Bienvenido el "efecto Francisco" a la opinión pública española. Y bendito sea Dios que envió a su hijo Jesucristo, y bendita la Iglesia por la que conocemos la Buena Nueva Salvífica.
De verdad. Y siempre hay y habrá testimonios ejemplares o santos de vida cristiana, en todos los estados de vida: seglares, religiosos profesos, sacerdotes, obispos...
Pero no debe olvidarse que la Iglesia, especialmente en Occidente, está como "herida de muerte". No va a morir, pues si muriese, es decir, si desapareciese de la faz de la Tierra, sería ella misma la señal de su mentira. Lo que sucede más bien es que está no poco "podrida" porque ha estado mirando demasiado para el mundo en detrimento de la fidelidad al Evangelio y el Magisterio.
Así que el mal lo tiene en su seno: todos esos cristianos "tibios y satélites" de que habla el Papa.
Pero soy escéptico: los pastores de la Iglesia van a seguir -salvo excepciones, bendito sea Dios- prefiriendo a burócratas, que no a militantes.
Lo sé por mi conciencia y mi bolsillo. Lo sé por una prueba que hace algunos meses realicé para optar a una plaza vacante de una escuela católica en Canarias. De vergüenza. Nada de lo que se nos preguntó tenía que ver, ni remotamente, con lo que debe ser la escuela católica, que debe ser, según la propia Iglesia enseña, una plataforma para la evangelización.
Pero resulta que lo que debe ser es lo que se pone al final. Por eso la mayoría de sus docentes no son evangelizadores, no son militantes.
En fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario