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lunes, 20 de enero de 2020

"Se dice y no se cree (ella se llama Beatriz Gimeno)"




(Nota: esta breve reflexión también he barajado si titularla "¿La abomiación de la desolación en la Iglesia?" o "¿Roma perderá la fe y será la sede del Anticristo?" Finalmente he optado por una tercera vía: colocar como título uno que incluye parte de una expresión marcadamente coloquial, bien expresiva, toda vez que los otros dos títulos barajados, siendo ambos muy parecidos y confluyentes en lo que quieren dar a entender sobre el drama actual de la apostasía de la fe en la Iglesia, son contundentes, en efecto, como dramáticos. Títulos implacablemente sangrantes. Y claro, aunque en efecto nuestros tiempos actuales son dramáticos, también he considerado el hacer un guiño a un cierto desenfado bien entendido, un desenfado nada pasota en verdad, y en plan muy de andar por casa. De ahí el título finalmente elegido.)


Así que veamos. Acaba de revelarnos el equipo responsable de Adoración y Liberación que la flamante nueva directora del Instituto de la Mujer (sí, la feminista lesbiana Beatriz Gimeno) ha estado contratada como profesora asociada por varios centros universitarios católicos (la Pontificia de Salamanca, por ejemplo).


Manda güevos la cosa, manda peras a la plaza. De ser cierta esta información filtrada -y todo hace suponer que lo es, toda vez que procede del equipo de Adoración y Liberación, con Vicente Montesinos como cara más asidua de esta plataforma que vierte mucha de su información sobre la actualidad de la Iglesia en formato vídeo-, no hay más que una expresión para describir esto: "La abominación de la desolación instalada en el templo sagrado, por extensión, la Iglesia".


En efecto: merecedora esta Adoración y Liberación de todo el crédito habido y por haber (como en su momento lo fue Un café con Galat, producido y emitido desde Colombia), y de todo nuestro apoyo por su labor valiente, lúcida y profética en el análisis de la vertiginosa crisis que asola a la Iglesia en la actualidad, nos asombramos hasta la indecible con esta noticia sobre la señora Beatriz Gimeno.Resultado de imagen de beatriz  gimeno 


La misma, sí, podemita ella, que plantea la sodomización de los hombres por parte de las mujeres para así alcanzar la total y definitiva igualdad entre los dos sexos; perdón, entre los géneros, que esta gente habla de géneros como mero constructo sociocultural, nunca o casi nunca de sexos providencialmente dados por el Creador. La misma que recomienda a las mujeres todas que quieran escucharla, y quieran dejarse convencer por sus delirios, falsedades y desviaciones, que la orientación sexual ideal es el lesbianismo, el cual acabará liberando a la mujer del heteropatriarcado opresor, de la lujuria y la maldad intrínseca del varón, que es no en balde un violador en potencia (y a menudo en acto, por más que sea tabú o políticamente incorrecto especificar la nacionalidad de los agresores sexuales). La misma, ciertamente, que acusa a la Iglesia de ser responsable del atraso y la incultura de las sociedades, al tiempo que justifica de paso la quema de iglesias ("Arderéis como en 36", "la única iglesia que alumbra es la que arde", etcétera). La misma, sí, lesbiana tan radical que hasta arremete contra los homosexuales por su condición de varones. La misma, ciertamente, que intoxica la verdad pretextando que la heterosexualidad es el mecanismo con que los hombres ejercen poder y control sobre las mujeres. La misma, sí, expareja de Boti García (como que se casaron y todo en 2005, casi estrenando la nueva ley que permitía este tipo de casamientos aprobada por el nefasto Zapatero), quien a la sazón es una septuagenaria incombustible al desaliento en el activismo LGTBIQ, también colocada a dedo por la flamante ministra de Igualdad Irene Montero (o "Igual Da", como más de una vez le he escuchado decir, con su estilo inconfundible e inimitable, a Federico Jiménez Losantos): ayer como quien dice cajera de comercio, descamisada y de alquiler en barrios obreros, hoy rutilante nueva rica, marquesa de Galapagar, prebendas y sueldazos vitalicios, siempre de la mano de su pareja Pablo Iglesias (a quien sin duda le debe su meterórico ascenso, no en balde este también comunista millonario, vicepresidente segundo del Gobierno de Pedro Sánchez, Pedro y Pablo calificados de farsantes, felones y jetas de la demagogia por analistas como Roberto Centeno, Luis Pío Moa, Jiménez Losantos, Carlos Herrera, César Vidal...). 


En definitiva, satanizadores del capitalismo todos estos comunistas, predicadores de las sempiternas buenas nuevas del comunismo y, entre acto y acto y mientras se pasa la vida, tan ricamente viviendo... Me figuro que sin ningún género de dudas así debe ser el perfil y el modus vivendi de la muy radical activista lesbiana Beatriz Gimeno: mucho fustigar el capitalismo como ideología aliada del heteropatriarcado opresor, mientras se vive de los chiringuitos subvencionados de la ideología de género desde hace ya...


Y lo que sigue causando un asombro indescriptible, que es justamente con el que comenzábamos esta reflexión: Beatriz Gimeno, nada menos, ¡hasta hace poco contratada como docente en una o varias universidades católicas!, ¡échenle hilo a la cometa!, esto se dice y no se cree. Defensora de una ideología radicalmente inhumana, totalitaria, sectaria, contraria a la ley natural, nociva, tóxica, moralmente degenerada, liberticida, perversa y anticristiana, ¡contratada como docente por una o varias universidades católicas!, y hoy por hoy con el nuevo Gobierno o Frente Popular II codo a codo con los sociatas, separatistas y comunistas bolivariano-caribeños, ni que decir que todos adinerados, algunos millonarios, como buenos comunistas, faltaría más, por más que a Alberto Garzón, flamante ministro de Consumo (tan brillante este personaje que para analistas como Roberto Centeno y Federico Jiménez Losantos no es sino un cenutrio, lerdo y jeta sacamantecas del erario público), le siga pareciendo que Cuba es el modelo ideal de desarrollo y consumo, ¡no jodas!


Se dice y no se cree... o sí se cree: la apostasía de la fe despellejando viva a la Iglesia, ¡especialmente en su cúpula, entre sus jerarcas, sus pastores, entre los cuales parece sobreabundar no ya la gracia, como quería san Pablo, y sí la cobardía, la hipocresía y los connubios con el mundo! A tope, ya las cartas totalmente boca arriba. Hasta el extremo de que uno no puede, así las cosas, sino preguntarse con Lucas 18, 8b: "Pero, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?"


20 de enero, 2020. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social. 

domingo, 11 de agosto de 2013

"Mis credenciales (a propósito de Ivone Guebara)

feminismo católico intra y extraeclesial


En Atrio, hace apenas unos días publiqué un brevísimo comentario. Atrio es un portal progresista que dirige el teólogo y editor Antonio Duato, sacerdote católico secularizado cuya vida y obras no me compete juzgar a mí porque ello es cometido de Dios; y porque además, al menos en mi trato epistolar con él, quiero decir, a través de Internet, Antonio Duato, que también es editor de la revista de pensamiento cristiano Iglesia Viva, desde su Valencia natal, se ha portado siempre muy bien conmigo, con mucha amabilidad. Y esto es esencial, más allá de discrepancias ideológicas, espirituales o debidas al forofismo futbolero, pongamos.El caso es que releo la reflexión que he colgado en Atrio, referida a las "quejas" que la religiosa,  teóloga y feminista brasileña Ivone Guebara plantea a propósito de la reciente negativa del papa Francisco a abrir el debate sobre la ordenación ministerial de la mujer en la Iglesia católica -el actual obispo de Roma considera que tal debate está cerrado en la Iglesia, por obra y gracia sobre todo de Juan Pablo II, quien en su momento comprometiera la propia autoridad de la Iglesia, cierto que en un acto de su magisterio ordinario, no extraordinario, pues la negativa de la Iglesia católica a la ordenación de mujeres no es propiamente un dogma de fe, si bien tampoco ha de entenderse como una cuestión meramente disciplinar-, y me entran ganas de llorar...

¿Que por qué? Por una razón bien simple que ya he repetido hasta la saciedad, sin ir más lejos en este mi blog, y más extensamente en mi ensayo ¿La Iglesia católica? Sí; algunas consideraciones, por favor (Madrid, Vitruvio y Nostrum, noviembre, 2011). A saber: la miserable hipocresía eclesiástica, tan dañina ella, especialmente desde la Diócesis de Canarias, aunque no solo desde la misma, me ha despreciado, me ha machacado, me ha humillado pasando de mí, de mis legítimas reivindicaciones. 

A mí, sí, que pese a todos mis fallos, a mi temperamento y a mi condición de pecador, que jamás he negado, llevo 25 años cultivando una espiritualidad de conversión o militante en fidelidad al Magisterio (particular que una mayoría de seglares que sí viven de la Iglesia, digo en lo profesional, simplemente ignoran en qué consiste). A mí, sí, que debo haber acumulado una cierta formación interdisciplinar: literatura, filosofía, teología, ética, movimientos sociales, historia de la Iglesia, personalismo comunitario, historia del movimiento obrero, anarquismo, cine... A mí, por quien no hay que olvidar que por generoso e idealista imprudente renuncié a mi trabajo como profesor al año siguiente de mi ingreso en el Seminario Diocesano de Canarias (curso 2002), autoexcluyéndome de las listas de la Consejería de Educación... A mí, desde luego, que pese a que no está de moda ni entre los jóvenes bautizados católicos -incluida la mayoría de seglares que generalmente por enchufe se gana la vida en lo profesional gracias a la Iglesia católica-, yo sigo creyendo en el matrimonio cristiano militante, o sea, solidario, espiritual y abierto con generosidad a la vida.

Pues bien: con estas credenciales solo he obtenido, tras nueve infructuosos años de pedirles ayuda, audiencia, un ser escuchado, tenido en cuenta, etcétera, solo he obtenido rechazo, indiferencia, desprecio, por parte de todas las autoridades eclesiásticas a las que he pedido ayuda, comprensión, una mano amiga, en vista de que salí del Seminario sin un céntimo, en vista de mi trayectoria militante, en vista de mi ingenuidad idealista, en vista de que me autoexcluí de las listas...

De modo que habiendo sufrido en mis carnes, en mi propia vida, una canallada de tal calibre, a menudo me planteo que para qué, que para qué seguir en esta Iglesia si algunos de sus eclesiásticos han perpetrado contra mí la más nauseabunda y miserable de las indiferencias. Por no merecer, ni el ser escuchado he merecido, a pesar de todas las credenciales que he señalado y de que puedo presumir, pero sí que empero mantienen la Iglesia atestada de trepas, burócratas, figurones, arribistas, mundanizantes, antinatalistas, antimilitantes y meros enchufados que muy poco o nada arriesgan en el camino de la fe...     

Verdaderamente desesperante, acojonante. Injusto y absurdo. Inmisericorde; creo que cualquiera por mucho menos de lo que me han hecho a mí, habría mandado la Iglesia a hacer puñetas. Y por lo mismo entonces o así las cosas: ¿Para qué cerrar filas en torno al Magisterio, más allá de las ideas heterodoxas de la religiosa y teóloga Ivone Guevara, cuando resulta que -de ello estoy segurísimo- una mayoría de los que sí viven de la Iglesia católica, digo en lo profesional, pasan de Ivone Guevara, pasan de la solidaridad por el Reino, pasan de tener hijos en sus matrimonios según el plan de Dios...? 

