lunes, 22 de abril de 2013

"Sobre la reciente amonestación doctrinal vaticana a las religiosas de USA (un apunte)"



Todavía hoy, a poco más de un mes de su elección como papa Francisco, muchos católicos de tendencia muy conservadora, muy de derechas, integristas o casi y amigos por ende del fasto litúrgico, del boato de las celebraciones y de la operancia litúrgica o celebrativa de las rúbricas, no le perdonan al cardenal Jorge Mario Bergoglio, actual obispo de Roma, su apuesta por simplificar la liturgia, los ornamentos litúrgicos, los gestos “hieráticos y principescos”, e incluso las propias rúbricas. Yo, que tengo una cierta tendencia natural a ser sencillo, a vestir con vaqueros, sandalias, camisetas de colores y motivos juveniles, solidarios o pintorescos y chaquetilla de pana o vaquera para cuando hace algo de frío (cosa que en Canarias no suele ocurrir, el que haga frío), lo que no consigo entender -expresado con similar estupefacción a una que expresó hace un par de semanas el teólogo José María Castillo en un artículo creo recordar que reproducido en Atrio-, es cómo puede haber católicos de mentalidad tan conservadora, tan “liturgista”, que estén realmente disgustados con la decidida intención que tiene el papa Francisco de ir a lo esencial de la fe cristiana, que es el compromiso por el Evangelio, relativizando formas accesorias, liturgias, parafernalias, pompas y boatos.



Sin embargo, el papa Francisco no es un teólogo progresista, no es un pastor adscrito a las corrientes eclesiales de la Teología de la Liberación. Es otra cosa. Lo veo más en la línea de un Hélder Cámara, acaso sin tanto carisma profético como tuvo el gran arzobispo brasileño -asimismo defenestrado por los más ultras católicos, que lo consideran promarxista y muy rojo, siendo que el bueno de Dom Hélder fue un hombre fidelísimo a la Iglesia, y muy enamorado de su celibato, por cierto-. Por eso no me extraña que haya querido “implicarse” personalmente con el documento “Evaluación doctrinal” de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre las religiosas de USA (en siglas, LCWR).

Hace un rato, escuchando las noticias en una emisora local canaria, los contertulios concluían: Gallardón quiere dar un giro muy hacia la derecha con la propuesta de reforma de la actual ley del aborto, con lo cual acabará tal vez por contentar a los sectores más ultras o de extrema derecha de su electorado y de la comunidad católica en España.

En fin: que si manifestarse en contra del aborto es ser de extrema derecha, al menos para los contertulios izquierdistas que yo estuve escuchando en emisora canaria, nueva ocasión para acercarse al legado testimonial de alguien como Dom Hélder Cámara, quien siempre se manifestó en contra del aborto, y que yo sepa, no fue considerado de derechas precisamente, si bien yo creo que al arzobispo católico brasileño lo que le interesaba por encima de todo era Jesucristo, su Iglesia y los Pobres, más allá de siglas, nomenclaturas políticas y demás hierbas. Lo mismo que al papa Francisco, me parece, salvando las distancias entre Dom Hélder y papa Francisco.


Ambos (papa Francisco y Dom Hélder, el primero vivo y el segundo ya fallecido), con su singular testimonio de vida pueden contribuir en efecto a que entre todos y todas vayamos construyendo una Iglesia menos mediocre, menos tibia, menos de burócratas y más de militantes...

Buen día.


2 comentarios:

CHARO dijo...

La sencillez del Papa es lo que Jesús predicó con su vida.Saludos

ayporquenosoycomodonquijote dijo...

Yo creo que sí. Ni Juan Pablo II ni Benedicto XVI quedan en entredicho, cada uno tiene su estilo, su identidad como creyente y pastor, pero a mí particularmente me mola más este estilo sencillo y franciscano.

Saludos.