Javier Peláez:
Un no católico, y ni siquiera cristiano, un librepensador, pongamos, un comunista ateo, me figuro que no regirá su vida según la doctrina de la Iglesia, casi en ningún ámbito de su existencia. Me figuro; con todo, no es asunto de mi incumbencia.
No obstante para un católico parece ser que no hay opción: no debe aceptar en ningún caso el aborto provocado como una acción moralmente legítima o buena. Condenar el aborto provocado, no aprobarlo, no facilitarlo, forma parte de los 5 puntos innegociables para todo fiel católico que puso en circulación hacia el final de su pontificado el papa Benedicto XVI.
Otra cosa es que sea fácil el vivir en plenitud la fe; a mi juicio y desde mi experiencia, no lo es. Pero bueno, no debemos estar tristes: el mismo que nos exhorta a ser perfectos como Padre Dios es perfecto, es misericordioso y paciente sin medida con las personas.
Saludos y buena tarde, de calor horrible en Canarias. Una ola de calor espantosa.