domingo, 13 de mayo de 2018

sergio méndez

Si reconocemos que es malo, muy malo, nocivo, que la Iglesia se al’ie con la derecha, no lo es menos que la alianza se haga con la izquierda. Es una verdad de Perogrullo casi, pero no por ello menos v’alida, menos verdad.
Abundando en lo anterior, malo que la Iglesia se identifique con los poderosos. O que no condene las guerras, porque las guerras pr’acticamente nunca pueden ser justas. O que compare, como acaba de hacer el arzobispo Osoro, de Valencia, los abortos con los campos de exterminio, me figuro que nazis y comunistas en la antigua URSS. Como igualmente malas son todas las actuaciones en que la Iglesia, la nombro ahora como instituci’on, represnetada por sus obispos, es m’as jerarcof’ilica que samaritana. Y con ejemplificaciones similares podr’iamos continuar.
Sin embargo, criticando lo que haya que criticar de la ICAR, semper reformanda, ¿es justo que se critique que la doctrina de la Iglesia rechace el aborto? En realidad, podr’a dialogarse y deber’a dialogarse con los partidarios del aborto lo que se quiera y m’as, lo que haga falta, desde el respeto mutuo, pero ¿aceptar el aborto se puede, desde la profesi’on de fe filial en la Iglesia? Se puede plantear que la pr’actica del aborto no debe estar penalizada en un estado aconfesional, laico y democr’atico, s’olo que,en el nombre del Dios de Jesucristo (esto es, Sagradas Escrituras, Tradici’on viva de la Iglesia, Magisterio, grandes corrientes de espiritualidad cristiana, m’as el apoyo racional de los datos de la ciencia…), ¿es l’icita y leg’itima la pr’actica del aborto?
Me sorprende que haya foristas que por aqu’i planteen que s’i es posible, contra el parecer de todos los lugares teol’ogicos que antes cit’e, y contra el que parece dictamen m’as comun y generalizado de la comunidad cient’ifica, a saber, hay vida humana desde el comienzo mismo de laq concepci’on, quedando ‘unicamente la no certeza cient’ifica del momento en que esa vida humana es en efecto vida individualizada, constitutivamente diferente de la vida de la madre.
Los ateos, librepensadores, comunistas, feministas, miembros activos de la LGTB, etc’etera, tienen derecho a exigir que la ICAR sea m’as coherente, servicial, en definitiva, aut’entica, pero no creo que deban exigir a la Iglesia que cambie su doctrina, con respecto al rechazop del aborto, por ejemplo. Porque adem’as es que no lo va a hacer.

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