viernes, 28 de julio de 2017

"Una parte de mi credo"
 
 
 
 
Bueno, ya he leído este análisis; confío en que dentro de un rato pueda hacer del mismo una lectura más reposada, con papel y lápiz incluso para tomar algunas notas, para ampliarlas, a propósito de una carta que muestra total apoyo al papa Francisco. Total y entusiasta. La firman ultraprogres eclesiales y paraeclesiales, casi todos brasileños, que encuentran que Francisco es “su Papa”; muchos de tales firmantes, la gran mayoría, son anónimos, pero los hay tan conocidos como Leonardo Boff, Fray Betto o el monje Marcelo Barros.

 
 
Para que se sepa. Hay tanta distancia eclesial, espiritual, teológica e ideológica entre el ala eclesial más situada en la izquierda y el ala eclesial más situada en la derecha (permítanseme estas categorías sociológicas, cierto, pero que son en parte útiles para plantear el asunto), que si se comparan, aparece claramente como que nos encontráramos ante dos religiones distintas. Entonces, así las cosas, hechas las comparaciones, ¿cuál de las dos vendría a ser la católica?Image result for grupos sociales progresistas
 
 
 
 
Particularmente yo procedo política, social y eclesialmente de los sectores situados en el ala izquierdista o progresista de la Iglesia, de manera sigo sin situarme en el ala eclesial más escorada hacia la derecha, pero tampoco me sitúo ya, ¡ni modo!, en el sector de los progreeclesiales, entre otras razones porque sospecho que los progreeclesiales -sin que en tal valoración mía quepa por mi parte intención alguna de juicio y condena sobre sus conciencias- ¡no tienen ya un pensamiento católico! Como si con la excusa o coartada de reformar permanentemente la Iglesia para “hacerla más fiel al proyecto de Jesús”, lo que en verdad estuviesen proponiendo es una permanente y sistemática mundanización o radical secularización de la Iglesia, a base de adaptarla al mundo lo más posible: comprensión del aborto y legitimación del mismo; comprensión de que la homosexualidad y todas sus variantes (bisexuales, asexuales, intersexuales, queer, transexuales…) son opciones sexuales católicamente legitimables; aceptación del ideario de los partidos políticos de izquierda de inspiración marxista; aceptación del pluralismo religioso entendido como que todas las tradiciones religiosas son igualmente válidas, legítimas y convenientes como camino de salvación; aceptación de la llamada libertad sexual postmoderna y de los llamados derechos sexuales reproductivos (mentalidad antinatalista, etcétera); permanente mantra con que sostener que los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI se dedicaron a conculcar el Concilio Vaticano II, cuya exacta y lúcida interpretación solo sigue correspondiendo a la hermenéutica progreeclesial empeñada en ver el Vaticano II como una abrupta ruptura con toda la Tradición; aceptación del feminismo radical y de la ideología de género como propuestas ideológicas asumibles por la conciencia católica…
 
 
 
Desde luego, mi inquietud vital y mi curiosidad espiritual-intelectual lo mismo me lleva a interesarme por conocer las propuestas eclesiales de un obispo representante del ala de la izquierda eclesial como fuera el argentino Jerónimo Podesta (este fue padre conciliar en el Vaticano II, luego se acabó casando con la que había sido su secretaria, se secularizó, acabó convirtiéndose en una de las figuras prominentes de la Federación Internacional de Sacerdotes Casados...), que a interesarme por conocer las propuestas del arzobispo francés Marcel Lefebvre, considerado uno de los representantes máximos de lo que con sesgo de malicia o sin él se denomina sector integrista de la doctrina católica. Y ya luego voy comparando, confrontando, cogiendo de aquí y cogiendo de allá, sacando mis propias conclusiones… Diríase que es como si no me casara con nadie, salvo con Cristo y con su Iglesia. Por más que en última instancia, en caso de tener que elegir entre la fidelidad a Marcel Lefebvre o al Papa, elijo la fidelidad al Papa, vicario de Cristo, en la medida en que el Papa actúa de oficio como fiel guardián del depósito de la fe. En mi caso, siempre ha sido así. Salvo lo que me viene sucediendo con el papa Francisco, a quien también deseara ser fiel, solo que Jorge Mario Bergoglio plantea serios problemas, un día sí y otro también, porque su doctrina, al menos según mi inevitablemente modesto modo de entender las cosas, en no pocos aspectos no parece ni fiel a la doctrina del Vaticano II, ni tampoco por tanto a la de la Tradición y el Magisterio bimilenarios de la Iglesia.
 
