8/5/2011
Sin ánimo de zaherir ni infravalorar a ninguno de los 18 candidatos que se presentaron y sin ánimo de proclamarme por la cara mejor que nadie, lo que sí me atrevo a defender es que con diferencia mi currículum debía ser mejor que el de cualquiera de los candidatos que se presentaron. Sin casi asomo de duda al respecto y sin que me mueva a ello soberbia alguna y sí ya una larga experiencia acumulada. Me han excluido por mi independencia ideológica, porque soy simpatizante de la causa libertaria desde mi identidad esencial de católico, y así no me caso con ningún credo político, no por mi falta de solvencia y preparación para cualquiera de las plazas ofertadas. Y ello es vergonzoso. 
Así las cosas, denunciar el caso me vale o valdrá de poca utilidad; muy al contrario, puede que me resulte peor, perjudicial, porque voy a seguir ganándome enemigos, se me van a seguir cerrando las puertas (incluidas las de la Iglesia católica, no en balde, esta está llena de burócratas y de progres), dada la corruptela administrativa imperante. Imperante hasta en la Iglesia católica, entre adormecida y corrompida por el burocratismo y el nepotismo más crasos y vulgares. Increíble. Como preapocalíptico ya todo.
Pero comoquiera que sea, al menos la dignidad resultante de hacer uso de la palabra como vehículo de denuncia es lo que suele quedarnos a muchos que somos sistemáticamente puteados-pisoteados por el Sistema establecido.
Salud, paz y bien.
Postdata: por error borré el enlace del artículo en cuestión, pero si están interesados pueden leerlo yendo a Canarias Insurgente y buscando en la derecha de la página, en la sección "Novedades". Directamente buscando el título del artículo. O yendo a cualquiera de las otras revistas digitales que lo han reproducido. Qué pasada, como suele decirse hoy.
Luis Henríquez. 11 de mayo, 2011.
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