"Los secularistas siempre andan diciendo"
El diecinueve de febrero del año dos mil diez, mi menda lerenda, bajo el seudónimo de Tomás de las Naves, discurrió:
Esta tarde, en una publicación digital concitadora de la concurrencia, mayoritaria o principalmente, de los llamados católicos progresistas,
juntamente con agnósticos, ateos y anticlericales viscerales, he leído que una
forista plantea, muy reivindicativamente además, que el versículo Mt 18, 18 ("Yo
les digo: 'Todo lo que aten en la tierra, el Cielo lo tendrá por atado, y todo
lo que desaten en la tierra, el Cielo lo tendrá por desatado'") en verdad no es
la encomendación del Señor a los Apóstoles -y en línea sucesora con ellos, los
papas y obispos- del cometido de confirmar en la fe a los creyentes cristianos
todos, sino que en realidad es una exhortación a que sea la comunidad toda la
que exhorte en la fe a los hermanos en la misma fe.
De piedra se queda
uno, la verdad. Y eso que yo me considero vocacionado al comunitarismo, la
democracia, la participación, los movimientos sociales... Pero creo que todo
tiene un límite, y ese límite son los contornos que creemos precisos de la verdad,
más allá del relativismo o de la opinionitis, tendencia esta, la opinionitis, casi enfermedad,
a menudo enemiga de la verdad sólida y contrastada, autorizadamente
confirmada.
Pero claro, si la cosa llega hasta este nivel, a mí al menos
no me extraña que desde dentro mismo de la Iglesia católica,
algunas propuestas de moral sexual sean completamente parecidas a
las que podría plantear y defender el PSOE, pongamos -y que de hecho defiende,
todo sea dicho-, y bastante menos parecidas a las que plantearía alguien como,
qué sé yo, santa Gianna Beretta Moya, pongamos.
Con todo, me gustaría
proponer que los defensores de la legitimidad moral de las relaciones
homosexuales, que tan belicosamente presentes se hacen en la bitácora de marras, explicaran, Biblia en mano (y Tradición y Magisterio muy presentes en el debate y en la investigación), capítulo a capítulo y versículo a
versículo, cómo es que ahora esos milenarios textos que hasta hace nada al
parecer decían "Diego" (es decir, condenaban la práctica de la homosexualidad:
pecado nefando, sodomítico, contranatura...), ahora afirman "digo" (esto es,
legitiman la práctica de la homosexualidad).
Además, tendrían que
rastrear textos patrísticos, a la búsqueda y captura de documentos de los Santos
Padres justificadores de la sexualidad homosexual. Y dar la voz a los santos y
santas, a ver qué dijeron los tales, y qué dirían hoy.
Y al final de todo el periplo investigador o de documentación, ya
hablamos.
21/05/2018. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de Humanidades, educador, bloguero, escritor, militante social.
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