Los sindicatos surgieron para la defensa de los intereses de la
clase obrera, en un momento histórioco en el que la clase obrera era pobre; es
más, a menudo miserable. Una clase obrera oprimida y, por ello mismo, por ser y
vivir oprimida, arrastrada a los pies y caprichos de los patrones, era clase
obrera revolucionaria, pues en la lucha revolucionaria le iba poco menos que la
dignidad y la vida.
Casi cien años más tarde y aun más, las condiciones sociales de la inmensa mayoría de los trabajadores, pese a crisis y precariedades coyunturales y masas o grupos de inmigrantes adolescentes de derechos laborales de justicia, ya no son de explotación; en consecuencia, de las luchas sociales por conseguir derechos se ha pasado a la concertación con la patronal, a las migajas de los convenios colectivos, a las subvenciones...
El sindicalismo domesticado resultante, en vez de comprometerse radical y militantemente en la lucha por la justicia social y la solidaridad con los empobrecidos, realidad hoy día muy acuciante, se compromete más bien por mantener la "gusticia" del buen nivel de vida, más o menos funcionarial, de los trabajadores con trabajo fijo -por lo común, los sindicatos son insolidarios con los inmigrantes, los parados y otros colectivos en situación laboral precaria-...
De ahí que lo que sorprenda especialmente de la noticia es que los sindicatos apoyen Educación para la Ciudadanía aceptando, una vez más, como para no perder las buenas costumbres, subvenciones y más subvenciones, todo subvenciones. Ni rastro ya de cualquier iniciativa militante. Es lo penoso, a mi modo de ver.
Casi cien años más tarde y aun más, las condiciones sociales de la inmensa mayoría de los trabajadores, pese a crisis y precariedades coyunturales y masas o grupos de inmigrantes adolescentes de derechos laborales de justicia, ya no son de explotación; en consecuencia, de las luchas sociales por conseguir derechos se ha pasado a la concertación con la patronal, a las migajas de los convenios colectivos, a las subvenciones...
El sindicalismo domesticado resultante, en vez de comprometerse radical y militantemente en la lucha por la justicia social y la solidaridad con los empobrecidos, realidad hoy día muy acuciante, se compromete más bien por mantener la "gusticia" del buen nivel de vida, más o menos funcionarial, de los trabajadores con trabajo fijo -por lo común, los sindicatos son insolidarios con los inmigrantes, los parados y otros colectivos en situación laboral precaria-...
De ahí que lo que sorprenda especialmente de la noticia es que los sindicatos apoyen Educación para la Ciudadanía aceptando, una vez más, como para no perder las buenas costumbres, subvenciones y más subvenciones, todo subvenciones. Ni rastro ya de cualquier iniciativa militante. Es lo penoso, a mi modo de ver.
25/02/10 11:54 AM
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