 
 
Dicho de otro modo o abundando en estas cuestiones disputadas: no se me esconde que para sedevacantistas y para los sectores más extremos o radicales del lefebvrismo, el Concilio Vaticano II debe ser rechazado en bloque; los sedevacantistas además consideran que la sede petrina está vacante desde que la ocupara el santo padre y ya santo Juan XXIII. En sus publicaciones de que tengo noticia, casi todas alojadas ya hoy en Internet, sedevacantistas y lefebvristas no ahorran expresiones de rechazo, condena, crítica permanente e incluso injuria contra los que despectivamente llaman los papas conciliares (por si aún hubiera algún despistado: la anterior expresión se refiere a los ocupantes de la Silla de Pedro desde Juan XXIII hasta Francisco), la Iglesia conciliar, la debacle actual del catolicismo... Sin duda, algunas de tales críticas las comparto, pero no así lo que podríamos denominar la musiquilla de fondo de esa visceral enemistad con la Iglesia actual pasada a través de las aguas del Concilio Vaticano II, con respecto al cual mantengo una postura parecida a la que exhibe el obispo católico Atanasio Schneider (archidiócesis de Astana, Kazajistán): plena aceptación del Vaticano II, en comunión con la Santa Sede, sin que por ello haya de excluirse la permanente revisión crítica de los textos de ese concilio ecuménico; e incluso, la reivindicación de la posibilidad de que un órgano como la Congregación para la Doctrina de la Fe acabe publicando una suerte de syllabus  explicativo de todos los pasajes oscuros o ambiguos del Vaticano II.
 
 
El propio obispo Atanasio llega a plantear que la solución preferida por el emérito Benedicto XVI, que no es otra que la de insertar el Concilio Ecuménico Vaticano II en la línea de todos los concilios anteriores a través de la hermenéutica de la continuidad, no es válida para iluminar algunos de los textos más ambiguos u opacos del Vaticano II. A este respecto, yo que no soy doctor de la Iglesia sino tal vez uno de sus hijos más insignificantes poco puedo aportar, salvo que para mí Benedicto XVI sí fue un Papa (y lo sigue siendo, con independencia de la discusión sobre si sigue siendo el verdadero Romano Pontífice frente al antipapa Francisco, etcétera) que me confirmó en la fe católica, apostólica y romana. Es decir o lo que es lo mismo: tal vez también por falta de tiempo por mi parte para profundizar más y más en los asuntos como de "alcoba" o de bambalians de la Iglesia (no tendría inconveniente en reconocer esto), a mí me saca de mis casillas que desde sectores ultratradicionalistas católicos se acuse al papa Juan XXIII de masón y de degenerado gordinflón entregado al pecado capital de la gula, y al beato papa Pablo VI se le acuse de gay e igualmente masón y al emérito Benedicto XVI de ser poco menos que un agente infiltrado de la Sinagoga talmúdica y cabalística.
 
 
 
Reconozco que puedo pecar de ingenuo o desinformado, pero lo que siento ante acusaciones del jaez de las anteriores referidas a los tres papas citados es que hay católicos de mentalidad tremendamente rigorista e integrista, negados completamente a reconocer aspectos positivos en la modernidad, en la propia evolución de las ideas, en la cultura secular actual, e incluso en otros credos e ideologías. Desde luego, esta es la impresión que me dejan, igual el equivocado soy yo.      
 
 
 
Con todo o a decir verdad, en menuda encrucijada se encuentra la esposa de Cristo (sumida en una crisis comparable a la crisis arriana del siglo IV, o tal vez hasta más dramática que aquella), quien para mí pasa por ser el único salvador de la humanidad, el Hijo de Dios, el Señor de la historia, confesado lo anterior con todo respeto a una figura como Buda Sidharta, por ejemplo, que me parece un hombre de existencia muy noble, muy sabia, solo que un hombre más entre los hombres (varones y hembras).
 
 
 
9 de agosto, 2017. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
"Como que lo suelen llamar Dr. José Galat"









A ustedes, bitácora tan acertadamente bautizada con expresión de resonancias bíblicas, a saber, Como Vara de Almendro, les asiste la razón de la fe de la Iglesia frente a los cuatro largos años de pontificado de Francisco que oscilan, en palabras del argentino Dr. Antonio Caponnetto (apologeta católico, historiador, profesor, poeta y uno de los principales críticos en lengua española del pontificado bergogliano ), entre la impiedad, la herejía, el disparate y la blasfemia. Entonces, también el colombiano Dr. José Galat (profesor y rector universitario, académico, empresario, apologeta católico ya con 88 años a cuestas)  y todo su equipo de colaboradores, autores e investigadores del espacio Un café con Galat y del canal de televisión Teleamiga tienen igual razón: son fieles a la doctrina de la Iglesia expresada en las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio.Image result for jose galat
 
 
 
Por consiguiente, un paso más: llevan razón también entonces otras bitácoras críticas con este pontificado bergogliano: Infovaticana, Wanderer, Nacionalismo Católico San Juan Bautista, Adelante la Fe, Denzinger-Bergoglio (alojado en la anterior citada), In Exspectatione… Hay más; que me perdonen sus responsables por no citarlas, para no hacer con su sola enumeración poco menos que un artículo.

Con el Dr. José Galat se alinean las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio, frente a una jerarquía que parece estar apostatando de la de católica. ¡Como en el siglo IV, en plena etapa de la crisis arriana en la Iglesia, en que la casi totalidad de los obispos católicos, incluido el Papa y el Emperador, habían abrazado la herejía arriana, y la Iglesia fue salvada por el gran San Atanasio y un puñado de fieles a la fe católica verdadera! La Conferencia Episcopal Colombiana este pasado 25 de julio ha publicado una nota en que pretende hacernos creer que el Dr. José Galat no difunde verdadera doctrina católica en sus programas difundidos a través de Teleamiga y Un café con Galat, y al parecer incluso lo acaban de excomulgar, declarándolo además cismático por no seguir el magisterio de Francisco (al que el Dr. José Galat considera hereje, impostor, farsante y falso Papa), ¡cuando son estos pastores que se quieren en comunión con el papa Bergoglio los que no están enseñando la doctrina católica! E incluso ahora resulta que el P. Fortea, demonólogo de cierto prestigio que no ponderaré, desde Aciprensa (bitácora conocida por su papolatría) acusa al Dr. José Galat de superficial y de intentar desde la soberbia hacer daño a la Iglesia, sobre todo en la persona del papa Francisco.


A ver, P. Fortea, ricura teológica, ¿puedes decirnos a los que al parecer estamos a años luz de tu colosal sapiencia en qué no es católica la crítica del Dr. José Galat (y todo su equipo de colaboradores) al magisterio bergogliano? ¿Nos puedes decir en qué se equivocan el Dr. Antonio Caponnetto, Como Vara de Almendro, Wanderer, Infovaticana, In Exspectatione, Adelante la Fe, Denzinger-Bergoglio, Nacionalismo Católico San Juan Bautista, En Cristo y María y un largo etcétera de bitácoras críticas con el pontificado de Francisco?
 
 
 
Así las cosas, ¿dónde está la fe en esta Iglesia? Los burócratas, hipócritas y apóstatas eclesiásticos de la diócesis de Canarias que tanto desprecio han perpetrado contra algunos militantes católicos que conozco y con cuya amistad me honro, ¿dónde están que no dicen ni pío ante esta tragedia que sufre la Iglesia? Como perros mudos callan, y el que calla suele otorgar, y más en este tiempo de prueba en que hasta las piedras han de hablar... Y los seglares en su mayoría apóstatas que en lo profesional viven de la Iglesia (sanidad, servicios sociales, educación...), ¿dicen esta boca es mía ante lo que está cayendo? ¡Ni pío, puesto que primordialmente lo que les interesa es mantener su negocio, boquita callada, que así no entran moscas!



¿Encontrará fe el Hijo del Hombre a su vuelta a la Tierra? ¿Aún la Gran Apostasía que desolla viva a la Iglesia va a continuar horadando el ya muy deteriorado, desmantelado y demolido tejido eclesial? Los "acobardados y apoltronados" obispos católicos (honrosas excepciones aparte cuyo número solo Dios conoce) ¿van a dar por fin un paso hacia adelante para así ayudar a cambiar el sentido o rumbo al callejón sin salida al que parece haber llegado la Iglesia...? 
 
 
 
28 de julio, 2017. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

jueves, 27 de julio de 2017

"¿Humanismo o deshumanización? Una perplejidad (o paradoja)"
 
 
 
 

No logro arrancar de mi mente una imagen escalofriante, espantosa. Advierto de su crudeza: se trata del cadáver de un niño peruano como de 11 años devorado por pirañas; el infortunado muchachito, por imprudencia o despiste del tipo que fuera se metió en una charca llena de esos voracísimos depredadores y, al minuto, cuando lograron sacarlo, era, literalmente, un esqueleto del que pendían harapos y una cabeza con ojos desorbitados, salidos de sus órbitas. La viva -pero ya muerta- imagen del horror.
 
 
 

Escenas de desesperación, el llanto inconsolable de algunos familiares y allegados... Dios mío, pienso en el dolor desgarrador y sin nombre y sin consuelo de su familia y resto de seres queridos; mejor: intento hacerme una idea de cuál pueda ser el sufrimiento de todos los íntimos del infortunado niñito peruano. Y al mismo tiempo repito para mis adentros el eco de una queja que es sabido que el poeta Juan Ramón Jiménez espetaba a Dios: Dios, si de Ti creemos que eres todo misericordia, justicia y bondad, ¿por qué permites el sufrimiento de los inocentes?, ¿por qué permites que mueran los niños? Al genial poeta andaluz, Premio Nobel de Literatura, tan neurasténico como crítico mordaz y exigente con la obra literaria ajena, desgarradoras dudas como la anterior lo fueron llevando al apartamiento progresivo de Dios, Cristo, la Iglesia, camino hacia su poesía esencial, desnuda, poesía pura, inmanente y panteísta...Image result for animalismo
 


Empero, mi asombro ahora mismo también es otro, o sea, que no acaba con la impresión que me sigue produciendo la espeluznante imagen que no logro borrar de mi mente. A saber: he compartido la noticia de la espantosa muerte de ese chico peruano con algunas personas animalistas y veganas (y por lo demás, ateas, relativistas, multiculturalistas, laicistas, adeptas al igualitarismo y a la inteligencia emocional, abortistas, feministas, homosexualistas y entusiastas de la ideología de género y de la antropología cultural) y, agárrense los machos, me confiesan que igual dolor les produce la muerte de ese niñito que la muerte de los pollos o de las vacas en los mataderos. Y uno incluso me asegura: "Me preocupa más que se asesinen (cursivas nuestras) focas que el que se practiquen abortos, pues los fetos humanos, al no tener desarrollo cerebral durante los primeros meses de gestación, ¿qué son?, no son personas. Mientras que una vaca siente, sufre y padece, y tiene inteligencia emocional..." 


 
Dito sea Dios, que decían nuestros antepasados canarios de extracción más humilde, ¿cómo puede ser esto?, ¿qué ha tenido que pasar para llegar adonde hemos llegado? Conozco animalistas que entierran a sus mascotas muertas, a quienes ellos (uso con total intencionalidad este pronombre personal tradicionalmente reservado por la gramática a las personas) consideran seres queridos fallecidos. Estos mismos animalistas que conozco insultan a los toreros llamándolos asesinos, machistas sexistas, sádicos, torturadores, criminales, o directamente les desean la muerte o la celebran cuando trágicamente ocurre. Están en contra de mantener gallinas incluso sueltas en un corral al menos para aprovechar sus huevos para el consumo humano, y lo están de aprovechar la nutritiva y dulce miel de las abejas e incluso de cultivar la afición por la colombofilia, la colombicultura y la canaricultura, ¡y de que en Lanzarote y en Gran Canaria aún haya recuas de dromedarios de la subespecie canaria para dar paseos a los turistas y curiosos por las dunas grancanarias y los paisajes volcánicos de la isla conejera! Y teorizan y teorizan como pretendidos expertos sobre el sufrimiento animal, sentando cátedra, cuando no queda claro, científicamente hablando hoy por hoy al menos, que el animal en verdad sufra, pues el sufrimiento podríamos definirlo como una cognición a partir de la experiencia del dolor, y este proceso mental y existencial y moral solo es posible gracias a una inteligencia racional, de la que carecen los animales.  



