Es emotiva, Cándida Sofía, de verdad. Y valoro o agradezco el que me hayas enviado algunas otras en los últimos tiempos. Confío en que estés bien, o mejor, en que sigas bien.
Permíteme una consideración: me supongo que tú, como católica al parecer piadosa y convencida que eres, tratas de vivir tu fe en comunión con la Iglesia, santa y pecadora, sacramento de salvación para la humanidad, Pueblo de DIOS en marcha... En la actualidad, sobre todo en Occidente, la Iglesia es muy contestada, perseguida, negada, discutida; yo mismo, a menudo, no soy buen hijo de esa madre nuestra que es la Iglesia.
Y he aquí otro comentario: un conocido teólogo y filósofo español, para muchos un auténtico místico contemporáneo (me refiero al P. Marcelino Legido: prestigioso doctor en Filosofía y en Teología, catedrático universitario en la prestigiosa universidad de Salamanca, España, y uno de los grandes conocedores de la obra de san Pablo a escala mundial; pues todo eso lo abandona y se marcha a vivir y a servir como simple cura en pueblos con muy pocos habitantes y casi todos viejos y pobres, en Castilla) afirma que el secularismo y el mundanismo han penetrado hasta el mismísimo seno de la Iglesia, lo cual no otra cosa significa sino que muchos católicos, aun manteniéndose en la Iglesia, viven con mentalidad mundana. Así las cosas y a modo de ejemplo, piensa en todos aquellos fieles católicos que viven su afectividad-sexualidad al margen de la doctrina de la Iglesia, bien porque no rechazan el aborto, la contracepción, la mentalidad anticoncepcionista, las relaciones prematrimoniales, bien porque aceptan y practican prácticas sexuales rechazadas por la Iglesia como el sexo oral, etcétera.
Henos aquí entonces ante la pregunta, y permíteme la confianza: ¿Cuál es tu postura al respecto? Te digo la mía: en principio dispuesto estoy completamente a dialogar con el mundo también en esas cuestiones de afectividad-sexualidad desligadas del sentir de la Iglesia, pero siempre desde mi deseo de comunión con el sentir y el Magisterio eclesiásticos.
Planteo lo anterior, aun a riesgo de sorprenderte, porque acaso imaginas que, entre los fieles católicos, se ha ido colando en los últimos lustros una sensibilidad, unas costumbres y un general modo de obrar muy distantes del Magisterio, con respecto sobre todo a asuntos íntimos de la afectividad-sexualidad. Creo que perfectamente sabes por donde quiero ir...
En fin, saludos y confío en la luz de tus respuestas al respecto, Sofía. Un beso.
Luis Henríquez. 25 de mayo, 2013.
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