Sin confesión frecuente, querida Sofía, sin oración frecuente, sin compromiso militante, sin participación frecuente en la Eucaristía, sin lectura espiritual, sin lectura meditada de la Sagrada Escritura, no hay auténtica vida de fe cristiana. Todo el Magisterio y la Tradición viva de la Iglesia avalan lo que digo, no es afirmación que me invente yo.
Por supuesto que lo anterior no significa, me parece, que no se pueda ser una buenísima persona sin ser católico, siendo, por ejemplo, un buen budista, un buen musulmán, etcétera. Pero tú no eres budista ni musulmana, ni siquiera eres protestante; deseas, me quiero figurar, ser una buena católica. En este caso, no hay más tutía que ser fiel a la Iglesia; los curas que te hayan podido catequizar de otra manera, lo hicieron muy mal, por lo menos como catequistas de la fe y la doctrina católicas, no los juzgo a ellos como personas ni como creyentes.
Ni tampoco me estoy queriendo referir a todo ese cúmulo de hipocresías, autoritarismos, nepotismos, mundanismos y burocratismos superabundantes en el seno de la Iglesia; vamos, me los ibas tú a recordar a mí, con todo lo que me parece haber sufrido a mí esa lacra... No te vengas abajo por esa realidad, contra la que muy poco se puede hacer, Cándida, porque es un problema muy enquistado en el tejido humano de la Iglesia; vive tu vida, trata de ser buena gente, y no te dejes liar por toda esa caterva de hipócritas, pasa de sus reclamos.
Con todo, lo que sucede asimismo es que frente a 50 antitestimonios que puedas encontrarte en la Iglesia (el de mi propia trayectoria entre ellos), te puedes encontrar con un ramillete de buenos testimonios. O lo que es lo mismo: cierto que no pocos obispos no son más autoritarios, lejanos, nepotistas, hipócritas y burócratas porque no se entrenan, pero frente a estos siempre habrá más de uno que sea excelente, como persona, como creyente, como pastor.
Y nada más. Besos. Nos vemos.
Luis Henríquez. 16 de mayo, 2013.
2 comentarios:
Las buenas personas están en todos los lugares y tienen diferentes ideologías tanto políticas cómo religiosas pero si pertenecemos a una religión y no cumplimos con sus mandamientos, aunque seamos buenas personas seremos malos creyentes o sea que yo siendo católica si no sigo las reglas y mandamientos de mi Iglesia y si no hago todo lo que mencionas en tu entrada pues resulta que seré una pésima católica.Saludos
Así es.
Un abrazo.
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