Javier:
No sé quién es usted, ni qué hace -igual es cura que firma como Javier, u obispo incluso, vaya usted a saber-, pero el caso es que sin venir a cuento vas y me insultas llamándome "tonto" y "buenista progre".
En cuanto a lo primero, me esfuerzo por no ser tonto; para mi desgracia, puede que lo sea a mi pesar. Y en cuanto a lo segundo, a lo del "buenismo progre", para nada me considero progresista al uso (de hecho, rechazo el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, etcétera, que forman parte del ideario progre, del extraeclesial y del intraeclesial), por más que dialogar procuro hacerlo con todos, progresistas y regresistas, tratando de extraer, según mis cortas luces me permiten, todo lo justo, lo noble, lo bueno, lo verdadero que hay fluyente en todo. Lo recomendaba san Pablo, nada menos, el llamado Apóstol de los gentiles.
En cuanto a lo de vender el Vaticano, no creo que eso solucione nada, de ser posible el venderlo, que esta es otra. Lo digo en mi primer comentario. En el segundo, en vista de que me replicaron al primero, quise seguir el juego de esa posibilidad quimérica de venta del Vaticano.
Por cierto, venta del Vaticano a quién, ¿a alguna multinacional?, ¿a multimillonarios japoneses que se han interesado en algún momento por tal operación?
Saludos, Javier (seas seglar, cura u obispo), y sin insultos, ¿no te parece?
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