martes, 30 de abril de 2013

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXXI)"



Apoyar la escuela católica en España, sí. Sobre todo para que la escuela católica siga apostando por el modelo docente "burócrata", principalmente, mayoritariamente; y minoritariamente, por el modelo docente militante cristiano, esto es, por el modelo evangelizador enamorado de Jesucristo y de su Iglesia. 


Solo que ¿no estábamos en que la escuela católica debe ser una plataforma para la nueva evangelización? ¿No afirma la doctrina de la Iglesia que los docentes de la escuela católica deben ser militantes, esto es, evangelizadores, misioneros del Reino y su justicia?


¡Busquen profesionales docentes así en la escuela católica! Se contaran con los dedos y sobrarían dedos...


En fin, hagan lo que quieran. Que los obispos, curas, religiosos y responsables laicos hagan lo que crean conveniente. Mucha gente, me temo que ya no alberga esperanza alguna de verdaderas reformas en la Iglesia católica en España. Ni con el "ciclón papa Francisco"... A quien Dios bendiga y guarde e ilumine en su obrar de Papa. Por el bien de la Iglesia, tan saturada de pecado; que se lo pregunten, si no, al emérito papa Benedicto.

"Un apunte sobre la familia cristiana (católica)"

Settimo Manelli (1886/1978) fue un profesor italiano que se casó, a los 38 años de edad, con la joven de 17 años también italiana Licia Gualandris (1907/2004), ama de casa, sus labores. Tuvieron 21 hijos, los mismos años que él le pasaba a ella: cinco murieron por abortos naturales, otros 3, siendo muy niños. También destacaron, o sobre todo, por una intensa vida de piedad católica.

Como que la Iglesia los quiere hacer santos, juntos, la Iglesia lo que desea es canonizar el matrimonio formado por Settimo Manelli y Licia Gualandris. Quiere proponerlos al común de los fieles, al Pueblo de Dios, como modelo de matrimonio fecundo, confiado en la Providencia, desde la intensa generosidad y la espiritualidad.

Asimismo, en el año 2001 el papa Juan Pablo II canonizó al matrimonio también italiano formado por Luigi Beltrame y María Corsini. Padres de 4 hijos, subieron juntos a la santidad de los altares. Y también beatificó Juan Pablo II a Louis Martín y Zélie Guérin, franceses, padres de 12 hijos, entre ellos nada menos que la futura santa Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia (en la que solo hay tres doctoras: Catalina de Siena, Teresa de Ávila y Teresa de Lisieux, a la espera de que lo pueda ser también la filósofa y judía conversa Edith Stein, mártir en un campo de concentración nazi, esto es, santa Teresa Benedicta de la Cruz).

Hace siglos, la Iglesia beatificó a Isidro Labrador y a María de la Cabeza, marido y mujer, pero los canonizó por separado. Y por último, el matrimonio español formado por Manuel Casesnoves (1904/1958), farmacéutico de Játiva, y Adela Soldevila, ama de casa (1906/1988), padres de 9 hijos, más 2 sobrinos huérfanos que acogieron, parece que también va camino de los altares, juntitos los dos. Aunque inicialmente Manuel Casesnoves no secundaba a su novia en la piedad religiosa católica de esta, la insistencia de Adela obró el milagro: acabó acercando al bueno del farmacéutico valenciano a la práctica heroica de la fe católica. Y tanto: la Iglesia ha iniciado la causa de beatificación del citado matrimonio.

Pero henos aquí que siendo así lo que he presentado, me gustaría plantear por escrito, en voz alta, qué pensarán las feministas y aun ultrafeministas metidas en la Iglesia, de los testimonios de vida matrimonial que he traído a este post. Y qué piensan de estos testimonios todas las mujeres jóvenes, incluidas las burócratas católicas enchufadas en trabajos de la Iglesia (escuela católica, profesorado de Religión católica en la escuela pública, facultades de teología, Cáritas y otras movidas asistenciales), que sienten auténtico pavor a tener más de 2 hijos... Como que suelen usar métodos anticonceptivos una vez alcanzan la parejita, este es un secreto a voces (métodos deslegitimados por la Iglesia... que les da de comer); casi todas, honrosas excepciones aparte, que solo Dios conoce y que a mí, por supuesto, no me compete enjuiciar, ni me interesa siquiera.

Y resulta que viven en lo profesional de la Iglesia, en tanto a un servidor que escribe estas líneas han puteado sin misericordia desde la mismísima Iglesia. A un servidor, sí, mediocre y pecador, sin duda, pero sin embargo confesante de la fe en fidelidad al Magisterio, inmensamente más culto que la gran mayoría de los "enchufados" eclesiales, y confesante de su deseo de formar un matrimonio cristiano militante (esto es, solidario, espiritual y abierto con generosidad a la vida), que al fin y a la postre ha venido a ser una de las razones, acaso la principal, de no haberse casado, pues hoy por hoy en la descristianizada España es casi imposible encontrar una mujer joven deseosa de formar un matrimonio cristiano así como Dios manda, y como la Iglesia sigue queriendo. Un matrimonio no digo para concebir 10 o 12 hijos, igual tampoco es esto, dadas las imperiosas circunstancias de nuestro tiempo, dada la incorporación de la mujer al mercado laboral (una amiga mía, funcionaria del Estado, 3 carreras, 44 años, madre de 4 hijos, intensa actividad pastoral, lo dice en su Whatsapp: "Con cuatro basta"), pero sí para intentar una cierta generosidad, más allá de la consabida parejita, que es el rollo pequeño-burgués que se ha ido incrustando en la conciencia del fiel católico de hoy día.

De manera que sigo esperando (en vano, me figuro) que alguno de los tantos eclesiásticos que han pasado de mí, me quiera explicar qué demonios está pasando en la Iglesia católica. (Es decir, los curas y los obispos, por lo común o por lo general, ¿proponen estos modelos de matrimonio a la comunidad católica en los tiempos que corren?) Al menos para contrastar con mi opinión al respecto, que creo tengo muy formada. A saber: la Iglesia católica se ha ido mundanizando tan a lo bestia que... 

Que de qué sirve, también suelo preguntarme, tratar de ser fiel al Magisterio, si resulta que hoy día parecen contarse con los dedos de la mano y aún así sobrar dedos los fieles católicos deseosos de fidelidad al Magisterio: como que no parecen serlo (al menos es lo que parecen, solo Dios conoce los corazones y el sagrario de las conciencias)ni los que, en lo profesional, viven de la Iglesia católica.

Luis Henríquez. 30 de abril, 2013.

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXX)"


Acaba de decir el papa Francisco que "cuando la Iglesia se vuelve mundana, será incapaz de llevar adelante el Evangelio"...

Pues si lo sabes, papa Francisco, siervo de los siervos de Dios, me gustaría imaginar que tú, que eres el Papa, querrías empezar pero... En verdad, ¿quién va a querer ponerle el cascabel al gato a base de ir poniendo de patitas en la inhóspita calle a tanto trepa, burócrata, figurón, mediocre, antimilitante, arribista, mundanizante, desencarnado y mero enchufado como que hay en la Iglesia católica...?


Me temo que esto nunca se hará: la escuela católica seguirá llena de docentes burócratas, que no militantes, que no evangelizadores enamorados de Cristo y de su Iglesia, que es lo que, "en teoría", pide la Iglesia. Las facultades teológicas católicas, lo mismo: en vez de militantes, burócratas; en vez de entusiastas del Evangelio en fidelidad al Magisterio, "posibilistas". mundanizantes; en vez de seglares promotores de familias militantes, o sea, solidarias, espirituales, abiertas con generosidad a la vida, se seguirá promocionando la familia pequeño-burguesa...

Este es el panorama de la mayor parte de la Iglesia en Europa, papa Francisco. Pero ojalá el Espíritu Santo le dé fuerzas a usted, papa Francisco, y esa fuerza del Espíritu usted quiera y sepa transmitirla a todos los católicos. A usted, papa Francisco, sucesor de Pedro, siervo de los siervos de Dios, se le ve con ganas, con entusiasmo (etimológicamente, "lleno de Dios). Con entusiasmo, sí, que es justamente lo que falta en la fe de muchos fieles; incluido yo, cómo no: asqueado y quemado y hasta puteado por tanta hipocresía que me parece haber sufrido, amén de condicionado por lo pecador que soy.

Pero como el oficio del cristiano es mantener la esperanza en alto contra toda desesperanza, gracias, papa Francisco, por tus ganas, por tu testimonio pastoral, por tus palabras, por tu cercanía, por tu olor a oveja. A pesar de los tiempos recios que nos toca vivir, en la sociedad y en la Iglesia, por causa de tantas crisis (económica, política, administrativa, crisis de fe...), el Espíritu de Dios nunca abandonará su Iglesia; según la promesa del Señor. 


"En vísperas del 1º de Mayo"

Las cifras son escalofriantes, terribles: 6.200.000 desempleados en toda España, según la última EPA. En Andalucía, el 37% (en algunas provincias como Huelva y Jaén, cerca del 50% de la población activa, desempleada). En Canarias, supera ya el 35% de la población activa la cifra de los desempleados. Casi el 70% de la juventud canaria activa menor de 25 años, desempleada.

Aunque por razones obvias los datos y las cifras sobre suicidios en España fluctúan, estimaciones fiables estiman en 240 el número de suicidios al mes en la España peninsular; en Canarias, se calcula un número espantoso: 30 suicidios al mes.

No hace falta ser adivino para conjeturar esto: en la génesis de no pocos de esos suicidios, esa bestia negra llamada crisis económica.

Entonces así las cosas, ¿hasta cuándo durará esto? Esa especie de garrote vil que es la Troika, ¿hasta cuándo seguirá apretándonos las tuercas?...

Menos mal que siempre nos quedará París, quiero decir, la Iglesia católica... Pero la Iglesia católica en España está no poco podrida: burócratas, mediocres, antimilitantes, figurones, arrivistas, desencarnados ("lelos-beateros", en expresión de un amigo), mundanizantes, antinatalistas y meros enchufados que apenas arriesgan nada en el camino de la fe pululan en la Iglesia, asientan en ella sus tiendas, con el consentimiento tácito o explícito de curas que no huelen a oveja, y con el de obispos que no ejercen de episcopos ("el que supervisa", se entiende que en la fe, en la caridad cristiana, el que confirma en la fe a la grey que se le encomienda), por ser sobre todo prelados trepas, burócratas, hipócritas, mediocres y figurones (creo conocer a unos cuantos de ese "pelaje").

Tiempos recios en España. muy adversos. Pero hay que resistir, como sea: unos, poniendo su confianza en Dios; otros, en sus propias fuerzas prometeicas, proteicas o librepensadoras. Termino esta reflexión mientras escucho Radio San Borondón. Desde esta emisora regionalista canaria, conducida por César Placeres y por Anabel (no solo, claro, pero principalmente), se conmina constantemente a la manifestación de mañana 1º de Mayo. Para inundar las calles de las Islas, y así dar comienzo o continuidad a una protesta ciudadana lo suficientemente revolucionaria para que permita dar un giro de 360 grados a la miserable política del Gobierno que nos desgobierna conduciéndonos irremisiblemente al precipicio.

