domingo, 21 de noviembre de 2021

Alta montaña

La república siempre será como ese primer amor que pudo ser y no fue


[Manuel Vicent, El País, 17 de abril de 2016]


Hoy es un domingo de abril. Concédete una fiesta republicana. Te mereces un poco de aire limpio. Como si la política fuera tabaco y uno se fumara tres paquetes diarios, llega un momento en que hay que dejar la política aparte y someterse a una cura de desintoxicación si no quiere uno morir envenenado. Ese último cigarrillo, que no consigues quitarte de la boca, es el que te mata. Así sucede con el telediario o la tertulia que no puedes apagar. Bajo la nube tóxica de la corrupción los líderes agitan su incapacidad congénita de llegar a un acuerdo, una incompetencia en el oficio enmascarada con una catarata de palabras inanes como el coro de ranas que ameniza una charca infecta. Esta murga diaria te obliga a imaginar un balneario de alta montaña o una isla desierta donde podrías regenerar tus pulmones carbonizados. Puesto que estamos en mitad de abril y las hormigas ya han abierto oficialmente los hormigueros en honor a la primavera y pronto florecerán las acacias, podría uno adjudicarse el premio de un domingo republicano como salvación. Un desayuno despacioso, la música de Bach que se diluya en el aroma del café y de las tostadas, la visita a una exposición de pintura por la mañana, unas cervezas con amigos en una terraza soleada, un almuerzo vegetariano, una película por la tarde, la lectura de un libro, un disco de jazz, una copa al anochecer, un sueño apacible. Sin abandonar el sillón puedes viajar a ese espacio mental que se llama república. Pese a que aquel espacio fue mancillado por unos políticos ingenuos o perversos y el sueño acabó en una guerra fratricida, la república siempre será como ese primer amor que pudo ser y no fue. Para viajar hacia esa república, isla desierta o balneario de alta montaña, hay que sobrevolar una nube apestosa, pero una vez allí podrás respirar un poco de aire puro este domingo de primavera.









Solución


Resumen.

El emisor arguye la necesidad de un descanso, de un domingo republicano ante la saturación mediática de noticias de política. Lo compara con el tabaco, cuyo humo es el de la saturación de los políticos incapaces de llegar a acuerdos. Indica la necesidad de aire limpio, de relajación, y señala una enumeración de actividades necesarias para escapar de la toxicidad política. Explica al final que esa república o isla alejada de la realidad es personal, un espacio propio, e invita a los lectores a refugiarse allí.


Enunciado del tema.

Defensa de una necesidad de descanso ante la saturación mediática provocada por la situación política actual.

Criterios de corrección. El enunciado del tema no constituye una oración, con un verbo principal, o un SN con la intencionalidad del emisor en primer lugar, se resta 0,2. El enunciado no incluye la intencionalidad del emisor, se resta 0,1. El enunciado no recoge la idea fundamental del texto, se resta 0,2.


Comentario.

Dentro del texto que tenemos delante, cabe señalar en primer lugar que el emisor mantiene un punto de vista subjetivo, puesto que nos ofrece de forma explícita su opinión acerca de la saturación de noticias sobre la situación política actual. A pesar de esa evidencia anterior, no encontramos una presencia del sujeto-emisor dentro del texto. Sí aparecen, por contra, numerosas apelaciones exhortativas al lector: “concédete una fiesta republicana” (L. 1).

Al margen de esa cuestión, se aprecia que estamos ante un texto divulgativo, dado que el destinatario es común, esto es, no requiere tener conocimientos previos para poder entender el texto. El emisor busca convencer al destinatario mediante argumentos claros y evidentes, e incluso mediante oraciones imperativas. Dadas estas características apuntadas, se desprende que en el texto domina, por una parte, la función del lenguaje representativa o referencial, que es la que, entre todos los elementos del esquema comunicativo, da más importancia a la información transmitida en el mensaje. Por otro lado, también es patente la función apelativa o conativa, puesto que se busca una respuesta por parte del destinatario. La finalidad del texto es, en ese sentido, la de convencernos de la necesidad de un cambio en nuestra mentalidad. Hacia tal fin, el texto posee un registro lingüístico estándar. Se trata de un registro neutro que busca la comprensión por cualquier tipo de lector.

