba usted un abrazo y mi consideración, pues se intuye que usted intenta ser un católico militante, según su sensibilidad eclesial, teológica, litúrgica y hasta ideológica, pero desde luego no un tibio. Que ya bastante saturada está la Iglesia de tibios, de apóstatas y de tibios.


15 de septiembre, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

"Llámame Ramón, tutéame (II)"

Ramón Echarren Isturiz también se llamó Llámame Ramón y Tutéame. Tres nombres para un mismo monseñor atípico, sui géneris.

Viniendo de un obispo tal deseo de pasar por uno más (recuérdese aquello del gran san Agustín de Hipona: "Con ustedes soy cristiano, para ustedes soy el obispo"), a mi juicio está bien. ¿O no lo está en absoluto?, ¿es una mera y solemne estupidez, un capricho de hombre de Iglesia empeñado en hacer daño a la Esposa de Cristo? Que es lo que le echaron en cara en vida al bueno de monseñor Echarren algunas voces católicas altamente conservadoras, tradicionales, muy de derechas.

Pero para mí en principio está bien la propuesta de Llámame Ramón, Tutéame. Ya sea para amenguar-amortiguar tantos siglos de abuso clerical, de autoritarismo, de desprecio a los seglares por parte de la jerarquía: católicos de primera; católicos de segunda; católicos que deciden; católicos que obedecen; católicos que están en la cúspide de la pirámide y a los que hay que obedecer reverencialmente; católicos que están en la base...

Lo que estoy afirmando escandaliza a muchos católicos tradicionalistas, celosísimos de la Tradición. Los cuales no dudarán en atacarme (ya lo han hecho algunos): "Fuera de la Iglesia, vete de la Iglesia, rojo de mierda, enemigo de la Iglesia, progre de ideas masónicas, izquierdista justificador del aborto". Pero a mí nunca me escandalizó el singular empeño de D. Ramón Echarren. Nunca. Singular, excepcional, minoritario, ciertamente, pues los obispos, salvo rarísimas excepciones confirmantes de la regla, no desean ser Llámame Demetrio, Llámame Antonio, Llámame Juan Antonio, Llámame Ignacio... 

Fue monseñor Echarren lo que suele considerarse un obispo "de izquierdas", pero no progre al uso. Muy buen pastor para los progresistas eclesiales; pésimo obispo para los más tradicionalistas o de derechas... Para mí fue, según lo sentí, un buen discípulo de Cristo y, como pastor, un hombre fiel hijo de la Iglesia, pero con la libertad crítica y creativa propia de un hombre de Dios. Que se sabe mimado por el Padre.idem supra

Y hombre de tremenda conciencia social, por más que una vez yo mismo, tuteándolo, como él quería (mozalbete casi imberbe yo), ni corto ni perezoso le dije que algunos de tus argumentos, Ramón, me parecen posibilistas, poco militantes, poco radicales. 

Lo recuerdo muy amigo de ese titán de la solidaridad, maestro de militantes obreros pobres él mismo, que se llamó Julián Gómez del Castillo.

Descansa en paz, monseñor Echarren. Y ruega por nosotros, que hemos sido diocesanos tuyos. Y que hemos aprendido de tu testimonio de hombre empático, simpático, pecador, falible, temperamental, inconformista, afable, modesto, sencillo (a pesar de los cigarrillos carísimos que te fumabas), más allá de tu aparente estado de malas pulgas y de tener siempre la leche en el fuego.


15 de septiembre, 2015: Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

domingo, 24 de agosto de 2014

"Porque siempre hay desgracias ajenas mayores que las propias"

O te contestará, si acaso,  para cerrar filas en torno a su superior, que es monseñor Cases Andreu, y para llevarte la contraria a ti, deslegitimándote, apoyado en el criterio de autoridad, o sea, de autoritarismo. Como hizo una vez conmigo, sin ir más lejos. De modo que no me reenvíes los escritos del P. Narváez, Abelardo, que además no me alcanza el tiempo para leerlos.


Iglesia de burócratas e hipócritas mundanizados y nepotistas, algunos hasta de actitud no raramente hiriente por despectiva.


Postdata: anteayer mataron en Nueva York a un hombre negro, de 43 años. Por causa de los disturbios raciales que han surgido en USA, o que pareciera que han rebrotado. Como consecuencia de los cuales también asesinaron a un chico negro de 18 años hace apenas unos días.


El hombre negro de 43 años, torturado por la policía, deja viuda y 6 hijos. ¿Y te imaginas, Abelardo, que no fuera un hombre negro bautizado como católico sino como miembro de la comunidad bautista, pongamos, que ha dado al mundo cristianos de la talla de Martin Luther King? (Aventuro esto porque pretendo decir en voz alta que la consideración que me merece un cristiano protestante como Martin Luther King choca con el exclusivismo doctrinal antiecuménico y por ende contrario al Vaticano II de católicos muy tradicionalistas, esto es, lefebvrianos, ultramontanos: entre ellos los hay sin duda católicos excelentes, pero al considerar este tipo de sensibilidades católicas que todo lo no católico romano es herético, nada noble, bueno, justo, humano y loable por auténticamente evangélico podrá encontrarse en la vida y obra de alguien como Martin Luther King).   