Desde Radio San Borondón, emisora regionalista canaria que está a la izquierda del PSOE, mucho más a la izquierda, lo único que valoran de la etapa de Zapatero son los llamados logros sociales: ley del aborto, matrimonio de los homosexuales, divorcio exprés... Yo, que sigo siendo católico deseoso de fidelidad al Magisterio a pesar de haber sido miserable y canallescamente puteado por la hipocresía eclesiástica, especialmente, aunque no solo, desde la Diócesis de Canarias (ya he tenido ocasión de confesar que cada vez son más los amigos y conocidos que afirman que actuando así demuestro que soy un tonto de cojones, de campeonato), descreo de esas proclamas progresistas altavoceadas desde una emisora como Radio San Borondón, pero me sigo quedando con buena parte del resto de reivindicaciones que también se altavocean desde esta emisora: solidaridad, justicia social, enseñanza pública de calidad, movimientos sociales anticapitalistas, derechos humanos...

Ojalá mañana el 1º de Mayo se convierta en un clamor oceánico que provoque un antes y un después en la desastrosa política que, auspiciada por el Partido Popular, nos está arruinando, desesperando, angustiando, asfixiando.

   

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXIX)"




Equipo Atrio:
 
Coincido con ustedes en que me parece a mí también “vomitivo”. Porque ni Angelo Sodano ni Darío Castrillón hablan de las víctimas sexuales dañadas por el loco de Marcial Maciel; como si no importaran las víctimas, que son lo que más importa en estos casos, que son siempre lo que Jesús habría preferido, no la “imagen” de la Iglesia universal ni el salvar la “imagen” de un sacerdote.
 
Nada más. Buenas noches. Un saludo. Me toca cenar.

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXVIII)"




Estimados del Equipo Atrio:
 
Sin haber leído la respuesta de ustedes, contesté; por cuestión de minutos…
 
No estoy de acuerdo con los que opinan así (los eclesiásticos que establecen que es superior la virginidad consagrada a la sexualidad humana vivida en pareja o matrimonio), pero el papa Juan Pablo II opinaba así, y creo que así opina también el papa Benedicto XVI, y me atrevería a afirmar que el mismísimo papa Francisco. Opinan ellos así, conste, no yo. Yo únicamente he tratado de explicarme por qué han dicho lo que han dicho los dos cardenales cuyos audios he podido escuchar gracias al enlace que nos facilita Atrio. Quiero decir, ellos, no yo.
 
Y en esas lanzo mi hipótesis, que puede ser descabellada: opinan así porque tienen en más alta estima el estado de vida religioso, y un poquito menos estima sienten por el matrimonio, que incluye la sexualidad humana, quizá porque no se han sacudido del todo la mala influencia del pesimismo agustiniano sobre la sexualidad, sobre cuyo misterio el genial pensador cristiano focalizó en exceso la culpa, el pecado original y resto de consideraciones anexas.
 
Nada más. Saludos.

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXVII)"



Pepe Sala:

Dejemos a un lado tus insinuaciones zahirientes contra mí, que no me hieren, la verdad, porque sobre todo lo que me producen es extrañeza, pues me hacen suponer que no has entendido nada de mi escrito, quiero decir, que no has entendido el sentido de mi reflexión, en modo alguno. Y no es la primera vez que te ocurre, ni la segunda; así que igual quien tiene que hacerse mirar “algo” eres tú, que no yo.

Aunque no les doy gran importancia, destaco en negrita y subrayadas tus palabras dirigidas a mí: Pero eso lo entiende cualquiera que no sea cura, monja, obispo o meapilas seglar. Ahora vas y ” te la cascas”….

 
Y ahora la aclaración. Pepe Sala: lee de nuevo mi reflexión, si no es mucho pedir, si no te importa. En ella no justifico a los pederastas ni a los curas o religiosos consentidores de relaciones sexuales con mujeres (lee de nuevo y lo comprobarás); lo que aventuro es que es muy probable que ellos, los sacerdotes y religiosos consentidores de esas prácticas sexuales, ilegítimas en función del estado de vida propio de los religiosos y las religiosas, las traten de justificar: debilidad humana, condición pecadora del hombre y de la mujer…


Pero es más: lo que aventuro es que precisamente por considerar durante siglos y siglos la teología tradicional católica que el estado de virginidad consagrada es de suyo superior al matrimonio, es por lo que -supongo, aventuro, sospecho, lanzo la hipótesis…-, ha habido en la Iglesia católica una arraigadísima tendencia a querer ocultar los casos de pederastia, precisamente por lo que acabo de precisar: por la alta estima en que se ha tenido y aún se tiene el estado de vida consagrada propio de religiosos y sacerdotes. Así que no es que yo esté justificando tales seculares comportamientos del clero, de lo que tú me acusas, sino que trato de analizar por qué han sido tan frecuentes en la Iglesia.

Y es justamente desde esta hipótesis mía desde donde me resultan bastante comprensibles las declaraciones de los audios de Angelo Sodano y de Darío Castrillón (digo que las comprendo, o me parece comprenderlas, pero en modo alguno las justifico), que son los dos que he alcanzado a escuchar. Ambos cardenales no manifiestan estar muy dolidos por los casos de pederastia, corrupción y promiscuidad del mexicano Marcial Maciel, acaso -insisto una vez más: es mi hipótesis- porque en la conciencia de los dos cardenales esté pesando más la estima que sienten por el estado de vida religiosa que la estima por la sexualidad humana.

Reconozco que no soy un primor escribiendo, pero creo que al fin y a la postre me he logrado explicar.

