El titular del post que hoy (31/5/2013) publica Religión Digital reza así: "Francisco: 'No se puede anunciar a Jesús con cara de funeral.' "
Completamente de acuerdo con las palabras del papa Francisco, dichas en la homilía de su misa de mañana celebrada, como viene siendo habitual, en la Casa de Santa Marta.
Así que me permito tomar la cita siguiente de la información que nos brinda la página web dirigida por José Manuel Vidal y Jesús Bastante:
<<La reflexión partió de las dos lecturas de la misa de hoy. La primera, del profeta Sofonías, recoge la exclamación "¡Alégrate! ¡Grita de alegría, el Señor está en medio de ti!". La segunda, tomada del Evangelio, habla de Isabel y del niño que "salta de alegría" en su seno al oír las palabras de María - de quien el Papa, como el domingo pasado, subraya la "prisa" con la que acudía en ayuda de su prima. Por tanto, observa el Papa Francisco, "es todo alegría, alegría que es fiesta". Y sin embargo, prosigue. "nosotros los cristianos no estamos muy acostumbrados a hablar de gozo, de alegría", "creo que muchas veces nos gustan más las lamentaciones". Y sin embargo, "quien nos da la alegría es el Espíritu Santo".>>
Nada sustantivo que objetar al Papa, que en efecto predica el Evangelio; perdón, salvo una sospecha: a menudo las movidas católicas, estimado papa Francisco, parecen una FARSA que no despierta precisamente alegría, ni esperanza, sino indiferencia, hastío, desdén, e incredulidad.
Y la cosa es que mucha gente lo sabe. Y la cosa es que si es así hoy día en la Iglesia no es solo por mi culpa, por mi mal testimonio de vida cristiana -que también-, sino porque curas y obispos principalmente en vez de promover vida cristiana evangelizadora o militante, en fidelidad al Evangelio y el Magisterio, se han dedicado a promover burocracias, nepotismos, mundanismos y toda clase de pactos con lo políticamente correcto.
Luis Henríquez. 31 de mayo, 2013.
1 comentario:
El mensaje es muy claro con alegría y prontitud a servir al Señor... en mí, en mis hermanos y aún en mis enemigos... Lamentable que empresarios-sacerdotes se pierdan en el camino de la ambición y el mundo para ser servidos
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