A mi juicio, el principal problema de la enseñanza de la Religión católica en la escuela pública -ahora que vuelve a salir el asunto con la aprobación de la LOMCE por el Partido Popular-, no es otro que el hecho de que los docentes de esa asignatura -honrosas excepciones aparte, bendito sea Dios, bendita la Santísima Trinidad- en un gran porcentaje de casos no son evangelizadores entusiasmados con Jesucristo y con su Iglesia, esto es, no son militantes; son, por lo común, burócratas, esto es, profesionales de mentalidad funcionarial.
Suelen pertenecer a ese amplio espectro de cristianos "tibios, cristianos satélite, hechos al espíritu mundano, arribistas, llenos de sentido común mundano y poco profético" (entrecomillo expresiones del propio papa Francisco).
Los obispos, que son los que ponen "a dedo" a estos profesionales (entre los que me parece haber conocido a dos o tres que sí me parecieron católicos militantes), conocen todo esto, mas no me parece que hagan gran cosa para arreglar el asunto.
Ni siquiera con la primavera eclesial del bondadoso papa Francisco: me temo que las cosas apenas van a cambiar en este asunto.
En fin. Me alegro por el grupo canario Mestisay, que escucho ahora mientras... Siguen siendo muy buenos. Y "Sombras del Nublo", de Néstor Álamo, a todo grancanario, esté donde esté, le levanta el ánimo.
1 comentario:
Dice el dicho que nadie puede dar lo que no tiene.¿ Será por lo esto que la espiritualidad y religión católica se vive con tantos huecos y comodidades?
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