Yo, machacado, despreciado, ignorado y humillado por la Iglesia -quiero decir, especialmente aunque no solo, por los responsables eclesiales de la Diócesis de Canarias-, ¿por qué habría de preocuparme por lo que dice Ivone Guevara? Debo ser idiota... Yo, machacado, despreciado, ignorado y humillado por los responsables eclesiales de la Diócesis de Canarias, me preocupo además por formar un hogar cristiano solidario, espiritualmente conyugal y abierto con generosidad a la vida, a tener hijos (una de las razones de no haberme podido casar: ni las que van de católicas, salvo honrosas excepciones, están dispuestas a forjar un matrimonio así), cuando resulta que ni la inmensa mayoría de los seglares que en lo profesional y casi siempre por "enchufe" viven de la Iglesia católica, parecen tomarse especialmente en serio la fidelidad al Evangelio y al Magisterio...

Gracias a mi esfuerzo y acaso también a la episódica ayuda de algunas personas amigas, he ido saliendo "a flote", luego del estropicio de mi vida. Y desde luego, papa Francisco, nadie de tu Iglesia, santo padre, nadie de la Iglesia que tú tanto amas y a la que tratas de servir desde tu amor incondicional a Cristo, ha querido saber nada de mí, de mi vida, de mis cuitas... 

Nadie, absolutamente nadie, papa Francisco: me han pagado mi "ingenuidad y mi idealismo" con la más inmisericorde de las indiferencias o desprecios. Y pese a ello reconozco que he de perdonar, como nos pide Cristo, solo que hasta el recurso a eso de que debemos perdonar me parece a menudo, en el marco de esta Iglesia saturada de hipócritas, sobre todo una coartada para seguir justificando lo injustificable: el nepotismo, el autoritarismo, el burocratismo, la mundanización del mensaje cristiano... 


Pero en fin, como lo prometido es deuda, les dejo con la reflexión de marras:     




A todos los que aprovechan para “meterse conmigo” de malos modos:


Me limito a constatar hechos, bajo el prisma de mi visión personal, obviamente; por ende, mis opiniones son mías, expresan mi ideología, no la postura oficial de la Iglesia.



Y constato que Ivone Guevara, monja “ultraprogresista” donde las haya, está a favor del acceso de la mujer al ministerio ordenado, en contra del parecer del Magisterio. Acaso porque está también a favor del aborto, en lo cual rompe con la comunión con la doctrina del Magisterio. Etcétera.


Ninguna obsesión por mi parte con la sexualidad, Ana Rodrigo: trato de vivirla en fidelidad a la doctrina católica: frente al laicismo disgregador y neopagano imperante, vida de oración, sacramentos, vida de la gracia; frente al aborto, defensa de la vida desde el instante mismo de la concepcióón -en lo cual coincido con el papa Francisco, creo que no con Ivone Guevara, ni tampoco contigo, me parece-; frente al pansexualismo imperante, defensa de la virtud de la castidad, a la que todo cristiano está llamado, según su estado de vida: casados, casadas, solteros, novios, sacerdotes ordenados, monjas y monjes…

Creo que es bien simple; aunque difícil, ciertamente, pues el camino de la fe es muy exigente.

Salud y paz.

9/8/2013.

martes, 6 de agosto de 2013

"Érase un cardenal que 'huele a oveja' "


celo pastoral, fidelidad al Magisterio...No deja de parecerme bien la decisión del carismático cardenal O'Malley, religioso capuchino con maneras claramente más de celoso pastor que de príncipe eclesiástico, de prohibir en su diócesis estadounidense las conferencias del P. Helmut Schüller, tenidas por heterodoxas y contrarias a la doctrina del Magisterio. Pues no en balde, el P. Schüller es uno de los cabecillas ideológicos y activistas del famoso documento de "rebelión" contra Roma firmado por unos centenares de sacerdotes austriacos y centroeuropeos principalmente.


