jueves, 28 de agosto de 2014

"Llámame Ramón"




Nunca consideré maravilloso a Don Ramón Echarren, sobre todo tras el trauma que me causó en octubre de 1979, cuando fui a presentarme con manteo y teja como era preceptivo en aquel entonces, y tras besarle el anillo y decirle "Le presento mis respetos, Sr. Obispo", me respondió "Llámame Ramón". Tuve que tomar aire y respirar hondo, pero uno se acostumbra a todo.

Sin embargo, durante 26 años de coincidencia, la relación fue muy buena, a pesar de que sabía que yo estaba en desacuerdo en algunos temas. Ramón fue exquisitamente respetuoso y noble. No solo conmigo sino con cuantos le trataron. Todo lo contrario de quien le sucedió.


Lo anterior es lo que dice uno de los foristas más brillantes de La cigüeña de la torre, a propósito del fallecimiento del emérito de Canarias, monseñor Echarren, también hijo predilecto de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Uno de los foristas estrella de esta bitácora tan seguida, leída, tan tenida en cuenta en lo concerniente a la información religiosa en español desde la realidad de la Iglesia católica, Canali es sacerdote, militar, peninsular que pasó una partida de lustros en Gran Canaria, destinado como militar, me figuro. Y le agradezco desde luego que siempre que se ha dirigido a mí en algún que otro de los debates concitados en ese blog, lo haya hecho de manera exquisitamente respetuosa. Máxime considerando que yo discrepo en última instancia de la sensibilidad eclesial ultraconservadora de muchos que opinan en La cigüeña... sin por ello tener que estar de acuerdo con los postulados y las críticas de Juan José Tamayo a la Iglesia. Todo lo cual viene a ser la razón de que yo no tuviera nunca mal concepto de Ramón Echarren, ni como persona ni como católico, ni como obispo ni como intelectual apasionado por la sociología, y por el rock y el jazz en sus años mozos, según nos confidenció una vez a un grupito de seminaristas y estudiantes de Teología. supra idem

(Lo que sí me llegó a molestar realmente de él más de una vez fue que no pareciera tener suficientes consideraciones con los no fumadores. Fumaba unos cigarrillos extrafinos y selectos que a él debían parecerle la gloria bendita, perdonen la hipérbole, pero que a mí, secular no fumador, me parecían pestilentes. Una vez lo pasé fatal: yo soy en el fondo tímido, algo cortado, y tuve que soportar, por la vergüenza de no manifestar mi molestia, las dos chimeneas expeliendo humo y más humo de Ramón Echarren y de Julián Gómez del Castillo, fumadores empedernidos -ambos ya fallecidos, ambos ya gozando de la gloria de Dios-, sentados los dos en la misma mesa en que yo me había sentado, no recuerdo a cuento de qué, en lo que debía ser un descanso en el transcurso de alguna jornada apostólica de formación o así).      

De manera que esta que sigue es mi respuesta al P. Canali, mi contribución al diálogo en el mismo hilo:


Enviado por quijotarioxl el Jue, 28/08/2014 - 11:38


El que le sucedió, a monseñor Echarren, P. Canali -usted se refiera a él-, igual es un santo varón, un hombre de Dios, un celoso pastor de la grey que le es encomendada. De mí siempre ha pasado olímpicamente, antievangélicamente, pero por más que me cueste el vivir el Evangelio -que me cuesta: sangre, sudor, lágrimas...-, el mensaje de Cristo es perdón, misericordia: si no la han tenido otros con uno, uno al menos debe intentar tenerla o consentirla con los demás. Con el prójimo.

Comoquiera que sea, me malicio, P. Canali, que igual estamos ante un prelado que también prefiere mantener a excuras gays en puestos de responsabilidad eclesial, al tiempo que desprecia a católicos que, pecadores y falibles, como no podía ser de otra manera, intentan al menos ser coherentes con la fe católica y apostólica en fidelidad al Evangelio, el Magisterio y la Tradición, cultivando una espiritualidad militante o de conversión.

Excuras gays, burócratas antimilitantes, mundanizantes de fe claramente tibia, arribistas solo empeñados en mantener su "parcelita" eclesial que les reporta poder, notoriedad y trabajo, o sea, dinero, un medio de subsistencia... Laicistas de mentalidad funcionarial y de mentalidad antinatalista... A estos me parece que cuida especialmente el nota de obispo sucesor de Ramón Echarren; y a algunos que sé perfectamente que desean ser católicos militantes fieles al Evangelio, la Tradición y el Magisterio, este prelado desprecia, machaca, silencia, posterga, ningunea, anula...

Postdata: reconozco que mis palabras pueden parecer duras, injustas, injuriosas, resentidas, rencorosas. Y lo son, o no me extrañaría que se probase que lo son. Pero en comparación con el desprecio a mi persona y el daño moral consiguiente que han causado a mi vida los responsables de la Diócesis de Canarias, mis palabras son "pecatta minuta", prácticamente nada. Serían en todo caso las propias de una víctima del tantas veces hipócrita, mundano, endemoniante, nepotista e inhumano ejercicio del poder eclesial.

De modo que así las cosas, ¿qué se puede esperar de esta Iglesia mundanizada-endemoniada, pastoreada por una jerarquía salpicada de mediocres, hipócritas y apóstatas?


El distinguido bloguero consideró pertinente borrar la anterior reflexión mía de su bitácora, en la que así su resolución solo pudo permanecer unas horas. Pero aun así, mi reflexión mereció una nota alta del P. Canali, pues no en balde como si cerrara o pusiera la guinda al debate con un "Por circunstancias obvias no acepto su tono, Quijotarioxl, es decir, algunas de sus expresiones, pero estoy completamente de acuerdo con lo que usted dice".


15 de septiembre, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social. 

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