Kaoshispano:
Es muy arriesgado hacer esas afirmaciones que aventuras sobre el obispo Müller. Su prestigio y cualificación como teólogo quedan fuera de toda duda. Es miembro destacado de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, amén de haber dado clases de Teología en una prestigiosa universidad alemana durante algunos lustros.
Yo al menos no puedo afirmar que sea un trepa eclesial, por más que sí creo saber que la Iglesia católica está llena de ellos; y de arribistas, burócratas antimilitantes, mediocres mundanizantes y contestarios al Magisterio. Magisterio del que Müller hoy por hoy es uno de sus más cualificados baluartes. (Contra esta situación, me temo que muy poco se puede hacer: el derrumbe moral de la Iglesia lo haría muy difícil, muy improbable. De modo que si tú mismo te consideras de los perjudicados por la ruin hipocresía eclesiástica, Kaoshispano, no tienes más remedio que fastidiarte y buscarte la vida de otra manera.)
Müller gozó de todas las simpatías de Benedicto XVI -que es quien lo colocó al frente de tan decisivo dicasterio de la Iglesia-, de cuya ortodoxia de fe y de cuyo amor a la Iglesia universal no debemos dudar. Y por último, no es exacto que monseñor Müller haya pretendido dinamitar ningún dogma mariano (por cierto, propiamente "dogmas" marianos hay pocos).
Luis Henríquez. 22 de mayo, 2013.
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