lunes, 14 de mayo de 2018


Comentario de aníbal carrasco

Los sindicatos surgieron para la defensa de los intereses de la clase obrera, en un momento histórioco en el que la clase obrera era pobre; es más, a menudo miserable. Una clase obrera oprimida y, por ello mismo, por ser y vivir oprimida, arrastrada a los pies y caprichos de los patrones, era clase obrera revolucionaria, pues en la lucha revolucionaria le iba poco menos que la dignidad y la vida.

Casi cien años más tarde y aun más, las condiciones sociales de la inmensa mayoría de los trabajadores, pese a crisis y precariedades coyunturales y masas o grupos de inmigrantes adolescentes de derechos laborales de justicia, ya no son de explotación; en consecuencia, de las luchas sociales por conseguir derechos se ha pasado a la concertación con la patronal, a las migajas de los convenios colectivos, a las subvenciones...

El sindicalismo domesticado resultante, en vez de comprometerse radical y militantemente en la lucha por la justicia social y la solidaridad con los empobrecidos, realidad hoy día muy acuciante, se compromete más bien por mantener la "gusticia" del buen nivel de vida, más o menos funcionarial, de los trabajadores con trabajo fijo -por lo común, los sindicatos son insolidarios con los inmigrantes, los parados y otros colectivos en situación laboral precaria-...

De ahí que lo que sorprenda especialmente de la noticia es que los sindicatos apoyen Educación para la Ciudadanía aceptando, una vez más, como para no perder las buenas costumbres, subvenciones y más subvenciones, todo subvenciones. Ni rastro ya de cualquier iniciativa militante. Es lo penoso, a mi modo de ver.

25/02/10 11:54 AM

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