24/11/2009
Pero el caso es que incluso gente de iglesia lo considera un buen tipo, al Soria; así un conocido tuyo, me refiero al cura aquel que es mando militar del Ejército, siempre ensotanado el nota, y que se iba a comer a los restaurantes más caros de Las Palmas de Gran Canaria, Teófilo, ¡manda güevos con la forma característica de evangelizar a los pobres que tenía el pater ese! 
A Soria lo vi el curso pasado yo en El Hierro, en varias ocasiones, como captando votos con solo su mirada: es tan maquiavélico que sin duda debe ensayar ante un espejo hasta el más mínimo de sus gestos, que nunca son de cara a la galería, gratuitos, sino de cara a asegurar prebendas, votos, favores, nepotismos o enchufes, cotas de poder... Incluso en un momento de La Bajada de la Virgen de los Reyes lo vi, donde y cuando no hacía más que saludar a gente y más gente, a diestro y siniestro (acaso más a diestro que a siniestro); se daba un auténtico baño de multitudes el tío, él como en éxtasis elevado a la dignidad de sujeto de la devoción popular (¿sería por hacer honor a su formación política?), él al menos en el clímax de un momento y no la imagen de la Virgen de los herreños. Un auténtico señorito que vive y cómo vive a costa de fondos públicos en los que no cree; digo de la gestión de lo público, de la cosa pública aplicada con criterios de justicia,transparencia, equidad y solidaridad.
Y lo peor del caso es que salvo hecatombe o revolución, del sitio en el que el Soria se perpetúa chupando de la teta de la política partidista nadie lo va a sacar; ni modo, que dirían en Centroamérica. Y cuando lo saquen, si es que tal nimiedad ocurriera, se iría por la puerte grande, con las manos y los bolsillos llenos de mangonear, robar, especular y adulterar el hermoso y delicado escenario de la política, para la cuyo servicio, nada menos que ese gran místico y hombre de letras figura destacada de nuestros Siglos de Oro que fue Juan de Ávila aseguraba que había que atesorar un gran amor al prójimo. Porque la política -aseguraba el santo-, después del estado contemplativo es lo más grande que se puede desarrollar en la humana existencia, a condición de que se trate de ejercitar como la trataron de ejercitar Martin Luther King, el Mahatma Gandhi, Giorgio La Pira...
Un asquito la cosa, Teófilo.
Postdata:
Te hago partícipe de todo esto no porque yo sea un entusiasta de la acción política de muchos y muchas que van de solidarios por la vida y hasta por la Iglesia: no pocos de los tales me parecen unos trepas y farsantes de tomo y lomo. Tipos que por supuesto no estarían contentos con el mero acusarte de que ellos hacen algo y uno que critica, nada, porque ya se encargan ellos de irte cerramdo todas las puertas para impedirte que hagas algo, puesto que esos sujetos quieren todo el protagonismo y todo el bombo y platillo para ellos.
Creo conocer todo esto por experiencia propia, Teófilo.
Saludos.
Luis Henríquez. 17 de mayo, 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario