lunes, 14 de mayo de 2018

"Hermano Leonardo, con todo respeto..."
 
 


En última instancia solamente Dios conoce con total certeza si el exsacerdote y exfranciscano Leonardo Boff sigue siendo (en lo recóndito de su conciencia, digo por localizar), católico y franciscano de corazón, que no de profesión religiosa ya. Él asegura que sí, que sigue siendo discípulo de Jesucristo, pese a sus más que obvios y permanentes encontronazos y desencuentros con la doctrina y con la jerarquía de la Iglesia católica.Resultado de imagen de leonardo boff frases

 

En realidad, a mí me parece que habiendo escrito hace décadas un libro precioso sobre san Francisco de Asís (está traducido al español), en su etapa franciscana y de mayor esplendor teológico, el ecologismo actual de Leonardo Boff no puede sino seguir siendo franciscano; en cierta medida hijo de Francisco de Asís, vale que remotamente franciscano, en fin, solo Dios sabe... Con todo, también se manifiesta como terracentrista (gaiacentrista, de la New Age, panteísta).
 
 

Para el irrepetible Francisco de Asís, la Tierra entera es hermana porque ha sido redimida por Jesucristo, y porque la Creación es obra del Creador. En el ecologismo militante de Leonardo Boff, lo cristiano queda en parte diluido, acaso para desgracia del propio Leonardo, que no consigue hacerse entender bien, y eso que ha escrito ya miles y miles de páginas.Resultado de imagen de leonardo boff pensamiento


Asimismo, Leonardo Boff parece a la legua un disidente, cuyos talentos tampoco hay que despreciar, ni modo. Pero ¿y si no lo es pese a las apariencias? Igual o en verdad sea una bella persona (amable, tierna, compasiva...). No lo podemos saber con total certeza (ni estamos autorizados a intentar llegar a conocer esta dimensión privada), más que a base de conjeturas... El teólogo brasileño, hermano en una familia muy numerosa (doce hijos) en la que hay religiosos y religiosas profesos y algún que otro ateo, parece, por lo que dice sobre todo, muy resentido contra el papa, la jerarquía, contra lo que los progreeclesiales llaman Iglesia institucional. Es muy obvio que es así, solo que ¿y si las apariencias al final resulta que estaban engañándonos?


Vamos, que Leonardo Boff, que cuenta con páginas de teología hermosísimas, llenas de lirismo (Los sacramentos de la vida, por ejemplo), parece claramente un progre, una especie de nuevo gurú de la Nueva Era. Sin embargo, igual es un tipo estupendo como persona, a pesar de su distanciamiento de la ortodoxia católica. Y desde luego la justicia social (la pasión por los pobres) ha sido uno de los motores de su vida.


El juicio definitivo queda reservado al Juez de la historia.
 
 

Postdata: de todas formas, a mí mismo ya a estas alturas también me llega a cabrear el discurso del progresismo cristiano y católico, puesto que, más allá de que en efecto solamente Dios es quien conoce el interior de las personas, sus auténticas intenciones, sus proyectos de vida, su fe misma -"Ten piedad de tu siervo, el que sea, Señor, cuya fe solo Tú conociste", rezamos en las exequias fúnebres-, lo que reivindican los progreeclesiales por lo general nada tiene que ver ni con la Iglesia del Concilio Vaticano II -que es la permanete cantinela de muchos, más la propuesta de un inminente Vaticano III- ni con ningún concilio ecuménico anterior. Porque salvo aciertos muy esporádicos en esas denuncias y propuestas de reforma progresistas, y que ya se encargará el propio Magisterio, aunque sea lentamente -porque la Iglesia es que va lenta, por prudencia o por lo que sea-, de asumir, lo que reivindican los tales puede que sea en alguna medida interesante, no digo que no, pero no es católico. Así de claro (03/03/10 11:27 pm).
 
 

 
10 de junio, 2018. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social. 



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