Saludos. Buenas noches.

lunes, 29 de abril de 2013

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXVI)"




Al menos yo sí que conocía el contenido del enlace facilitado por Virginia Fernández, aquí en Atrio
 
Es realmente impactante tomar conciencia de que esos 100 recién nacidos fueron asesinados en el abortorio de Kermit Gosnel, en los muy avanzados Estados Unidos de América, gobernados de Nuevo por Obama. Es un crimen contra seres humanos, por más cierto que también sea que esos seres humanos apenas tenían nueve meses de gestación y, por ende, carecían de historia personal, de capacidad de socialización, de memoria…
 
Sin embargo, en Atrio, Virginia Fernández, si te manifiestas contraria al aborto, por fidelidad al Magisterio o por las convicciones morales que fueren, te vas a encontrar muy sola, pues en Atrio lo que se concita más bien es la heterodoxia, el libre pensamiento, la crítica a la Iglesia (al Papa, a los jerarcas…). Yo hace tiempo que esto lo asumo, asumo que es así; y más bien agradezco a este portal que me deje expresar mis opiniones, que a veces se vuelven críticas con actuaciones de la propia Iglesia, no creas que no, no así con su doctrina, me parece.
 
Con actuaciones de la Iglesia, Virginia Fernández, porque la propia Iglesia católica “tiene al enemigo en casa”. Bajo la especie de burócratas antimilitantes o desencarnados, que por inercia, por pasotismo o por comodidad no se oponen al aborto, no defienden la fe de la Iglesia (estos serían los cristianos tibios de que habló el papa Francisco hace unos días en una de sus catequesis de los miércoles, me parece). Y bajo la especie de los mundanizantes o falsos progresistas, que pretenden que la Iglesia tiene que adaptar sí o sí su doctrina a las directrices del mundo, a fin de resultar así más atractiva, aun a riesgo de resultar menos auténtica, menos evangélica.
 
Yo por ejemplo me manifiesto en contra del aborto porque soy de izquierdas, o me considero tal. Y siendo sobre todo un pecador, pero no tonto del todo como para no percatarme de la flojera tan grande que hay en el catolicismo español, lo que suelo plantearme es de qué vale o para qué vale alinearse uno con el Magisterio en estas cuestiones morales, y aun en otras parecidas, si resulta que ¡ni una nada desdeñable mayoría de seglares que hasta viven en lo profesional de la Iglesia católica (facultades teológicas, escuela católica, profesorado docente de Religión en la escuela pública, centros asistenciales diversos…) es fiel a aspectos nucleares de la doctrina del Magisterio!
 
Y para más inri: los curas y obispos conocen que esto que denuncio es así, pero me temo que en general miran para otro lado, no toman cartas en el asunto. De manera que todo sigue igual en la iglesia católica.
 
Saludos.

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXV)"




He escuchado solo los audios del cardenal italiano Angelo Sodano y el del también cardenal Darío Castrillón, que es mexicano. Así que no habiendo escuchado todos los audios, igual no he alcanzado a tener una visión global o “de conjunto”.
 
De todas formas, tras haber escuchado a ambos príncipes de la Iglesia católica siento reconfirmarme en una teoría que tengo. A saber: una de las causas de que incluso el papa Juan Pablo II quisiera ocultar los casos de pederastia -protegiendo, al menos inicialmente, a su amigo Marcial Maciel- tiene que ver con la idea, muy inserta en toda la reflexión teológica tradicional católica, de que la castidad y la virginidad consagradas son estados de vida superiores al ejercicio de la sexualidad humana propio de los seglares.
 
Cierto que hay seglares que han sido canonizados por la Iglesia católica; incluso, matrimonios, como los muy castellanos san Isidro Labrador y santa María de la Cabeza, o como los padres de santa Teresa de Liseux. Sin embargo, la teología católica desde siempre ha afirmado lo que meramente apunto. Es algo que todavía el papa Juan Pablo II defiende, literalmente, en un número de su carta apostólica Mulieris Dignitatem, me parece recordar.
 
Desde esa superioridad de la castidad o virginidad consagradas sobre la sexualidad humana, vivida incluso en el matrimonio, es como habría que entender, me sigue pareciendo a mí, la secular benevolencia con la que desde la Iglesia católica se gestionó el asunto de las barraganas de los curas, episodio que se mantuvo durante siglos y siglos. Dicho en la lengua de Sancho Panza: por mantener una vocación religiosa o sacerdotal, bien podía valer sacrificar la dignidad de las personas (mujeres y menores, principalmente) a base de sexualidad no precisamente dignificante o liberadora.
 
Con todo, no estoy queriendo dar a entender que la Iglesia católica no valore el matrimonio cristiano o entre cristianos, no, en modo alguno; ya he reconocido que lo tiene en muy alta estima, en el grupo de los siete sacramentos, nada menos, pero sí que me parece que se ha dado -y aún quedan resabios de ello- una suerte de sobrevaloración del estado de vida religiosa profesa incluso al precio de ocultar prácticas sexuales lesivas de la dignidad humana. Expresado de nuevo en la lengua de Sancho Panza: “por el estado de vida religioso, por mantener, por salvar una vocación, algunas concesiones a la sexualidad humana cabía admitir”.
 
En definitiva: en los dos audios que he escuchado, sí que se advierte claramente una permanente confesión de amor y de fidelidad a la Iglesia por parte de ambos cardenales, al tiempo que el gran ausente se me hace que es el expresar el horror arrepentido por la indignidad de los abusos sexuales perpetrados por el corrupto Marcial Maciel contra jóvenes, mujeres y menores.
 
Buena tarde.

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXIV)"




Con todos mis respetos, no termino de entender cómo Leonardo Boff echa pestes de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, y empero no cesa de mover el botafumerio en honor del papa Francisco. Y no lo entiendo porque en materia doctrinal, las diferencias entre Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco caben en un cofrecillo pequeño.
 
De manera que si a Leonardo Boff lo que le interesa es tratar de crear o imaginarse  un papa a “imagen y semejanza de su modelo de Iglesia”, creo que va muy errado, errático diría yo. Porque no hay más que estar atento a lo que el papa Francisco hace y dice, para percatarse de que el muy franciscano Papa jesuita argentino no encaja ni con calzador en los esquemas de un supuesto, supuesto más que real, papa progresista.
 
Claro que lo que expreso es solamente mi opinión. Buena semana.

domingo, 28 de abril de 2013

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXIII)"



De todas formas, será porque trato de no menospreciar ni insultar al prójimo (aunque a veces menosprecio e insulto: soy pecador), por lo que he querido pasar por alto la perplejidad que diré: el teólogo Leonardo Boff, que yo creo que no vive sacramentalmente en comunión con la fe de la Iglesia católica, no ceja en sus críticas a papas como Juan Pablo II y Benedicto XVI; no parece, al menos hasta la fecha, por la labor de criticar ahora al papa Francisco...

Pues no lo entiendo: en lo doctrinal, las diferencias entre los tres papas que he citado caben en un cofrecito pequeño, valga la analogía. Entonces, ¿solo por el supuesto o real "aire pastoral fresco novedoso" que ha dejado penetrar en la Iglesia el bueno del papa Francisco cabe ese florilegio de palabras bonitas y buenos deseos de personajes tan mediáticos como el brasileño Leonardo Boff, ese oloroso botafumerio que un día día y otro también se le está dedicando al Papa argentino?

Si en verdad Boff desea el bien de la Iglesia católica, ¿por qué es tan "duro" con Juan Pablo II y con Benedicto XVI y es tan "blando" con el papa Francisco?

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXII)"



Sospecho que no escasean los obispos católicos que no van para nada en la línea de caridad pastoral, cercanía, sencillez y compromiso por los pobres que quiere marcar el papa Francisco. Algunos analistas y hasta foristas se atreven a dar nombres, sectores enteros de conferencias episcopales... Yo desde luego pienso en algunos nombres, sospecho de algunos jerarcas cuyas trayectorias me parece conocer, en parte al menos, pero no me atrevo a dar nombres: todos los fieles de la iglesia universal somos pecadores, de manera que mejor denunciar el pecado, y no al pecador...

De manera que por lo que señalo, hermano Leonardo Boff, lo que tú planteas no lo veo tan fácil de aplicar en la Iglesia universal. Porque los obispos son los pequeños "papas" de cada porción de la iglesia universal que les toca administrar, quiero decir, pastorear. Y muchos hacen lo que creen que deben hacer, con independencia del "estilo" pastoral del papa Francisco.

Pero ojalá me equivoque: la Iglesia lo necesita.

"¿Hasta cuándo, señor Mariano Rajoy?"



Hablando de víctimas y victimarios del terrorismo financiero, quiero refrescar la memoria de muchos y de muchas recordando que durante los últimos meses del Gobierno de Zapatero, convertido ya en un una suerte de fatal desgobierno a la deriva, el entonces candidato de la oposición Mariano Rajoy, a cada mensual subida del desempleo exclamaba: “Es que esta situación es ya insoportable, intolerable, inadmisible” (las cursivas son mías).
 
No ha pasado aún año y medio de Gobierno del Partido Popular y, de los 5.000.000 de desempleados que dejó la etapa de Zapatero, hemos pasado a la escalofriante friolera de 6.200.000 desempleados, según la última EPA. Desastre absoluto de la gestión de la derecha que nos gobierna en España. Lógicamente, Rajoy mira para otro lado; o se excusa con el recurso a la herencia recibida del Gobierno socialista, y el recurso a que se están poniendo las bases para la recuperación económica…
 
Recuperación económica que no llega, pues acaban de reconocer los dirigentes populares que en la legislatura del actual Partido Popular, esto es, hasta el 2014, ¡no se creará empleo en este país!
 
La Virgen santísima, que dirían los viejos, que Dios nos coja confesados. ¿Quién puede resistir esto mucho tiempo más? En Canarias, ya más del 70% de la población joven de menos de 25 años, en paro.

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXXI)"




X. Gundín:

Nunca fui testigo o protagonista de esa época, pues a lo más yo debía ser un bebé o un infante por esos años. Pero sí que escuché muchas veces a Julián Gómez del Castillo, quien a sí mismo se consideraba protagonista de todo ese devenir del apostolado obrero de inspiración cristiana, y así lo consideran a él también muchos.
Admiré desde un primer momento a un militante como Gómez del Castillo, excepcional por muchos aspectos y carismas con que descolló; pero desde la modestia de mi vida de compromiso militante mediocre, creo que fue un hombre, al menos “percibido por mí”, desde mi perspectiva o percepción, no poco intolerante con las ideas y verdades y experiencias del otro. Al menos conmigo lo fue, que es lo que cuenta como dato a la vez objetivo y subjetivo.
Así pues, esa aseveración que apunto se la escuché al susodicho muchas veces, la repetía como una suerte de mantra, y la tiene escrita por aquí y por allá. Y además solía repetir cosas como que “los seglares católicos éramos unos enanos espirituales al lado de los obispos”, de los obispos españoles, por ejemplo, lo cual me parece casi una insolencia, la verdad, por mucho que la dijera un militante excepcional como él. Y además de una insolencia, una inexactitud, o mejor dicho, un juicio bastante reaccionario, siempre a mi modo de ver estos asuntos, claro está.
De todas formas a estas alturas de mi vida, también bastante de todo eso del movimiento obrero no es que me parezca distante y remoto, no exactamente (o no en absoluto, mejor: me sigue interesando sobremanera), pero sí que me resultan hasta molestas algunas que considero rabietas y obsesiones de un señor como el citado Gómez del Castillo, a quien empero siempre habría de agradecer todo lo bueno que me mostró y enseñó y aun ayudó a descubrir. Rabietas como la de satanizar las obras completas de Guillermo Rovirosa, en cuatro volúmenes, publicadas hace años por la HOAC, por la sencilla razón de que le parecía muy burgués que se hubieran editado así, a imprenta; al parecer, él seguía prefiriendo publicarlas en cuadernillos hechos a pura fotocopia, muy chungos para ser leídos, todo sea dicho, calidad de edición pésima. 

Yo durante años sufrí por todo ello, teniendo que leerme “por decreto” esos cuadernillos de calidad pésima, por una supuesta solidaridad con la clase obrera; al leerlos, me dejaban "para el arrastre", es decir, sin ganas de leer otros libros, lo cual era para mí, que me considero buen lector, una mala noticia. Ahora, a estas alturas de mi vida (siendo encima, yo creo que menos burgués y adinerado que el 99% de los que se consideran discípulos y seguidores de Julián Gómez), sencillamente me la sudan esas que juzgo como injustificadas paridas. Y si alguna vez alguien se me acerca con similares pretensiones de que por algo así como la solidaridad con la clase obrera tengo que quedarme ciego leyendo páginas pésimamente impresas, cojo un libro de Cioran, por ejemplo, y maldigo al manipulador en potencia que viene con esas ocurrencias y exigencias, al tiempo que trato de bendecir la sola vida de la mano del pesimista Cioran; o me quedo fijamente mirando para 10 o 12 obras que siempre tengo en mi biblioteca por leer de Shakespeare, no importa para mí que traducidas al español...

Me suele funcionar: me quedo más fresco que una lechuga, y sin ninguna clase de culpa por esa supuesta o real "infidelidad mía a la clase obrera". 

Buen domingo.

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXX)"




Estoy en contra del aborto porque me considero de izquierdas, de una izquierda socialista, autogestionaria, que está en las antípodas de esa falsa izquierda llamada PSOE, que tiene de izquierda el nombre y poco más (en ese "poco más", entrarían los llamados militantes de base, que en cierto número puede que queden, o no lo dudo). Viendo a los gerifaltes del PSOE, tomando conciencia de cómo viven, ¿quién en rigor puede pensar que esas personas son en verdad de izquierdas, socialistas y militantes?
 
Así que estoy en contra del aborto porque me considero de izquierdas, lo cual es similar a afirmar que la perversa ideología de género es justamente el aborto lo que trata de promover a escala mundial.
 
He llegado a presenciar abortos de fetos de 4, 5 y hasta 6 meses de vida (en imágenes de vídeo, claro), y son una auténtica carnicería. Y empero, conozco chiquitas veinteañeras ultrafeministas partidarias del aborto que me han llegado a insultar porque en lo tocante a la fiesta de los toros soy de la opinión de que, si por mí fuera desaparecería esa fiesta llamada nacional porque no me gusta especialmente, así que no iría a las corridas de toros, nunca he entrado a ninguna plaza (bueno, sí, a una, a la que está en Santa Cruz de Tenerife, hace algo más de 20 años, para asistir a un concierto de rock en ella), aunque yo no las prohibiría, allá los aficionados con su fiesta de toros. Y claro, como resulta que tales feministas partidarias del aborto están en contra de esas “tropelías” contra  los toros, y también en contra de las cometidas o por cometer con las focas monje y los osos panda.
 
Qué incoherencia, que es claro signo del derrumbe de los fundamentos de la antropología y la axiología que han constituido la base de la cultura judeocristiana occidental.
 
Buen domingo, que pese a todo para mí sigue siendo Día del Señor.

sábado, 27 de abril de 2013

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXIX)"



Porque se ha ido dando (en relación con mi comentario anterior, el nº CXVIII) en la mentalidad del hombre y de la mujer postmodernos un giro copernicano: de la mentalidad antigua que veía la sexualidad como el ámbito de lo prohibido, de lo tabú, de lo pecaminoso siempre y en todo lugar, se ha pasado al otro extremo.

Y sin embargo, en ese cambio de mentalidad en lo relativo a la sexualidad humana, no faltan aspectos positivos. En el hecho de que la mujer asuma su propio rol en la sexualidad humana, por ejemplo, o que hombres y mujeres sean capaces de llamar a las cosas por su nombre: a sus deseos, frustraciones, experiencias, temores relativos al sexo...

La Iglesia católica no desconoce esa nueva mentalidad. Que me figuro que trata de comprender, de "cristianizar", acaso tomando muy en consideración la enseñanza paulina: "analícenlo todo y quédense con lo bueno, lo justo, lo noble y lo bello". Pero aun así, su mensaje moral no varía, es el mismo: frente al pansexualismo imperante, castidad; frente a una vivencia sexual sin tapujos, pudor; frente a la promiscuidad sexual, fidelidad conyugal; frente a las parejas de hecho, el matrimonio...

Entonces, así las cosas, ¿la Iglesia es profética o es reaccionaria? Por lo que a mí respecta, creo en la propuesta moral de la Iglesia católica, pero no pocos aspectos de la nueva mentalidad moderna o postmoderna sobre la sexualidad humana me interesan. Verbigracia: la aceptación de la sexualidad de cada uno, de cada persona, como fuente de comunicación y no solo de placer, como fuente de plenificación personal y no solo como vehículo de goce hedonista...

sábado 27 abril 2013, 11:58

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese amis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXVIII)"


No creo que el papa Francisco pueda "anular" la prohibición de que los divorciados vueltos a emparejar accedan a la comunión eucarística. Lo digo como simple opinión, que sospecho puede ser desmentida por alguien más informado que servidor.



Lo que sí podría lograr es que una parte de los alejados se acabara acercando a la vida de la Iglesia católica. Este es un gran reto de la Iglesia: precisamente, la llamada nueva evangelización. Porque yo lo que creo observar es que la juventud española en general vive tan al margen de la moral de católica...


¡Aquí en España es como si pareciera que el que no folla (perdón por la grosería: al pan pan y al vino vino) es tonto, el último de la fila del pelotón de los bobos! No exagero, ni tampoco estoy queriendo juzgar a nadie, es simplemente la realidad. Los valores de pureza, pudor, castidad, abstinencia sexual -que son los de Benedicto XVI, ciertamente, porque antes fueron los de Juan Pablo II y vienen a ser ahora los de Francisco, dado que son los de la Iglesia de siempre-, la mayoría de la juventud española no parece dispuesta a quererlos asumir.


sábado 27 abril 2013, 11:49

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXVII)"




Con todo, una aclaración a mi comentario anterior (nº CXVI):

España forma parte de Occidente, y hoy día el Occidente antaño cristiano es hogaño postcristiano y hasta apóstata, me atrevería a decir. El vacío de Dios se ha instalado en la conciencia de las masas, esto es, el vivir como si Dios no existiera; pero no en claves similares a las teológicas y cristológicas -y por ende soteriológicas -planteadas por un teólogo y pastor evangélico como Dietrich Bonhöefer -quien planteaba en efecto vivicomo si Dios no existiera, pero no desde la negación de Dios sino desde una especie de autonomía de la ética secular con una apertura última a Dios-, y sí en claves de mero pasotismo, indiferencia, materialismo y paganismo.


Quizá por ello las comunidades católicas son en general débiles en la actualidad; repito: con todas las excepciones que se quieran, o de rigor. Pues no todo está perdido; esto es, no todo puede estar perdido porque, de ser así, de estar todo perdido, ha de colegirse que la Iglesia universal no puede sino ser un gran invento, una gran mentira, una gran estafa. O lo que es lo mismo: si "todo está perdido porque nada será recapitulado en Cristo, al final de los tiempos, ya en un tiempo escatológico", consecuencia inevitable de ello es que la Iglesia también quedaría reducida a un vulgar invento o negocio.  


Buen sábado.

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (CXVI)"





  • “Francisco de Roma y la ecología de san Francisco de Asís”, he aquí el título del artículo de Leonardo Boff (Atrio, 26/4/2013).
     
    Me parece bello su contenido y a la vez exagerada su propuesta: no creo que el papa Francisco esté dispuesto a llegar tan lejos, en su afán reformista, en su ecologismo radical y teocéntrico, como Francisco de Asís. Esto por una parte. Aunque a decir verdad, mejor, desde mi perspectiva, el papa Francisco lo está haciendo notablemente bien. Quiero decir: no abrigo dudas de que debe ser un buen creyente, un buen discípulo de Jesucristo. El Papa argentino ama a la Iglesia universal, a la que trata de servir, a la que ha tratado de servir durante su ya larga y fecunda vida, pastoralmente fecunda.
     
    Y por otra, estamos ante el problema de siempre, al que yo mismo hago frecuente referencia en Atrio:  la Iglesia católica atraviesa una crisis de fe y de credibilidad tan colosal, que no abundan en modo alguno los entusiastas continuadores del sueño evangélico, eclesial y ecologista-pacifista de Francisco de Asís. ¡Para nada!
     
    Miremos: en las parroquias, la mayoría de los fieles apenas se conocen, casi ni se saludan, no hablan entre sí apenas, no hay fluidez comunicativa, no hay conciencia de pertenencia comunitaria fraterna. Por eso, los pentecostales evangélicos crecen como esporas, como la espuma; son la comunidad cristiana que más crece en el mundo, una pasada: los pentescostales sí ofrecen primero, una experiencia intensa de fe, segundo, un clima de acogida, fraterno (o de apariencia fraterna), comunitario, y tercero, ofrecen formación espiritual y teológica. Frente a todo esto de los pentecostales, las comunidades católicas, por lo común -con todas las excepciones que se quieran, desde luego- resultan frías, distantes, no funcionan como verdadera comunidad.
     
    Por lo menos es mi experiencia. Así por ejemplo, aunque también he tenido experiencias de pertenencia comunitaria a colectivos católicos solidarios y apostólicos de apostolado obrero, lo común en mi vida ha sido acudir a las parroquias, lo típico, a varias de mi entorno. Pues bien: casi imposible la comunicación fluida con los parroquianos, sobre todo con los parroquianos jóvenes. Es como si cada joven católico que acude a la parroquia fuera por libre, metido en su burbuja, en su islote, con apenas vinculación con el resto de feligreses. Y cuando intentas “romper el hielo”, vencer las distancias, suele ocurrir que no consigues tampoco gran cosa, pues acabas sintiéndote como en ridículo, como si no valoraran lo que haces; vamos, que lo que crees experimentar es que la peña no está por la labor.
     
    Abundo en esto: hasta que me harté de hacer el indio, cada vez que yo publicaba un libro, y a menudo cuando publicaba artículos en la prensa, en revistas escritas y sobre todo en Internet, hacía copias y las entregaba a jóvenes católicos de las parroquias de mi entorno. Con el resultado de que ¡jamás vi a ninguno de esos jóvenes en presentación alguna de mis libros, y jamás ninguno de esos jóvenes se acercó a mí para comentarme qué le había parecido mi último artículo publicado, del que encima, ya he dicho, me había molestado en hacer copias que les había repartido a ellos y ellas!
     
