domingo, 13 de mayo de 2018

doramas romero del camino


Yo también he experimentado prácticamente siempre que los obispos católicos o son autoritarios o son practicantes de un paternalismo que es que tira para atrás. Desde luego, mi experiencia es subjetiva, muy limitada, pero es la que es, no puedo negarla. Y conste que expreso este parecer mío con algo de reserva, es decir, con miedo, porque temo que pueda ser interpretado como una actitud y una confesión de desafecto por mi parte hacia los pastores, que no en balde desde siempre en la Iglesia católica se ha inculcado a los fieles que han de ser fieles y sumisos a sus pastores. Para lo cual se citan pasajes del Evangelio, exhortaciones de Pablo de Tarso, concilios y Magisterio.

Lógicamente, en esta simple nota es absolutamente imposible analizar nada de la tradición teológica y eclesial tendente a exhortar a la obediencia a los pastores, sobre todo por parte de los seglares. Pero insisto: en una sociedad democrática como la actual europea, vale que deficientemente democrática pero democrática al fin y al cabo, me pregunto cómo han de entender y de hecho entienden la Iglesia los que la “ven desde fuera”?

 Claro que podríamos acudir a san Anselmo para refrendar la apuesta por la fe cristiana con aquello suyo de “Cree para poder entender”. Pero estamos en las mismas. En las mismas porque para poder “entender” el autoritarismo y el paternalismo de los pastores ¿hemos de creer porque sí? Creer, ¿creer en qué? Sin duda, en Cristo Jesús muerto y resucitado. Vale. Pero entonces, henos aquí con que sí lo que hemos de creer no es otro corpus doctrinal que la memoria salvífica de Jesús de Nazaret, el Señor, ¿esa memoria salvífica del Señor justifica el paternalismo y no digamos el autotarismo secular de los pastores o más bien justifica y exige un tipo de comunidad cristiana en que se ponga más claramente de manifiesto la igualdad radical y fraterna de hijos e hijas de Dios, hermanos en Cristo (expresión de la humanidad de Dios, dicho tal vez a la manera en que lo diría José María Castillo), y mucho menos o nada la “subordinación” de unos a otros?

La Iglesia entendida como red de comunidades cristianas, como Iglesia de iglesias, cierto que no debe caer en el desgobierno de la anarquía. Sin embargo, la legítima preocupación por no llegar a ese desgobierno ¿justifica tantos y tantos comportamientos autoritarios secularmente perpetrados en la Iglesia católica por los pastores sobre los seglares?


ATRIO

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