Olga:
Ya he reconocido en Atrio por lo menos 25 veces -acaso más veces- que culpo a los hipócritas y canallescos eclesiásticos a los que legítimamente he pedido ayuda y han pasado de mí durante los 9 últimos años de mi vida, de ser en parte responsables del atraso profesional, económico, humano y afectivo de mi existencia.
También he reconocido que en Atrio tienen que estar justamente hartos de la persistente y como obsesiva confesión que hago de mis cuitas. Pero conste que también hago todo esto para reconocer, por ejemplo, que aunque no comparto muchas de las críticas a la Iglesia católica que se vierten en Atrio, que vierte alguien como Javier Renobales, por ejemplo, sí me reconozco en la persistente insistencia atriera de que la Iglesia católica no solo es maestra y madre sino experta en hipocresías, incoherencias, autoritarismos…
Como que yo creo haber sufrido por desgracia altos niveles o dosis de esa hipocresía, incoherencia, autoritarismo y ruindad. Pero ya vez -como también he reconocido en Atrio-,me sigo sintiendo exhortado a ser fiel al Magisterio. Y digo más: lo mío debe ser de psiquiatra porque siendo como soy un puteado por la hipocresía de los clericanallas de mi diócesis de origen principalmente, no descreo del Magisterio, en tanto una mayoría de fieles que sí descree del Magisterio vive en lo profesional de la Iglesia católica. Pero he aquí una muestra de la podredumbre moral de la Iglesia.
No sé me esconde que los hipócritas eclesiásticos que me han humillado pasando de mí, sabrán y querrán encontrar en mis “descalificaciones” hacia ellos motivos para justificar su hipocresía. Como si pretendieran pasar por alto que su mala actitud para conmigo -y para con muchos- es la causa de todo: de mi decepción, de mi rabia, de mi descontento…
Y nada más, Olga. Buen domingo. Espero, de verdad, no tener que volver a hablar de este asunto por un tiempo aquí.