Y por la misma "regla de tres" por la que las religiosas "rebeldes" norteamericanas consideran inadmisible que los obispos católicos revisen lo que ellas hacen, grupos de la progresía católica, o que se dice católica, comienzan a poner el grito en el cielo porque el papa Francisco, en la entrevista que se le hizo en el avión de regreso " a casa" desde Brasil, donde ha participado en el Encuentro Mundial de la Juventud, ha recordado la doctrina "magisterial" de la Iglesia católica con respecto a la admisión de la mujer al ministerio ordenado.
"La Iglesia se ha pronunciado y ha dicho que no", ha reconocido el Papa. Y claro, a las feministas católicas -o dizque católicas-, esto les parece mal, que un papa tan "primaveral y enrollado como el papa Francisco" diga estas cosas.
Pero no contentos con lamentar las palabras del papa Francisco asumiendo la declaración "definitiva" del Magisterio sobre el acceso de la mujer al ministerio ordenado, al menos "celebran" que el papa Francisco no se haya pronunciado -supuestamente- sobre otros aspectos de la moral de la Iglesia, que sabido es que la mayoría de los pogres eclesiales rechazan.
Pero resulta que el papa Francisco sí que se ha pronunciado contra el aborto, contra el divorcio, contra la ley del llamado matrimonio homosexual, a favor de proteger la vida desde el instante de la concepción, a favor de la doctrina católica sobre la familia como unión entre un hombre y una mujer; y aunque ciertamente no le he oído predicar en contra de la anticoncepción, es difícilmente asumible que el papa Francisco se vaya a oponer a una doctrina sobre este particular que para la Iglesia está ya "definida": magisterio al respecto de Pío XII ("Casti connubi"), pero ya presente en los papas anteriores desde mitad del siglo XIX, continuidad con Juan XXIII, la "Humanae Vitae" de Pablo VI, todo el muy fecundo magisterio de Juan Pablo II, en encíclicas como la "Evangelium Vitae", en toda su teología del cuerpo... Doctrina refrendada por Benedicto XVI, y de momento no refrendada en público por el papa Francisco, ciertamente, pero sin que ello signifique, entiendo, que asuma de "facto y de iure" los postulados de la sexualidad laicista.
Pero bueno, sin ánimo de juzgar ni de ofender a ningún "progresista" eclesial -entre sus cada vez más menguadas y hasta menguantes filas, los hay sin duda mejores personas que servidor-, hace tiempo que me da por suponer que los tales progresistas van bastante "a su bola", con independencia del sentir y parecer de la Iglesia. A cuyo Magisterio el papa Francisco sí que convoca insistentemente. Y tal Magisterio no se lo ha inventado el papa Bergoglio, el Magisterio es de la Iglesia y para la Iglesia; esto sí, acaso menos para los de la "Iglesia paralela u otra Iglesia es posible inclusiva": inclusiva de homosexuales activos, feministas proabortistas, partidarios del libertinaje sexual, divorciados vueltos a emparejar "por libre", librepensadores materialistas o sincretistas...
En fin. 4/8/2013
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1 comentario:
Sin aceptar todo lo que mencionas ya este mundo está como está... ni pensar en o que sería si diera tal apertura... Dios no cumple gustos... Hágase su voluntad.
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