jueves, 9 de mayo de 2013

"¿Por qué un sí incondicional al papa Francisco frente a un sí condicional a Berty Russell? (VIII)"




Olga Lazarrábal:


Es más sencillo, creo. A saber: el papa Francisco se manifiesta contrario al aborto y a la legitimación (moral y jurídica) de la homosexualidad. ¿Leonardo Boff? Entonces, creo que algo entiendo el alcance del elogio de Leonardo Boff al papa Francisco, solo que, dadas esas diferencias doctrinales entre ambos (entre otras diferencias), me surgen algunas dudas.


Asimismo, el papa Francisco recientemente ha exhortado a las monjas católicas (no recuerdo si se dirigía directamente a las monjas católicas italianas, pero en todo caso su exhortación vale para todas las monjas católicas) a que sean “obedientes, castas, pobres y eclesiales”. Y les ha recomendado que sean -que se comporten- “como madres y hermanas, que no como solteronas”. ¿Leonardo Boff también firmaría esta exhortación del Papa, la haría suya? El papa Francisco ha pedido a los hogares católicos que, sobre todo en este mes de mayo, traten de recuperar la piadosa costumbre del rezo del rosario en familia. Leonardo Boff, que predica por el mundo entero (y bien que anda de aquí para allá el bueno de Leonardo, compartiendo escenario con intelectuales y activistas interesantes) la ecología en claves terracentristas, ¿también firmaría el rezo en familia del rosario?

Entonces, siguen mis dudas… Dudas que, empero, no ocultan mi perplejidad principal o mayúscula: el gran problema de la Iglesia católica, especialmente en Occidente, es su crisis de fe interna: ¡La gente es que no cree! ¡La secularización ha entrado a lo bestia en la Iglesia! 

Por eso hay tantos tibios; incluso entre los enchufados en trabajos de la Iglesia (sanidad, educación, servicios sociales...), abundan los tibios. Fíjate, si no, en cuál es por lo común, salvo honrosas excepciones -que nunca han faltado en la bimilenaria historia de la Iglesia-, el compromiso militante de todos esos y esas que en lo profesional viven de la Iglesia y gracias a la Iglesia: repito que por lo común brilla por su ausencia.

Brilla por su ausencia, y los curas y obispos esto lo conocen, y tanto que lo conocen, mas... Mas yo no creo apreciar que hagan gran cosa por poner remedio a la situación: doran la píldora pero no van al fondo de la cuestión: o se promueve militancia fiel al Evangelio y al Magisterio, o a la puta calle con toda esa tropa de burócratas, trepas, figurones, arribistas, mediocres, mundanizantes, antinatalistas y meros enchufados.

Cosa que, como todo el mundo sabe, no sucederá. Y mientras no vaya a suceder -es decir, es que no va a suceder, por la principal razón de la podredumbre moral de la Iglesia católica-, alguien como yo tiene demasiadas tareas pendientes que tratar de llevar a buen puerto.
Buen día, hermana Olga. Un abrazo.

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