sábado, 20 de abril de 2013

"En torno al aborto por abril de 2013"



Creo estar convencido de que una de las claves con que entender lo que está pasando en la práctica totalidad de las legislaciones favorables al aborto en el mundo entero, es la que tiene que ver con el hecho de haber ido aceptando que el aborto es un "derecho" de la mujer. Un derecho más, sin duda el más drástico, dentro de lo que son los llamados derechos sexuales y reproductivos de la mujer.


De manera que la aceptación del aborto a escala planetaria es una conquista del feminismo. Como es también conquista del feminismo la implantación de la mentalidad antinatalista, antifamilia incluso, "antipatriarcal".

Ciertamente, el aborto es a menudo un drama, de facto o en potencia: embarazos en adolescentes, mujeres violadas, graves malformaciones en el feto, gravísimos problemas económicos, serio peligro para la vida de la madre... Y como tal, como "drama" de difícil resolución, ha de ser considerado, con todo respeto y equilibrio para todas las partes implicadas, pero de ahí a haberlo convertido en un derecho...

Desde luego, el Magisterio no puede, entiendo, dar marcha atrás en su condena o rechazo sin excepciones posibles a todo aborto provocado, con independencia de que no pocos teólogos católicos "heterodoxos" sigan planteando algo así como enmiendas a la totalidad, o rechazos menos globales.

A menos que la comunidad científica "en bloque" llegue a la conclusión de que no hay vida humana en las primeras semanas de vida del feto, o aun en las primeras 12 semanas, en que el feto es propiamente un embrión. Pero ello no parece científicamente posible, según entienden mis cortas luces, por el "imponderable" de no ser posible establecer qué es lo que hace que un embrión de 5 semanas, pongamos, sea ya vida humana, y no lo sea con 3 semanas, o que lo sea a partir de la 9 semana...

Por primera vez en la historia, la inmensa mayoría de las mujeres en edad fértil en todo el Occidente pueden elegir, salvo "sorpresas", cuándo quedarse embarazadas. Y los obispos conocen que es así, y empero poco hacen o pueden hacer para impedir que sea así: hasta la inmensa mayoría de las jóvenes que van de católicas por la vida participan de la misma mentalidad anticoncepcionista: prácticamente ninguna pasa de la parejita; ergo, lo más probable es que, salvo casos especiales de dificultad para concebir que solo Dios conoce, usen de métodos anticonceptivos. Y los obispos esto lo conocen; y si no lo conocen, peor para ellos. Y comoquiera que sea, poco hacen y poco pueden hacer para torcer el rumbo de la tendencia: las mujeres occidentales no están dispuestas a renunciar a sus "conquistas"; vamos, ni siquiera las católicas lo están, salvo un ramillete de ellas pertenecientes a los grupos considerados más conservadores -y no todas tampoco-: Opus Dei, Camino Neocatecumenal, Comunión y Liberación, Legionarios de Cristo,...

Y los obispos siguen sabiendo todo esto, y empero ¿qué hacen para evangelizar las relaciones de familia? Y cuando eligen "a dedo" a un candidato o candidata para la docencia de la Religión católica en la escuela pública, ¿tienen en cuenta el "talante" militante de la familia de ese fiel candidato, en el caso de estar casado ese fiel? ¿Y cuando dan el visto bueno a un docente candidato para las facultades teológicas católicas...?

Desde luego, el desbarajuste de la Iglesia católica en España da risa, si no diera pena. Como que parece una farsa, mero teatro. Hipocresía e incoherencia a mansalva.

Buen sábado.

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