De todas formas, será porque trato de no menospreciar ni insultar al prójimo (aunque a veces menosprecio e insulto: soy pecador), por lo que he querido pasar por alto la perplejidad que diré: el teólogo Leonardo Boff, que yo creo que no vive sacramentalmente en comunión con la fe de la Iglesia católica, no ceja en sus críticas a papas como Juan Pablo II y Benedicto XVI; no parece, al menos hasta la fecha, por la labor de criticar ahora al papa Francisco...
Pues no lo entiendo: en lo doctrinal, las diferencias entre los tres papas que he citado caben en un cofrecito pequeño, valga la analogía. Entonces, ¿solo por el supuesto o real "aire pastoral fresco novedoso" que ha dejado penetrar en la Iglesia el bueno del papa Francisco cabe ese florilegio de palabras bonitas y buenos deseos de personajes tan mediáticos como el brasileño Leonardo Boff, ese oloroso botafumerio que un día día y otro también se le está dedicando al Papa argentino?
Si en verdad Boff desea el bien de la Iglesia católica, ¿por qué es tan "duro" con Juan Pablo II y con Benedicto XVI y es tan "blando" con el papa Francisco?
2 comentarios:
Me gusta leerte, aunque no te deje comentarios porque muchas veces no sé qué decir. Te leo con interés y quiero que lo sepas. Besicos.
Estás disculpada. Y yo agradezco tus visitas a este mi modesto rincón. Para mí es además un reto el ser visitado: cuando uno hace público un escrito, por muy breve que sea, lo hace público subiéndolo al espacio de un blog, pongamos, ya se expone al ojo crítico ajeno.
Buena semana. Te visitaré, en la medida en que pueda, "Trimbolera".
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