Luis González Morán, un último apunte:
A pesar de mis críticas a la Iglesia católica -o acaso gracias a ella, cualquiera sabe-, la breve reflexión siguiente expresa lo que de profundis creo. Desde luego, si en la Iglesia universal abundasen creyentes no de la altura creyente de mi vida -que seguro es escasa, cortita, a mi pesar-, sino de la de la santa a la que me refiero yo mismo en un breve apunte que enseguida reproduciré, inicialmente pensado para un blog amigo…
A pesar de mis críticas a la Iglesia católica -o acaso gracias a ella, cualquiera sabe-, la breve reflexión siguiente expresa lo que de profundis creo. Desde luego, si en la Iglesia universal abundasen creyentes no de la altura creyente de mi vida -que seguro es escasa, cortita, a mi pesar-, sino de la de la santa a la que me refiero yo mismo en un breve apunte que enseguida reproduciré, inicialmente pensado para un blog amigo…
Pero no, a pesar de luminosos testimonios como el de la joven italiana a la que me referiré en un momento, la Iglesia católica en la actualidad sobreabunda en toda clase de mediocridades, pactos con lo peor del mundo, entendimientos con los poderosos… Todas, actuaciones de no pocos de sus hijos e hijas que contradicen abiertamente el Evangelio, como parece querer poner de manifiesto Antonio Duato en el post que nos convoca a este hilo.
Es el que sigue (ese breve apunto a que me he referido supra):
Santa Gema Galgani, colosal santa italiana que murió con apenas 25 años, fue la primera santa canonizada del siglo XX.
Según lo que cuentan sus hagiógrafos, es imposible no estremecerse al conocer su vida; estremecerse desde el asombro. Lo que pasó esta chica: un auténtico calvario de desgracias familiares, orfandades, pruebas y tentaciones del Maligno, enfermedades, incomprensiones, estrecheces económicas…
En vida, fue estigmatizada, esto es, recibió, en las palmas de sus manos, la gracia de los estigmas de la Pasión de Cristo. (Como seglar, fue pasionista, y hoy día goza de gran predicamento en esa orden de origen italiano.) Como el P. Pío, también italiano, entre otras personas del siglo XX de intensa espiritualidad crística (también estigmatizada, la mística alemana Teresa Neuman).
Recuerdo un retrato de la santa en la alcoba de mi abuela materna. Y puede que en otras alcobas de tías abuelas y otras viejas que ya no están en este mundo…
Creo que porque la sociedad en Occidente se ha ido descristianizando, desmisterizando, desacralizando, la Iglesia universal está sufriendo la crisis de fe, de identidad y de credibilidad que está sufriendo en la actualidad.
De manera que lo que acabo de escribir es también parte esencial de lo que creo, lo cual no impide la aparición de algunas críticas que con determinada frecuencia me permito hacer públicas en un portal como Atrio. Siempre, me creo, desde la perspectiva y desde la experiencia de considerar que Jesús el Señor, el Cristo, la tercera persona de la Trinidad, vino al mundo a sanar enfermos, a acoger a pecadores, a prostitutas y publicanos, a marginados sociales y locos, a hambrientos y desquiciados (cfr. Mt 11, 28-30; 12, 1-14; 14, 13-21)...
Por ende, o así las cosas, la meta del cristiano es la alegría, reto que tendría que comenzar a aplicarme muy en primer lugar yo mismo, pues a menudo las tristezas y las angustias me invaden de tal modo que...: Máxime teniendo en cuenta que al final de los tiempos, como nos enseña san Pablo en una de sus cartas, todo será recapitulado en Cristo: Cristo alfa, Cristo omega.
Y el mal (el dolor, la injusticia, la enfermedad, la muerte...) no tendrá la última palabra.
Postdata:
Sospecho que lo mejor del genio musical de J. S. Bach permanecerá, hasta la consumación de los tiempos, entre lo más elevado del arte jamás creado por mente humana.
Así que igual mi breve reflexión no merece el broche o guinda de la excelsa obra maestra de Bach que tomo prestada a Youtube, pero sí que la merece nuestro humano deseo común de alegría pese a la crisis que no cesa, pese al dolor que no avisa, pese a la enfermedad que traiciona, pese a la masacre contra docenas de estudiantes que ha sucedido hoy en Siria, sumida en una tremenda guerra interna o civil...
Pese a la muerte (columna vertebral del misterio de iniquidad que pertenece a la entraña o estructura del mundo), contra la que nada pueden ni los versos de Mario Benedetti ni el cine de I. Bergman.