Si el papa Francisco vendiera el Vaticano (esto lo piden muchos, es en serio: recientemente, lo leo en un artículo de Religión Digital), con el dinero ganado por tal venta podrían comer, vestirse y tener viviendas dignas, en efecto, los hambrientos del mundo; pero sería solo por unos pocos años, puesto que, como las causas del hambre y de la miseria de tres cuartas partes de la humanidad no son de índole asistencial sino estructural, pasados unos pocos años de "abundancia suficiente" para los cientos de millones de pobres de la humanidad, todo volvería a ser lo mismo: hambre y miseria por decreto del injusto sistema económico y político mundial, sostenido por organismos financieros perversos (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional...).
Luis Henríquez. 3 de mayo, 2013.
1 comentario:
Completamente de acuerdo, el problema es la avaricia desmedida, los corruptos sistemas políticos y económicos, la lucha por el poder entre naciones (que no tiene solucionados sus propios asuntos y se entrometen en los ajenos - y no para ayudar, sino buscando sacar algún provecho - ) el deshumanizado mundo que hemos creado.
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