Bueno, curioso: resulta que estaba lamentando no atreverme a hacer algunos comentarios críticos por considerarlos ofensivos para los clérigos y religiosos católicos, y resulta que se me han escapado. En cualquier caso, también eran otros que quería formular, aventurar (opiniones muy íntimas mías), relacionadas con lo que he señalado en el párrafo precedente, pero igual me los callo.
Así que a lo que iba, con el permiso de ustedes y sin ánimo de ofender: yo creo que esa otra Iglesia posible no va a ser posible, pues, de entrada, no hay más que tomar conciencia del número de intervenciones de foristas en este artículo o post y compararlo con el número de intervenciones de foristas en cualquier otro blog de católicos de derechas y aun integristas, de esos que seguramente están suspirando “para que Dios se lleve cuanto antes a este papa Francisco tan rocambolesco y extraño” que se permite ir de sencillo por la vida, con aire franciscano, sin mitra empedrada de diamantes, sin zapatos de diseño exclusivo…
Pero es que además no creo que el papa Francisco esté en sintonía con esa otra Iglesia posible. El Papa actual es muy sencillo, sí, pero es defensor de la estructura jerárquica de la Iglesia católica, y defiende la doctrina de la Iglesia, y ya se ve cómo exhorta a que los católicos vivamos la eclesialidad, es decir, la comunión filial con los pastores diocesanos…
Y creo además que el papa Francisco condena las dictaduras, todas las dictaduras, las de derechas y las de izquierdas; esto es, no es en esto como la gran mayoría de los progres, que solo condenan las dictaduras de derechas, y exculpan las de izquierdas, o hasta las justifican. Verbigracia: si el papa Francisco condena las dictaduras militares argentinas (y las condenó, acaso no con la contundencia de otros eclesiásticos argentinos, pero sí que las condenó), es porque también estaría dispuesto a condenar la tiranía de los hermanos Castro en Cuba, tiranía que progres como el brasileño Frei Betto no condena.
Me parece a mí que es así. Buenas noches.