En el artículo o entrada publicado en el blog La cigüeña de la torre y titulado "Sorprendente noticia sobre el obispo de Canarias", aparece el siguiente comentario de un asiduo de esta bitácora de información religiosa en español, al parecer la más visitada que sigue siendo, entre cuantas pueblan el casi ilimitado universo de Internet.
Capeto es mexicano; ignoro su edad -pero conjeturo que no debe llegar a los sesenta- ; devoto de la Virgen de Guadalupe, como buen mexicano; católico tradicionalista y lefebvriano, esto es, casi con toda seguridad católico de derechas, ni que decir que no siempre comparto todo lo que, con palpitante pasión de católico convencido, vierte en ese ámbito internético de encendidas polémicas y controversias que es La cigüeña de la torre, pero en esta ocasión, en que se hace eco de un comentario mío publicado en el mismo hilo del artículo de marras del señor Francisco José Fernández de la Cigoña, sí comparto plenamente lo que se dice el católico mexicano. Así que veamos (cursivas mías):
Enviado por Capeto el Lun, 11/08/2014 - 06:09
Quijotario [es mi alias en esta bitácora], no tenga consuelo, porque no es el único en esa viña. Hay muchos hermanos fieles a la doctrina y que
son expulsados, marginados, callados, eliminados, perseguidos. Señal de que usted sigue siendo Católico. Los católicos
que viven del invento son legión y cuidan su coto de caza celosamente , con la complacencia criminal del ordinario.
Eso es lo que hay. Las escuelas católicas son pantanales de corrupción, tráfico de influencias, pérdida de la fé y
fábricas de agnósticos. Y las universidades católicas , peor.
Lo de la maestra furcia, es una verguenza para los padres de los educandos, que debían firmar una carta para removerla.
Cuando le tocó un profesor abiertamente gay a mi hijo, lo cambiamos inmediatamente de escuela. No tienen porqué embarrar-
nos en la cara su vida depravada.
Si alguna vez leyeras esta entrada mía, monseñor Cases Andreu, ¿estarías de acuerdo o en contra de lo que afirma el forista Capeto? Me figuro que estarías en contra, en desacuerdo: no en balde, tú has mantenido culpablemente como profesor de Religión católica en Lanzarote a un gay, esto es, hombre homosexual activo, excura y todo lo que tú quieras, pero gay, y casado con otro hombre desde el año 2012.
Gay activo (valga la redundancia) oficial y extraoficialmente, a saber cuántos cursos habrá impartido Religión católica el nota de mi tocayo... Y a mí empero, como tantas veces he denunciado (denuncia que me supongo a ti te da igual: tú desde tu púlpito, cátedra y poltrona eres el poder eclesial establecido...), ni me has querido recibir. A mí que nunca he roto ninguna lanza a favor de la homosexualidad; muy al contrario, he sufrido el vituperio y el escarnio, precisamente por defender la doctrina moral de la Iglesia sobre la homosexualidad, espetados contra mí por algunos seglares que hoy día viven en lo profesional de la Iglesia católica. A mí, que entre Louis Althusser y Jean Guitton eligiría al maestro, o sea, a este último, tú, monseñor Cases, ni recibirme has querido...
A mi tocayo, gay (esto es, homosexual activo) oficial y extraoficialmente (y desde el 2012, casado civilmente con un hombre, lo cual al parecer no le impidió seguir dando clases de Religión católica en la escuela pública), lo has mantenido como profesor de Religión católica en la escuela pública hasta ayer mismo, hasta hace un par de meses, como quien dice, y empero a mí, que llevo más de 25 años cultivando una espiritualidad de conversión o encarnación en movimientos apostólicos siempre fieles al Evangelio, la Tradición y el Magisterio, y que renuncié a mi trabajo cuando ingresé en el Seminario Diocesano de Canarias en el curso 2001-2002 (autoexcluyéndome de las listas de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, quemando así pues las naves), y que tengo una cierta formación interdisciplinar, modestia aparte (literatura, filosofía, teología, historia, personalismo comunitario, filología, cine, Movimiento Obrero...), y que cuento con experiencia docente en centros públicos y concertados y centros de menores y escuelas-taller, y que soy firme defensor de la familia cristiana entendida como escuela de amor, escuela de solidaridad, iglesia doméstica abierta con generosidad a la vida (tener hijos, y no uno -1-, o dos -2- a lo sumo, como hace el 95% de los seglares católicos que profesionalmente viven de la Iglesia, sino los que Dios conceda), empero de mí has pasado olímpicamente, esto es, antievangélicamente, sin entrañas de misericordia.
Qué enternecedor, ¿no te parece, monseñor? Dios te bendiga, hermano mayor en la fe. Y bendiga Dios a su Iglesia, Esposa de Cristo Esposo, en este momento de rabiosa descomposición del catolicismo, causada por todos, tal descomposición -y por mí en primer lugar-, pero especialmente causada por tantos consagrados, eclesiásticos, pastores y jerarcas que no predican a Cristo.
20 de agosto, 2014. Luis Alberto Henríquez: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
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