Con todo, Abelardo -volviendo a esa víctima mortal de raza negra a que me refiero-, ¿a que su idea de la familia no parece igualita que la idea generalizada de los seglares que en lo profesional viven de la Iglesia católica en la Diócesis de Canarias: escuela católica, profesorado docente de Religión católica en la escuela pública, Cáritas, ISTIC...?  idem supra


Y la idea de familia de ese hombre negro fallecido por muerte violenta con 43 años, anda que también es igualita que la idea de "familia" (¿?) del excura gay ese tocayo mío que dio clases de Religión católica en Lanzarote, sin que fuera obstáculo o impedimento para ello su activismo gay, y a pesar de haberse casado con un hombre en el 2012. Y parece que tiene la poca vergüenza el nota de pretender seguir impartiendo clases de Religión católica en la escuela pública, a pesar de haberse casado con un hombre en el año 2012. Increíble. Y a ti, Abelardo, pecador que eres con tales o cuales defectos puede que hasta gordos, graves, muy abultados, pero sobre todo militante de Cristo y de su Iglesia, ni agua te han dado salvo indiferencia a granel y desprecio.


¿Cuántos cursos, Abelardo, habrá dado clases el nota este, viviendo a costa de la Iglesia al margen de la doctrina moral de la Esposa de Cristo? Y empero conozco el caso de varios católicos que han querido desde siempre ser fieles a la Iglesia (Evangelio, Tradición, Magisterio) , obviamente desde su inevitable condición de pecadores, y estos tales no han merecido no ya un trabajo gracias a la Iglesia como sí ha merecido el excura gay y desde hace años casado por lo civil con un hombre, sino que no han merecido ni agua, nada, ni ser recibidos, ni ser escuchados por las autoridades eclesiásticas de turno.


Vivir para ver, amigo, la pestilente descomposición como diarreica del catolicismo. Aunque el cardenal Carlos Amigo Vallejo afirme que él está muy contento con esta Iglesia: reciente entrevista que le hacen en Infovaticana. Que igual es lo que este príncipe de la Iglesia afirma, en efecto la espléndida salud de esta Iglesia, pero...


24 de agosto, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

miércoles, 20 de agosto de 2014

"A propósito de una sorprendente noticia sobre el obispo de Canarias"



Quijotario [es mi alias en esta bitácora], no tenga consuelo, porque no es el único en esa viña. Hay muchos hermanos fieles a la doctrina y que
son expulsados, marginados, callados, eliminados, perseguidos. Señal de que usted sigue siendo Católico. Los católicos
que viven del invento son legión y cuidan su coto de caza celosamente , con la complacencia criminal del ordinario.
Eso es lo que hay. Las escuelas católicas son pantanales de corrupción, tráfico de influencias, pérdida de la fé y
fábricas de agnósticos. Y las universidades católicas , peor.

Lo de la maestra furcia, es una verguenza para los padres de los educandos, que debían firmar una carta para removerla.
Cuando le tocó un profesor abiertamente gay a mi hijo, lo cambiamos inmediatamente de escuela. No tienen porqué embarrar-
nos en la cara su vida depravada.


Si alguna vez leyeras esta entrada mía, monseñor Cases Andreu, ¿estarías de acuerdo o en contra de lo que afirma el forista Capeto? Me figuro que estarías en contra, en desacuerdo: no en balde, tú has mantenido culpablemente como profesor de Religión católica en Lanzarote a un gay, esto es, hombre homosexual activo, excura y todo lo que tú quieras, pero gay, y casado con otro hombre desde el año 2012. idem supra


Gay activo (valga la redundancia) oficial y extraoficialmente, a saber cuántos cursos habrá impartido Religión católica el nota de mi tocayo... Y a mí empero, como tantas veces he denunciado (denuncia que me supongo a ti te da igual: tú desde tu púlpito, cátedra y poltrona eres el poder eclesial establecido...), ni me has querido recibir. A mí que nunca he roto ninguna lanza a favor de la homosexualidad; muy al contrario, he sufrido el vituperio y el escarnio, precisamente por defender la doctrina moral de la Iglesia sobre la homosexualidad, espetados contra mí por algunos seglares que hoy día viven en lo profesional de la Iglesia católica. A mí, que entre Louis Althusser y Jean Guitton eligiría al maestro, o sea, a este último, tú, monseñor Cases, ni recibirme has querido...


A mi tocayo, gay (esto es, homosexual activo) oficial y extraoficialmente (y desde el 2012, casado civilmente con un hombre, lo cual al parecer no le impidió seguir dando clases de Religión católica en la escuela pública), lo has mantenido como profesor de Religión católica en la escuela pública hasta ayer mismo, hasta hace un par de meses, como quien dice, y empero a mí, que llevo más de 25 años cultivando una espiritualidad de conversión o encarnación en movimientos apostólicos siempre fieles al Evangelio, la Tradición y el Magisterio, y que renuncié a mi trabajo cuando ingresé en el Seminario Diocesano de Canarias en el curso 2001-2002 (autoexcluyéndome de las listas de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, quemando así pues las naves), y que tengo una cierta formación interdisciplinar, modestia aparte (literatura, filosofía, teología, historia, personalismo comunitario, filología, cine, Movimiento Obrero...), y que cuento con experiencia docente en centros públicos y concertados y centros de menores y escuelas-taller, y que soy firme defensor de la familia cristiana entendida como escuela de amor, escuela de solidaridad, iglesia doméstica abierta con generosidad a la vida (tener hijos, y no uno -1-, o dos -2- a lo sumo, como hace el 95% de los seglares católicos que profesionalmente viven de la Iglesia, sino los que Dios conceda), empero de mí has pasado olímpicamente, esto es, antievangélicamente, sin entrañas de misericordia.


Qué enternecedor, ¿no te parece, monseñor? Dios te bendiga, hermano mayor en la fe. Y bendiga Dios a su Iglesia, Esposa de Cristo Esposo, en este momento de rabiosa descomposición del catolicismo, causada por todos, tal descomposición -y por mí en primer lugar-, pero especialmente causada por tantos consagrados, eclesiásticos, pastores y jerarcas que no predican a Cristo. 


20 de agosto, 2014. Luis Alberto Henríquez: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.