    Hasta el extremo, también digo, de que me he aburrido, y he acabado por tirar la toalla. Asimismo, como soy cinéfilo empedernido (para mí, el día ideal es el día en que logro sacar tiempo para visionar al menos una película, una película por día), también he probado a tratar de hacerme cercano con los pocos jóvenes católicos que acuden a las parroquias de mi entorno repartiéndoles invitaciones para la asistencia, siempre gratuita, a algunos de los ciclos de cine que frecuento. Completamente inútil. Lo mismo que cuando he invitado a todos esos pocos jóvenes a acudir a las actividades alternativas de espacios socioculturales más o menos antisistema de la capital de mi Isla, en los que también vemos cine, entre otras actividades. Idem: todo es en vano.
     
    Entonces, siendo la que es mi experiencia, el cuento -en el buen sentido de la palabra, no pretendo ser despectivo-  del sueño de Francisco de Asís que nos trae Leonardo Boff en su artículo, ¿para qué lo quiero en una Iglesia cuya mayoría de fieles jóvenes funciona (digo la que yo conozco, ojo, con la que he pretendido repetidos acercamientos comunicativos y fraternos, todo en vano, conste) con una apatía tan mayúscula hacia lo que significa amistad y comunicación, hacia lo que significa compromiso social, hacia lo que significa implicación en la cultura…?
     
    Leonardo Boff: más allá de ese siempre maravilloso sueño de Francisco de Asís, en España ¡el 98% de los jóvenes pasa de la Iglesia católica, cada día que pasa, más, más radicalmente, más distantemente! Y del 2% que, pongamos, no pasa de la Iglesia, una nada desdeñable mayoría sí pasa del cine, de la pasión por la cultura, de la pasión por lo social y por la solidaridad.
     
    Ojo o repito: todo esto que digo es desde mi estricta experiencia personal. La cual no significa que haya que tirar la toalla. Yo por ejemplo sigo yendo a misa; religiosamente cada domingo y cada fiesta de guardar o de precepto, y hasta entre semana voy alguna vez, y confieso y comulgo con frecuencia y trato de hacer oración, muy por libre, a mi manera, con métodos de oración flexibles, siguiendo para ello breves resúmenes de la Liturgia de las Horas...

    Pero creo que hay una gravísima flojera en la vida de la fe en la iglesia católica; flojera a la que yo contribuyo, ni que reconocerlo habría, pues no dejo de ser un flojo en lo tocante al entusiasmo de mi fe.

    Aunque bueno: como sigo yendo a misa, confesando y comulgando frecuentemente (procuro comulgar siempre que asisto a la Eucaristía, lo cual significa que como mínimo confieso una docena o decena de veces al año) y tratando de hacer oración y vida solidaria por el Reino... Porque en definitiva (obligada), nunca la Iglesia católica, en sus 20 siglos de existencia, ha dejado de tener en su seno a personas maravillosamente testimoniantes de la fe en Cristo. En todos los estamentos y estados de vida: entre los obispos, entre los sacerdotes, entre los religiosos y religiosas profesos, entre los seglares... De esto creo que nunca he dudado. Nunca.

    De manera que tal certeza debe formar parte del núcleo esencial de mi vida creyente, esto es, de mis convicciones de discípulo de Cristo que camina con la Iglesia católica.
     

viernes, 26 de abril de 2013

"El Vaticano desmiente que se disponga a permitir comulgar a los divorciados vueltos a emparejar"




El futuro de la Iglesia católica parece sombrío, más negro que el sobaco de un grillo; y si afirmo que "lo parece" ojalá me equivoque: "parecer" no es "ser".



Lo afirmo como quien vaticina, porque no solo es cierto que los divorciados y separados hoy por hoy constituyen una clara mayoría en las sociedades del Occidente postcristiano, sino porque al hecho de que hoy muchos se divorcian, se separan, cambian de pareja cada por tres, se amanceban, etcétera, sucede este otro: tampoco los jóvenes católicos actuales parecen especialmente interesados o ilusionados en vivir las exigencias del matrimonio cristiano. Como que, salvo excepciones, en las comunidades católicas todo sigue muy frío, los feligreses que van a misa apenas si hablan entre sí, si se comunican; vamos, que no hay calor humano, no hay impresión de pertenencia fraterna comunitaria, como sí la hay entre los pentecostales, por ejemplo, que constituyen la confesión o denominación cristiana que más crece en el mundo, más que la Iglesia católica, que sigue contando con el mayor número de bautizados (sobre los 1.200 millones, frente a los 400 millones que se calcula pertenecen ya a las filas de los pentecostales evangélicos).


Hasta el extremo de que en las parroquias no es fácil "ligar" con jóvenes católicas, o viceversa. No es fácil, entre otras razones, porque la apatía, la desmotivación y la falta de entusiasmo por la fe católica anidan incluso entre los jóvenes católicos. Y por lo ya reconocido hace un momento: porque no fluye la buena comunicación en las comunidades cristianas, la buena onda, la armonía, la impresión de pertenecer a una comunidad fraterna.


En fin: paciencia, y las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.


Postdata:


Esta noticia la leo de Religión Digital. Y claro, he pensado en toda la gente afectada. Son tantas las personas divorciadas o separadas hoy día, que el propio papa Juan Pablo II habló de "la plaga de las separaciones y divorcios en nuestro tiempo histórico". Y he considerado que conozco divorciados de ambos sexos que comulgan, feministas que viven en pareja de hecho y que comulgan, lesbianas emparejadas que comulgan... 


Bueno, la Iglesia católica sabrá; yo no soy juez, el Juez es Quien es.

Luis Henríquez, abril, 2013.