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jueves, 1 de octubre de 2015

"Mario Vargas Llosa, Losantos, Chesterton..."

Ni Federico Jiménez Losantos ni Mario Vargas Llosa son católicos; obviamente, quiero decir católicos practicantes, que culturalmente sí que lo son. Al igual que la mayoría de los bautizados como católicos: culturalmente católicos, axiológica y vivencialmente secularizados o hasta paganizados.Resultado de imagen para jimenez losantos joven


Losantos es un periodista "de raza"; para algunos de sus críticos y contrarios, que los debe tener a mansalva, es el consumado especialista radiofónico del insulto, la mofa, la descalificación, la ironía, la burla satírica e hiriente contra todo el que hace objeto o diana de sus lacerantes ataques. Como la víbora radiofónica lo rebautizó cierto prestigioso periodista español, ya retirado de las ondas. Liberal hasta la médula luego de su ya lejano tránsito por las doctrinas marxistas e incluso maoístas, lo que no se le puede discutir a Jiménez Losantos es que es un hombre culto, con sólidas y frecuentes lecturas, buenas lecturas, bien informado de la realidad informativa nacional e internacional, y él mismo escritor, faceta esta última que ya desconozco.Resultado de imagen para chestertonResultado de imagen para stevie wonder y sus hijos

Vargas Llosa es también liberal, en la línea de Losantos; de hecho, el escritor hispano-peruano estuvo en la génesis de EsRadio y de Libertad Digital, ambas plataformas informativas que la progresía al uso suele arrumbar hacia el rincón de la extrema derecha. No es poco loable que su matrimonio haya durado la friolera de medio siglo, por más que ahora él haya roto su matrimonio y haya iniciado ese romance de senectud tan aireado por los medios, pese al natural reservado para su intimidad y sus cosas del Nobel de Literatura. Como católicos que deseamos fidelidad a Cristo y a su Iglesia, en efecto no debemos aprobar la personal decisión de Vargas Llosa, pero el reconocer esto que estoy reconociendo no tiene por qué llevarnos a negar la prodigiosa calidad literaria de D. Mario.Resultado de imagen para vargas llosa


No hay ninguna incompatibilidad para mí entre leer al ya fallecido Miguel de Delibes y leer a Mario Vargas Llosa; prefiero la literatura del primero, "comulgo" incomparablemente más con su humanismo cristiano, y desde luego una novela como El hereje, de Delibes, la querría haber escrito el propio Vargas Llosa, pues no desmerece de las mejores del novelista hispano-peruano. 

Finalmente, la realidad eclesial, Kaoshispano Atlántico, es en verdad la que tú drásticamente describes: apostasía, adaptación máxima al espíritu del mundo, rebaja permanente de las exigencias del Evangelio (tibieza, mediocridad, catolicismo light...), nepotismo o tráfico de influencias, pastores que en alto porcentaje se han convertido en pérfidos lobos disfrazados con piel de cordero... Trepas eclesiales, carreristas, apóstatas... 


Pero todo está escrito: el apóstol san Pablo mismo ya nos advierte en su Carta a los tesalonicenses que llegaría un tiempo en que el hombre, alejado de cualquier deseo o voluntad de buscar la verdad y de comulgar con ella, se entregaría al jugueteo y a la experimentación con toda clase de idolatrías y extravagancias. Desde una experiencia de vacío de Dios, de vivir como si Dios no existiera: la existencia vinculante de Dios parece traer al pairo a cada vez más personas, sobre todo de Occidente. 

Tesitura actual que supo ver muy bien ese gran converso y genial literato que se llamó Chesterton: "No es cierto que el hombre al dejar de creer en Dios pase a no creer en nada; muy al contrario: se dará a poner su corazón en toda clase de idolatrías propias de la vida burguesa". 

1 de octubre, 2015. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.

lunes, 27 de enero de 2014

"Amiga sor Lucía Caram, pero más amiga la verdad"

Se llama sor Lucía Caram, monja dominica argentina, pero desde hace años "incardinada" en Cataluña...libertad de expresión en la Iglesia universal 

Si eres una monja "mediática" (Facebook, twitera, apareces en medios de comunicación diversos...) que hace mucho bien a muchas personas, formidable. Si eres una religiosa profesa que da testimonio de pobreza, compromiso solidario, castidad, pureza de vida, obediencia, bendito sea Dios; esto es, si sinceramente deseas vivir en plenitud el Evangelio, razón de ser de tu opción religiosa profesa, solo me queda respetarte y felicitarte, y tratar de tomar ejemplo yo mismo, tan mediocre y pecador. 

