Doña Olga Lazarrábal (en caso de que se dirija usted a mí, que creo que sí):
Inicialmente lo que fue mi propósito es este: dejar claro que la doctrina que defiende el obispo Juan Antonio Reig Pla coincide con la que defiende el papa Francisco. Es la doctrina de la Iglesia católica que en Atrio, muchos no aceptan; la mayoría, abrumadora mayoría.
Luego la controversia fue derivando hacia ulteriores consideraciones. Me asombra el mundo homosexual, y no puedo afirmar que yo sea mejor persona que muchas personas homosexuales. Sin embargo, me sigo identificando con la doctrina del Magisterio al respecto.
Por lo que toca a las personas de tendencia bisexual, sé la aclaración que usted me hace, la conocía. Con todo, si la práctica de la homosexualidad es rechazada por la moral católica, imagínese usted la bisexualidad, el mundo de la transexualidad…
De todas formas, en el ámbito de vida de las personas transexuales hay tanto dolor humano, tanto desgarro, tanto sufrimiento, tanta marginación, que me merecen el máximo respeto; no me siento ni digno a menudo de pisar por donde muchas de esas personas pisan...
Diré que una vez, trabajando de voluntario con un grupo de toxicómanos en rehabilitación, conocí directamente el caso que contaba una persona transexual canaria pero que había vivido muchos años en Barcelona. Historias para no dormir de una crudeza… En una ocasión, contaba, le dieron entre varios clientes una paliza tal que la dieron por muerta, dejándola en una cuneta o empujándola hacia el inhóspito firme de un descampado, luego de haberle hecho toda clase de perrerías. De modo que ante esto, ¿qué añadir?
No debo juzgar: esa persona transexual a que me refiero igual es mejor persona que yo a los ojos de Dios. Y así y todo me sigo alinenado con la ortodoxia de la Iglesia.
Saludos.