miércoles, 17 de abril de 2013

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis muchos pecados y tentaciones, pese a los de la propia Iglesia (LXXVIII)"



De los 10 puntos del programa político Manifiesto para un Proyecto Constituyente en Cataluña, que han abanderado públicamente Arcadi Oliveres y Teresa Forcades, el único que me “chirría” un poco es el sexto (curiosamente el sexto, como el sexto mandamiento del decálogo…), por aquello de que del “derecho al propio cuerpo” pueda significar aceptación del aborto; los demás, me parecen completamente aceptables. Los asumo.
 
De modo que me gustaría que los que defenestran a la benedictina Teresa Forcades salieran ahora a la palestra y reconocieran esto tan elemental: Teresa Forcades es discípula de Cristo Jesús, mejor o peor, más entusiasmada o menos con el seguimiento del Resucitado (lo cual es asunto suyo), más heterodoxa o menos en su teología, pero sin duda no todo lo que hace, piensa, dice, siente y defiende es malo, rechazable, condenable; todo lo contrario: para muestra, un botón.



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