Este texto se estructura, en concreto, en tres partes bien diferenciadas. La primera es la introducción, la cual ocupa hasta “aire limpio” (L. 2). Aquí el emisor enuncia el tema, en este caso, la necesidad de un descanso, de una evasión. En segundo lugar aparece el cuerpo expositivo-argumentativo, que ocupa el final “un sueño apacible” (L. 17). Aquí el emisor señala como, ante la toxicidad de la política, que es como el tabaco, debemos buscar aire libre, realizar actividades relajantes. Finalmente aparece la conclusión, que ocupa las siete últimas líneas del texto. Ahora el emisor presenta aquí su tesis, la idea de que esa república, esa isla, es un espacio personal que no puede ser mancillado por los políticos y al cual podemos viajar para evadirnos. Al observar este esquema, hay que indicar que el texto posee una estructura inductiva, puesto que la tesis del texto se encuentra, precisamente, en esa invitación final.

Dentro de los rasgos más característicos del texto, en el plano morfológico cabe destacar que hay muchos ejemplos de formas verbales en presente de imperativo, pues intenta realizar diferentes exhortaciones al lector: “concédete” (L. 1). Hay, además, muchos casos de presente de indicativo, dado que trata un tema de actualidad: “agitan” (L. 6). Muchas veces la adjetivación o la sustantivación es de carácter valorativo, mostrando una actitud por parte del emisor: “incompetencia” (L. 10); “incapacidad congénita” (L. 10). También hay cierta presencia de sustantivos abstractos, dado que el texto entra más en conceptos e ideas: “política” (L. 2).

Por otro lado, en el plano sintáctico, se observa un predominio de la modalidad enunciativa o declarativa, pues es la más propicia para la transmisión de información. Hay, como se ha señalado, diferentes casos de modalidad oracional imperativa: “Te mereces un poco de aire limpio” (L. 1-2). La estructura sintáctica es compleja, pues se observan periodos oracionales largos con diversos casos de subordinación (a veces compaginados con otros periodos oracionales cortos): “Como si la política fuera… morir envenenado” (L. 2-5). No hay excesivos casos de conectores discursivos, quizás uno podría ser “Así” (L. 5), pero sí usa el emisor para hilar su discurso numerosas oraciones subordinadas adverbiales en función de modificador periférico: “Para viajar hacia esa república” (L. 20).

Finalmente, hay que destacar en el plano léxico-semántico que el vocabulario incluye diversos casos de connotaciones, a través principalmente de metáforas y comparaciones. Así, compara la política con el tabaco y señala que está intoxicando el aire, para indicar con la necesidad de aire libre la idea de descanso. También sucede ello con el término república como un espacio personal independiente, una metáfora que se debe deducir del contexto y muestra un uso dislocado de la palabra. En relación al campo léxico dominante del texto, se asocian, por un lado, los términos de política con negatividad: tabaco, incompetencia), y los de república con un espacio mental de evasión (isla alejada, balneario, alta montaña).

Por último, en el nivel pragmático, hablamos de cómo el texto cumple con las propiedades de adecuación, coherencia y cohesión. Respecto a la adecuación, vemos que la intención comunicativa del emisor es la de convencernos de una postura personal: la necesidad de escapar aunque sea momentáneamente de la saturación de las noticias sobre la actualidad política. Su actitud es seria y formal, pues busca hacernos reflexionar sobre la situación actual. En relación con la coherencia, ya hemos demostrado previamente mediante el resumen, el enunciado del tema y el esquema del texto que este presenta las ideas de forma clara y ordenada, como es habitual en los textos argumentativos. Finalmente, por parte de la cohesión, ya hemos destacado con el uso de modificadores periféricos.


Indica qué tipo de texto es.

De análisis realizado, se desprende, por una parte, que el texto de Manuel Vicent pertenece a los géneros periodísticos, puesto que fue publicado en el periódico nacional El País. Además, dentro de este género discursivo, pertenece a los géneros de opinión, donde se analiza y reflexiona sobre un asunto de actualidad: la realidad española. Dado que el emisor es un autor conocido, colaborador del periódico y firma el texto con su nombre, haciéndose responsable de las opiniones en el texto vertidas, se trata de un artículo de opinión. En ese sentido, pertenece el texto a la variedad textual argumentativa, porque el emisor defiende ideas personales. En este caso, es una argumentación sobre opiniones, pues su postura está más abierta a debate.


 

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