Sin embargo, en una Iglesia atestada de trepas, burócratas, arribistas, figurones, mediocres, antinatalistas (ni la mayoría de "enchufados eclesiales" predica con el testimonio de matrimonios cristianos solidarios, espirituales y abiertos con generosidad a la vida; y ahí siguen, con el consentimiento tácito o explícito de curas y obispos), mundanizantes, desencarnados y meros enchufados, ¿el "grano de arena" del cardenal capuchino norteamericano O'Malley va a lograr hacer playa?

Que alguien me aclara y explique, por favor, con más detalle, toda esta realidad de hipocresía e incoherencia eclesiales católicas. Que me parece tan patética y lamentable, que no me extrañaría descubrir que justamente por causa de ella se producen muchas deserciones y apostasías.


6/8/2013

lunes, 5 de agosto de 2013

"¿Por qué un sí incondicional al papa Francisco frente a un sí condicional a Berty Russell? (XXXVIII)"


Contestación heterodoxa en la Iglesia católicaY por la misma "regla de tres" por la que las religiosas "rebeldes" norteamericanas consideran inadmisible que los obispos católicos revisen lo que ellas hacen, grupos de la progresía católica, o que se dice católica, comienzan a poner el grito en el cielo porque el papa Francisco, en la entrevista que se le hizo en el avión de regreso " a casa" desde Brasil, donde ha participado en el Encuentro Mundial de la Juventud, ha recordado la doctrina "magisterial" de la Iglesia católica con respecto a la admisión de la mujer al ministerio ordenado.


"La Iglesia se ha pronunciado y ha dicho que no", ha reconocido el Papa. Y claro, a las feministas católicas -o dizque católicas-, esto les parece mal, que un papa tan "primaveral y enrollado como el papa Francisco" diga estas cosas.

Pero no contentos con lamentar las palabras del papa Francisco asumiendo la declaración "definitiva" del Magisterio sobre el acceso de la mujer al ministerio ordenado, al menos "celebran" que el papa Francisco no se haya pronunciado -supuestamente- sobre otros aspectos de la moral de la Iglesia, que sabido es que la mayoría de los pogres eclesiales rechazan.

Pero resulta que el papa Francisco sí que se ha pronunciado contra el aborto, contra el divorcio, contra la ley del llamado matrimonio homosexual, a favor de proteger la vida desde el instante de la concepción, a favor de la doctrina católica sobre la familia como unión entre un hombre y una mujer; y aunque ciertamente no le he oído predicar en contra de la anticoncepción, es difícilmente asumible que el papa Francisco se vaya a oponer a una doctrina sobre este particular que para la Iglesia está ya "definida": magisterio al respecto de Pío XII ("Casti connubi"), pero ya presente en los papas anteriores desde mitad del siglo XIX, continuidad con Juan XXIII, la "Humanae Vitae" de Pablo VI, todo el muy fecundo magisterio de Juan Pablo II, en encíclicas como la "Evangelium Vitae", en toda su teología del cuerpo... Doctrina refrendada por Benedicto XVI, y de momento no refrendada en público por el papa Francisco, ciertamente, pero sin que ello signifique, entiendo, que asuma de "facto y de iure" los postulados de la sexualidad laicista.

Pero bueno, sin ánimo de juzgar ni de ofender a ningún "progresista" eclesial -entre sus cada vez más menguadas y hasta menguantes filas, los hay sin duda mejores personas que servidor-, hace tiempo que me da por suponer que los tales progresistas van bastante "a su bola", con independencia del sentir y parecer de la Iglesia. A cuyo Magisterio el papa Francisco sí que convoca insistentemente. Y tal Magisterio no se lo ha inventado el papa Bergoglio, el Magisterio es de la Iglesia y para la Iglesia; esto sí, acaso menos para los de la "Iglesia paralela u otra Iglesia es posible inclusiva": inclusiva de homosexuales activos, feministas proabortistas, partidarios del libertinaje sexual, divorciados vueltos a emparejar "por libre", librepensadores materialistas o sincretistas... 


En fin. 4/8/2013

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