Me pregunto en voz alta si todo esto es el colmo de la necedad, la estupidez, la insensatez y la deshumanización, y aun es una como caricaturesca suerte de pensamiento Alicia, dicho a la manera del filósofo Gustavo Bueno, fallecido hace un par de años. Es decir, me planteo si toda esta movida no es sino mera antropía atrófica de un pensamiento que, en su deriva, luego de haber desplazado a Dios y al hombre del centro (el hombre como medida de todas las cosas, que es la base de cualquier código ético posible), deviene pensamiento débil que pretende, llevando al extremo la idea del igualitarismo social, la equiparación de todas las especies...

 
 
Mero pensamiento deshumanizador: igualar al hombre (varón y hembra, creado por Dios a su imagen y semejanza...) con el resto de especies animales, no es dignificar a los animales -que no pueden ser dignificados más que con el respeto a su animalidad-, es infravalorar al hombre situándolo a la altura de las bestias; vamos, es una pertinaz negación de la naturaleza humana. En una atmósfera social en la que lo que parece primar es la inversión de los valores morales y culturales de la tradición judeocristiana, el animalismo pretende exhibirse como un seudoideal de baja intensidad y de reemplazo de los grandes relatos  otorgadores de sentido: cristianismo, marxismo, anarquismo.



A mi modo tal vez algo torpe o miope de ver las cosas y los fenómenos, este sentimentalismo ternurista del movimiento animalista empeñado en tratar de imponer a todo quisque la concepción que equipare la dignidad de los animales a la  dignidad y digneidad (reconocido esto con la memoria nutriente del filósofo Xabier Xubiri muy presente o de fondo) del hombre, creado varón y hembra a imagen y semejanza de Dios, es fruto de este dogma de esta misma corriente de pensamiento: los animales merecen ser tratados con igual respeto al debido al hombre porque los animales sufren y sienten y gozan y padecen. No importa que Dios no los haya creado a su imagen y semejanza (aunque sí sean criaturas de Dios ciertamente, portadoras de un "soplo o ánima", como llegó a formular el santo papa Juan Pablo II), no importa que no estén llamados a heredar la vida eterna (los conceptos tradicionales de cielo, purgatorio, infierno...), no importa que carezcan de lenguaje articulado, no importa que no sean en verdad libres ni conscientes, no importa que no sientan sed de saberes, de infinito, de eternidad, de Dios, no importa que no sean sujetos de derechos ni deberes, no importa que no hayan desarrollado un pensamiento racional y simbólico; como sufren, se puede llegar a la monstruosidad de igualar el drama por la muerte del niño peruano devorado por las pirañas al también drama -según la sensibilidad animalista- de la muerte de pollos, corderos o vacas para el consumo humano.


 
Tampoco parece importarles el hecho innegable de la condición depredadora del hombre y su natural tendencia a ser omnívoro. Entonces, como consecuencia de todo este pensamiento animalista desontologizador y deshumanizador, y siempre con el telón de fondo del feminismo, el laicismo, el marxismo cultural, el ateísmo, el homosexualismo y demás ismos de la progresía y su flamante proyecto de ingeniería social de que se nutre el propio animalismo, se llega a los otros "excesos" del animalismo más militante. Por ejemplo, al de llamar asesinos a los toreros al tiempo que se justifica y legitima la práctica del aborto y del homosexualismo. O al extremo de considerar que en efecto no hay pecado, el concepto católico de pecado, pero que si lo hubiera, pecado sí sería cazar (caza menor, mayor, la que sea) o ir a pescar con caña a la orilla del mar, toda vez que en ambas prácticas lo que se da es "el asesinato innecesario de seres vivos inocentes", pero no sería pecado abortar ni sería pecado la homosexualidad.