Sin embargo, sin menoscabo de todo lo anterior, habría que considerar que tus opiniones sobre el aborto, la homosexualidad y sobre el papel mismo de la Iglesia en la sociedad son no poco "contrarias" a la doctrina de la Iglesia católica. Cierto que tú no defiendes abiertamente el aborto, cierto, pero con tu "postura", más pastoral que doctrinal, dejas la puerta abierta al aborto, y esto no. Cierto que a las personas homosexuales, sin duda no pocas de ellas maravillosas, excelentes personas, hay que amarlas, acogerlas, respetarlas: son personas, como lo son los hambrientos y también los ladrones de guante blanco... Sin embargo, la doctrina moral de la Iglesia católica condena el acto homosexual en sí, como tal, por grave y objetivamente desordenado.

La Iglesia católica, especialmente en Europa y los Estados Unidos, pero crecientemente también por toda Iberoamérica (a este respecto, demoledor un reciente informe efectuado por la Iglesia católica en Alemania: de miles de jóvenes católicos encuestados, se desprende que nueve de cada diez jóvenes católicos alemanas pasan olímpicamente de la moral sexual católica: usan anticonceptivos y mantienen relaciones sexuales prematrimoniales con total normalidad, y comulgan luego sin mayor problema de conciencia, según se desprende del informe), sufre un radical o rabioso proceso de secularización interna, al que contribuimos todos con nuestros pecados, nuestros desaciertos -yo el primero-, nuestro mal testimonio de vida cristiana, solo que también tú, sor Lucía Caram, quiero afirmar que también tú contribuyes a agravarlo, con algunas de tus opiniones laicistas, mundanizantes.

Y nada más, un abrazo en Cristo, la Iglesia y los Pobres.
  • Luis Alberto Henríquez Lorenzo DIOS premiará todo cuanto de justo, noble, verdadero y loable haya habido en tu vida -certeza de fe esta por lo demás muy "paulina"-, solo que la verdad de la Iglesia es la verdad, la diga Agamenón o su porquero
  • Valeria Fregossi De acuerdo contigo, Luis. La Verdad es la verdad y punto. A Dios no se le contradice en Nada, por algo es Dios! Humildad pido, primero en mi y luego en los demás. Señor guíanos hacia la verdadera Humildad!
  • Luis Alberto Henríquez Lorenzo Sí, Valeria, pero tampoco estoy defendiendo una verdad de la Iglesia "inamovible", como caída del cielo en forma de "inenarrancia", no -valga mi neologismo-, no es eso; es más bien el deseo de fidelidad crítica, abierta, dialogante, flexible, con la Iglesia, que es madre y Maestra, a pesar de su evidente crisis de fe, a pesar de su tremenda crisis institucional
  • Luis Alberto Henríquez Lorenzo Por tanto, la Iglesia, que es Madre y Maestra -y lo es, a pesar de su crisis de fe, e institucional, más que obvia-, sí está en todo su derecho, sor Lucía Caram, de iluminar la conciencia ética o moral de sus hijos e hijas, y de cualquier persona que se sienta interesada por la doctrina de la fe

LUIS HENRÍQUEZ, 27/1/2014. Profesor de Lengua y Literatura españolas, escritor, militante social, bloguero.

miércoles, 22 de mayo de 2013

"Por el kaos a XristoO (III)"


Un brevísimo apunte sobre la Teología de la LiberaciónEntonces monseñor Mühler, si como usted mismo reconoce hay una "teología de la liberación equivocada y otra buena", usted mismo como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe convendrá conmigo, simple seglar de a pie, en que es también esta hora de la Iglesia,(sea o no primaveral gracias al impulso misionero o evangelizador que está insuflándole el bondadoso papa Francisco) hora propicia para que desde el Magisterio se vaya ofreciendo al Pueblo de Dios una palabra autorizada al respecto.


O lo que es lo mismo: una cierta Teología de la Liberación ha derivado en contestación permanente al Magisterio, vía Juan José Tamayo, por ejemplo. Así las cosas, ¿esta sería parte viva de la Teología de la Liberación buena o de más bien de la equivocada? Si es de la una, de la buena, ¿en qué y por qué lo es la reflexión teológica del profesor Juan José Tamayo?, y si es la otra, de la mala, de la equivocada, ¿en qué lo está o por qué?

Asimismo, otra vía de la Teología de la Liberación ha hecho suyas las seculares reivindicaciones del feminismo. Idem: ¿Esta vía sería de la buena o de la equivocada?

Esperemos...