lunes, 14 de mayo de 2018

rodolfo espino


Mientras escucho en RNE Radio 3 un especial sobre la poesía contemporánea en Nicaragua, tomo conciencia de que vengo de leer artículos y comentarios en una conocida página católica reconocida, al parecer -y así tildada y hasta odiada- como muy de derechas, de católicos de derechas, y aun de extrema derecha. Y sobre todo creo “tomar conciencia de dónde vengo” luego de leer algunos artículos de Atrio. No es mi propósito meter el dedo en el ojo de nadie, de verdad, pero es que las posturas son tan diferentes, tan distantes, tan en apariencia -¿lo serán también en el fondo?- irreconciliables que…

Que uno no sabe si echarse a reír o a llorar, o llevarse las manos a la cabeza o qué sé yo. Aquí muchos están disconformes con los fastos,  la parafernalia, la vinculación de la Iglesia al poder y con que el Papa sea Jefe de Estado, santísimo padre y todo eso -quien estas líneas escribe entre ellos-. En las páginas de la derecha católica y aun extrema derecha, juzgan con desprecio a quienes se alinean con el 15 M ,a quienes sueñan con una Iglesia más evangélica, “vestida de Evangelio y de sandalia” (Casaldáliga dixit, a quien también dan hostias dialécticas, y palos, si pudieran,seguro, a lo “guerrilleros de Cristo rey”), a quienes aman y se entienden con ateos, agnósticos, librepensadores…

No soy tan viejo -40 años-, pero de algo sí creo estar convencido: no veo entendimiento posible entre la mayoría de las posturas de la extrema izquierda eclesial (Atrio, Redes Cristianas, Alandar…) y las de la extrema derecha eclesial.

Qué pasada. Insisto: a veces me produce una curiosa risa todo esto, la verdad; una risa que parece, cómo decirlo, nerviosa, medio escéptica, no sé. Una risa que me lleva a tratar de comprender a los de la derecha católica: “Vale, de acuerdo, hay que respetar al Papa, es el sucesor de Pedro, a quien Cristo dio las famosas llaves, tratando de ser fieles al Magisterio…” Pero entonces, no sé si iluso, majadero o qué que es uno, miro hacia la izquierda eclesial, que sigue empeñada en reivindicar que los obispos sean más pastores cercanos  y menos jerarcas distantes -con los que incluso, sin protocolo alguno, puedas jugar una partida de dominó o de lo que sea, por ejemplo-, o empeñada en reivindicar una Iglesia más comunidad fraterna de iguales en torno a un único Señor, que es Cristo, y entonces no me queda otra que alinearme con la llamada izquierda eclesial.

Ojo al dato, que es importante: la derecha eclesial avanza, se consolida; la izquierda eclesial retrocede, se estanca, es marginada: el sueño de Jesús, entiendo (Iglesia fraterna de hombres y mujeres libres en un clima de gozosa y celebrativa igualdad en torno a la mesa presidida por un único Señor que es Cristo) puede que esté corriendo el gravísimo peligro de ser sepultado por tantos dogmas, por tanto pensamiento conservador castrante y uniformizador y sobre todo, legitimador del orden y el poder económico y político establecidos,que es,como bien se sabe, una fábrica multinacional fabricadora permanente de pobres, excluidos, marginados.

Acabo con algo que he leído en algunos comentarios de foristas de Atrio. El Papa ha pasado por España (eucaristías, homilías, discursos, celebracionbes de la penitencia…), confío en que pese a todo para bien -para suscitar “frutos devida cristiana” reconoció él mismo-, sólo que, la autocrítica hacia el interior de la Iglesia católica, ¿dónde ha quedado? Dicho con otras palabras: el Papa lamenta la apostasía, la deserción, la secularización imperante, pero ¿es que ni siquiera cree oportuno y hasta justo y necesario insinuar al menos que algo de culpa de todo ello puede tener la Iglesia católica a causa de su proverbial y secular hipocresía, de su secular conservadurismo político y económico…? ¿Es que es un disparate y sobre todo una reivindicación de extremistas de la izquierda católica señalar que igual cientos de millones de personas no se quieren acercar al seno de la Iglesia católica porque ven como algo absolutamente irreconciliable con el Evangelio el que el Papa sea Jefe de Estado…?

Me quedo ahora con la poesía nicaragüense contmporánea, desde Rubén Darío hasta nuestros días, pasando por Ernesto Cardenal y Gioconda Belli -estos dos últimos también defenestrados por la derecha católica- ,después de haber leído aquí mismo en Atrio el poema que han reproducido de Allen Ginsberg. Lo confieso: a menudo creo captar tan pocas posibilidades de diálogo y de entendimiento entre posturas ideológicas diversas, que mi tentación es refugiarme en “la torre de marfil” del arte, la música, la poesía, el cine…  Creo que como consecuencia además de esto que considero muy generalizado: esta Iglesia católica actual, al menos en España, entusiasma en verdad muy poco. Está tan hipócritamente gobernada por no pocos de sus obispos, por ejemplo, que…


atrio

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