Papa Francisco:
Tu gesto, que huele a Evangelio (evitar todo lujo en el avión que lo llevará, al santo padre, rumbo a Brasil, para esta ya inminnente Jornada Mundial de la Juventud), contrasta no con mi pestilencia, que no niego por más que me asee, sino con la pestilencia de una Iglesia atiborrada de eclesiásticos hipócritas que hacen la vista gorda, mundanizados. Y contrasta, bien que contrasta, con una iglesia llena de trepas y de pelotas, de figurones y de antinatalistas -algunos de los cuales, de estos, viven en lo profesional de la Iglesia católica, manda güevos la cosa- que creen que la paternidad responsable consiste en tener solamente 2 hijos. (Occidente: crudo invierno demográficos: nuestros bisnietos y tataranietos vivirán en una sociedad mayoritariamente descristianizada e islamizada.)
Y encima, como algunas autoridades eclesiásticas de mi diócesis lean esto, lo de siempre: seguirán pasando de uno tratando más de bien de... Por eso me cuesta depositar mi esperanza en tu gesto noble y evangélico, papa Francisco, porque esta Iglesia apesta a podredumbre.
Y a mí me ha jodido la vida. Tan cierto como la luz que alumbra.
12 de julio, 2013
1 comentario:
Esperemos que ese aroma de evangelio y humildad corra por la iglesia católica y llegue hasta quienes somos más pecadores.
Publicar un comentario