 
 
Préstese atención a la manipulación del lenguaje: "asesinato" e "inocentes", tradicionalmente referidos al hombre, ahora usados con toda intención como términos o conceptos aplicados a los animales. O lo que es lo mismo: los animales pasan a ser sacralizados a base de antropomorfolizarlos: los animales tratados como si de personas se tratara. Y claro -volvemos como circularmente al principio de esta reflexión-, la conclusión a la que llegamos con todo este pensamiento que desdibuja a Dios para acabar desdibujando al hombre, es justamente  a esta monstruosidad ya referida: el drama y el dolor por la muerte de ese niño peruano devorado por pirañas son moralmente equiparables al drama y el dolor por el sacrificio (ya sabemos que los animalistas tienen tendencia a hablar de "asesinato de seres inocentes") de pollos, conejos, vacas, corderos, faisanes y gallinas para el consumo humano de carne. ¡Menuda mentecatada, como mínimo!
 
 
 
Repitamos: el colmo de la deshumanización. Desde luego, al menos para mí este estado de cosas resulta espeluznante. Entre otras razones, por esta: Europa es un continente secularizado, descristianizado, neopaganizado a tope, en el que la conciencia ciudadana colectiva parece estar anestesiada por el consumismo, el hedonismo, el materialismo injertado con un individualismo inmisericorde. Así las cosas entonces, ¿el movimiento animalista va a servir de aliento o acicate para que Europa por fin comience a despertar de su letargo nihilista y apóstata?


Huelga sentenciar que en absoluto: el animalismo no es más que una grotesca microutopía que trata de suplir, como toda ideología nacida del derrumbe de Dios y los grandes relatos (cristianismo, socialismo marxista y anarquismo) ese vacío de Dios imperante en las modernas sociedades secularizadas. O dicho de manera más gráfica y aun coloquial: a falta del agua buena con que calmar la sed de Dios, el refresco de cola sucedáneo que suponen los animalismos, feminismos y resto de ismos de turno y de reemplazo. Como que ya lo advirtió el incomparable Chesterton: "Cuando el hombre deja de creer en Dios, pasa a creer en cualquier cosa". 
 
 
 
27 de julio, 2017. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.




domingo, 2 de julio de 2017

"Orgía homosexual y con drogas en el Vaticano"
 
 
 
 
Tiempos para la Gran Apostasía en la Iglesia: desfonda, demuele, desmantela y despelleja viva a la que asimismo con toda justicia y todo rigor denominamos la esposa de Cristo.
 
 
 
Esto es: tomar conciencia del derrumbe actual de la fe en la Iglesia puede provocar pena, rabia, consternación, incredulidad, dolor, perplejidad, incluso risa, desesperación, angustia, frustración, hasta asco. Pero no: ni estamos solos en medio de la tormenta -porque siempre habrá la Iglesia remanente como rebaño fiel al Crucificado y Resucitado, Señor de la historia- ni cabe en justicia afirmar que es que no se nos había avisado, pues el mismo Cristo ya nos advirtió que este tiempo de tinieblas habría de llegar. Y ha llegado, ¡y tanto que ha llegado!Image result for orgia homosexual en el vaticano
 
 
 
Constatado esto, que hasta el más necio y ciego de los mortales puede aprehender si se pone a ello y no tiene la cría muerta (es decir, si conserva un mínimo de pulmón espiritual), ya casi lo de menos es ir dejando constancia de los estragos que la Gran Apostasía empero profetizada ha ido dejando en la Iglesia, ¡toda vez que no hay instancia, comunidad, plataformas educativas, culturales, sanitarias o asistenciales, orden, congregación, instituto de vida religiosa y por supuesto el grueso de seglares que conforman juntamente con los pastores el Cuerpo Místico de Cristo, que no se hayan visto y se vean gangrenados por el letal veneno de la apostasía más descarada y bestial!
 
 
 
Internet mismo, sin ir más lejos, es un clamor de bitácoras y foros en que a diario innúmeros católicos que a sí mismos no dudarían en calificarse de entusiastas en el esfuerzo de fidelidad a Cristo y a su Iglesia, manifiestan estupor, contrariedad, incredulidad y hasta firme oposición a todo cuanto está pasando en esta Iglesia, a cuya cabeza figura Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, cuyo pontificado errático, ambiguo, confuso y heterodoxo ya no dudan en criticar millones de voces de católicos anónimos que así se suman al coro de las voces de vaticanólogos tan bien informados como Sandro Magister, Antonio Socci, Roberto de Mattei o Marco Tosatti.
 
