lunes, 14 de mayo de 2018

Comentario de benjamín perceval

La carta pastoral del papa Benedicto XVI a la Iglesia católica en Irlanda, me parece impecable, completísima. Y la recibo como muy sincera, entrañablemente sincera, de modo que si no lo es, si no es sincera y muy sentida, la justicia de Dios también le pedirá cuentas al Papa actual. Y esto él lo sabe muy bien.

Pero porque es muy oportuna, muy equilibrada, auténtica y sincera, y evangélicamente muy sólida, muy bien fundamentada, no entiendo -y a la vez creo que sí entiendo, porque se trata de muy posibles enemigos de la Iglesia y hasta cristofóbicos- que desde un medio digital como "Elplural" de Enric Sopena se acuse a la Iglesia de tibieza ante los casos de pederastia. Sospecho que de lo que se trata en ese medio y en otros similares no es sino de atacar a la Iglesia,por cualquier motivo que sea, que ahora es muy grave, la pederastia, pero que podría ser cualquiera, aunque haya que mandarlo a fabricar.

El documento papal es muy delicado y sensible en denunciar el horrible mal moral causado a los niños por esos sacerdotes y religiosos católicos. Lo es a lo largo de todas sus páginas, pero sobre todo en los apartados 6 y 9(titulados, respectivamente, "A las víctimas de abusos y a sus familias", "A los niños y jóvenes de Irlanda"). Entonces, siendo como me parece que es ese documento reciente, por qué determinada pogresía eclesial desde "Redes Cristianas" acusa,a mi humilde modo de ver de manera muy grave, al propio Benedicto XVI de mostrar poca sensibilidad hacia las víctimas, es decir,hacia los niños. Esto no aparece en la carta episcopal del Santo Padre, que sí sobreabunda en manifestaciones de profunda consternación por lo sucedido, sólo que desde la esperanza salvífica de Cristo, que todo lo puede, que todo lo alcanza. Los que critican al Papa desde las filas del progresismo eclesial, nada dicen de esto.

Como tampoco dicen la verdad, me parece, cuando en un comunicado que acaban de hacer público desde esa plataforma de Redes Cristianas, pretextan que al Papa en esa carta pastoral lo más que parece importarle es salvar el "honor" de los sacerdotes y religiosos pederastas, en detrimento del dolor moral de los niños de los que se ha abusado. Más de lo mismo: leyendo detenidamente el texto papal, no veo esa supuesta intención del Papa por ningún lado, la verdad.

También el Papa en esa la carta pastoral que nos ocupa no duda en ningún momento en reconocer la necesidad de la actuación de las leyes civiles para los casos de pederastia perpetrados por eclesiásticos católicos; pero sobremanera, como no podía ser de otra forma además, el Papa trata de insistir en lo que le es a él incluso más propio, en función de su condición de Pastor de la Iglesia universal, a saber, la denuncia, y consiguiente exhortación a la sanación, de un acto que es un delito para la sociedad civil, cierto, pero que es un muy execrable pecado para la fe de la Iglesia.

De nuevo,lo confieso, me vuelven a sorprender un pronunciamiento proviniente del progresismo eclesial, pues me parece apreciar en el mismo, más que auténtica fe cristiana filial, ganas de chinchar, de punzar, de dar caña.

24/03/10 7:59 PM


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