martes, 20 de agosto de 2013

"A Alfonso Álvarez Bolado, sj. In memoriam"


jesuitas, crisis de la Iglesia universal, nepotismo, hipocresía, mezquindadA propósito de Alfonso Álvarez Bolado, sj., que acaba de fallecer, y de F. J. Fernández de la Cigoña, y de Ramón Echarren -a quien despectivamente el ilustre bloguero recuerda aquello de "llámame Ramón", o sea, que se lo echa en cara-, recuerdo que algo traté a Ramón Echarren, obispo dimisionario de Canarias, hijo predilecto de Las Palmas de Gran Canaria.





Para Cigoña, es uno de los peores obispos que ha habido en España en los últimos 50 años. Pero yo, casi un imberbe y, por supuesto, "tuteándolo" -soy de los que sostienen que habría que tutear más a los obispos, lo cual para muchos es una falta de respeto el solo considerarlo: soy simpatizante de la causa libertaria, aunque contrario al aborto y al progresismo eclesial, una especie de "anarquista de derechas", que dijera Aranguren de Carlos Díaz-, le dije una vez a Echarren que "me parece que eres poco de izquierdas, Ramón". Él me llevó la contraria.


A Cigoña, "llámame Ramón" le parece un pésimo obispo. Descanse en paz Alfonso Álvarez. Bolado, quien sin duda ya se ha reunido con Dios, por quien tanto quiso hacer en su vida de jesuita y de intelectual -que suele ser sinónimo-.


Julio, 2013.




1 comentario:

Unknown dijo...

La cercanía con la gente era algo en lo que Jesús trabajó por enseñar más, y eso es precisamente lo que muchos hombres y mujeres de estos tiempos necesitan, independientemente si se le trata de usted o se tutea a una persona, el respeto debe darse y ganarse lo importante es ser realmente cercano que entre otras muchas cosas implica el interesarse de verdad por el herman@, llevar a acciones concretas en beneficio de otros ese "estar cerca" (en muchas ocasiones simulaciones de revista...) tender la mano, estar dispuestos a escuchar, salirse de su pequeño mundo a vivir el evangelio en la realidad del día a día... Predicar un Dios cercano, misericordioso y atento a nuestras suplicas, cuando es casi imposible ver o hablar con sus ministros (que dicho sea de paso no son más que eso ministros -servidores- del Señor)...