 
 
A diario nos desayunamos en la Iglesia con casos de pederastia, corrupción sexual y financiera, nepotismo no digamos, con toda suerte de escándalos protagonizados por eclesiásticos ya descaradamente burócratas, apóstatas e hipócritas, con toda suerte de concesiones, pactos y cohabitaciones con los intereses del mundo, de suyo o por lo general contrarios al sentir del Evangelio... Nos encontramos, entre los seglares, con una minoría, cada día que pasa más adelgazada o escuálida, de auténticos militantes o evangelizadores entusiasmados con Cristo y su Iglesia, fieles al Evangelio, la Tradición y el Magisterio, porque lo que abunda es una mayoría de seglares laicistas o mundanos, arribistas, carreristas, tibios ("A los tibios vomito de mi boca", nos advierte el Señor), mediocres políticamente correctos, burócratas antimilitantes, apóstatas, antinatalistas (pobre beato papa Pablo VI con su encíclica Humanae Vitae, pobre san Juan Pablo II con su Evangelium Vitae, ¡que no se toman en serio ni los que en lo profesional viven de la Iglesia: sanidad, educación, asistencia social...!). Y a todo esto, los pastores de la Iglesia (presbíteros, obispos, arzobispos, cardenales…), en un nada desdeñable porcentaje es como si asistieran impotentes, en el mejor de los casos, a la demolición eclesial, y en lo peor de otros tantos casos, como si los tales pastores de la grey desnortada y desmoralizada aplaudieran y aun alentaran el mortal derrumbe eclesial, y por ende fueran los principales responsables y causantes de la gangrenosa proliferación eclesial de todos los males que actualmente pudren la Iglesia de Cristo .
 
 
 
Postdata: vaya pasada más grande todo esto. ¿O no es así, cardenal Coco de la Palmera (para sus críticos y enemigos), su eminencia para la Iglesia, Francesco Coccopalmerio en el registro civil...? Me explico: la Gendarmería del Vaticano se acaba de encontrar in fraganti, hace de esto un par de días, con una orgía homosexual en la que bien que corría la droga, en un apartamento en dependencias de la actual Congregación para la Doctrina de la Fe. El titular de este apartamento resulta ser el secretario del referido cardenal Coccopalmerio, un sacerdote propietario-conductor de un lujoso BMW con el que lograba pasar desapercibido, a salvo en sus libinidosas correrías; declaradamente homosexual, ya ha sido enviado a "desintoxicarse": a alguna clínica o a algún convento. Entonces, así las cosas, ¿es creíble que el cardenal Coccopalmerio no supiera nada de las andanzas de su "protegido" secretario, al que él como cardenal incluso avalaba para que lo consagraran obispo? ¡Cuando trabajaban juntos hasta altas horas de la noche!
 
 

Vaya por Dios, qué cosas. Y considerar el ruin desprecio del que han sido víctimas, por parte de las propincuas autoridades eclesiásticas canariensis, sin ir más lejos, algunos seglares católicos militantes que yo bien me sé y con cuya amistad me honro... Qué hipócritas, burócratas y apóstatas, relativistas, cobardes y traidores a Cristo y a su Iglesia. Como que el materialismo ateísta, el relativismo, el hedonismo y el laicismo mundano se han ido metiendo en la Iglesia...


¡El humo de Satanás introducido por algún hueco en el Templo de Dios, que dijera el beato papa Pablo VI en su homilía para la festividad de San Pedro y San Pedro en el año 1972! La Barca de Pedro que hace aguas por todas partes, en expresión del emérito Benedicto XVI. La masonería infiltrada en la Iglesia, sobre todo en su cúpula, en el Vaticano mismo, a cuya cabeza hay un Papa que cada día que pasa desconcierta a un mayor número de fieles católicos: perplejos, desorientados y aun escandalizados por la deriva relativista, irenista, filomasónica, ecumenista, interreligiosa, heterodoxa y mundana que parece impulsada desde la propia Roma, ¡como si esta hubiera devenido, en efecto, la sede del Anticristo, según profetizara la Virgen en La Salette: "Roma perderá la fe y será la sede del Anticristo"! ¡Como si la propia sede de Roma, cabeza de la Iglesia, estuviese siguiendo los dictados de las políticas globalistas de George Soros y del sionismo (judeomasónico) internacional, todo en pro del llamado Nuevo Orden Mundial! ¡Pastores devenidos en lobos con piel de cordero...!  


Dios está arriba, suele decirse, solo que tantos eclesiásticos como hoy día hay, mudos ante la espantosa oscuridad que la Gran Apostasía está trayendo a la Iglesia y al mundo, ¿en verdad seguirán creyendo en el Dios trinitario, en Jesucristo, camino, verdad y vida (véase Jn 14, 6-7), el único salvador de la humanidad? Me huelo que cada vez hay más gente que lo pone en duda. 
 
 
Postdata o guinda a este "pastel": en esta ocasión, cedamos la palabra al forista Echenique, siempre muy activo en el portal Infovaticana, especialmente en la bitácora La cigüeña de la torre, alojada en el citado portal: 
 
 
<< Echenique 

La deriva de Cáritas en tantos sitios es una anécdota comparada con el grave problema que estamos padeciendo y que  la Iglesia Católica, con este lamentable papa, no está en condiciones de afrontar. Ese problema se llama génder, el gran dogma laicista que se está imponiendo como obligatorio en distintos países, con un carácter expansivo. Los artificiales derechos al matrimonio gay, a la adopción gay, al cambio de sexo con cargo a la seguridad social, etc, son los nuevos derechos de la nueva ingeniería social que se nos está imponiendo. Unos padres que se opongan a que sus hijos sean educados en el génder se verán privados de la patria potestad como auténticos monstruos. Ha pasado ya en Canadá. El papa Francisco no es que no quiera ver el problema, es que no lo ve como problema, pues todo se resuelve con el acogimiento a todo el mundo, menos a los católicos.>>
 
Nota del autor de esta reflexión:  por "la deriva de Cáritas" hemos de entender la renuncia de la citada organización caritativa de la Iglesia a la evangelización: Cáritas no evangeliza, no convierte a nadie a la fe de Jesucristo y de la Iglesia, loables excepciones aparte y, de paso, aplauso sin pestañear a la notable labor de asistencialismo que Cáritas viene realizando, que lo cortés no quita lo valiente; se ha convertido en una oenegé (casi al estilo de CEAR, por ejemplo, con la diferencia, tal vez, de un cierto barniz católico que sigue manteniendo Cáritas) saturada de progres, neomarxistas, filopodemitas, feministas (incluso lesbianas), laicistas y activistas más o menos conculcadores de la fe y la doctrina de Cristo y de su Iglesia, al servicio del multiculturalismo según los dictados del Nuevo Orden Mundial sionista, laicista y masónico. Lo cual todo es un drama y una traición a Cristo y a su Iglesia (dicho con toda claridad y todo respeto a las personas de buena voluntad que creen hacer la mejor de las labores caritativas posibles colaborando en Cáritas, y hasta puede que la hagan), pues el Señor a lo que exhortó a sus discípulos es a esto: "Vayan por el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura, y bauticen en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, para que el que crea, sea salvo..." (cfr. Mt 28, 19-20). O sea, que no anuncian el kerigma (que viene a ser ayer como hoy la verdad de Cristo y de su Iglesia) todos los teólogos progres que se empeñan en sostener en sus escritos, charlas y demás comparecencias públicas, una y otra y otra vez, que a Jesús lo que le interesaba sobre todo, casi en exclusividad, era dar de comer a los hambrientos y curar enfermos. Sostener esto es un reduccionismo del Evangelio, una pauperización de la dimensión moral, salvífica y soteriológica del mensaje de Cristo: claro que a Jesús se le conmovían las entrañas ante las injusticias, el hambre, la enfermedad y la marginación social, pero todo ello con vistas a ofrecer a toda persona un mensaje completo de salvación, para esta vida terrenal pero especialmente para la otra celestial y eterna.
 
 
 
2 de julio, 2017. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.