miércoles, 30 de enero de 2013

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis tentaciones y pecados, pese a los de la propia Iglesia (XXI)"


Creo que lo más propio de un buen fiel católico es escuchar con mucha más atención y lealtad y fidelidad la voz del Magisterio, que los reclamos, las voces y las exhortaciones de las leyes civiles; máxime cuando no pocas de esas leyes civiles han sido hechas por administraciones, ideologías y gobiernos decididamente anticristianos por laicistas.

Algo similar a lo que acabo de pronunciar quería dar a entender D. Tomás Malagón cuando afirmaba: “La mejor manera de construir sociedad es construir iglesia“. O Guillermo Rovirosa cuando afirmaba: “Todo verdadero apóstol de Cristo ama con pasión a la Iglesia”.
Claro que ni las de uno ni las de otro son palabra de Dios, lo mismo que no es menos cierto que los tiempos han cambiado una barbaridad en los últimos lustros con respecto al tiempo en que ambos citados en el párrafo anterior pasaron por este mundo.  Pero como “hoja de ruta”, creo que valen la pena.
Tampoco estoy afirmando que esa fidelidad a la Iglesia no vaya a estar exenta de dificultades, temores, dudas, perplejidades, noches oscuras, turbaciones… Más en los tiempos que corren: la Iglesia católica del año 2013 está notablemente más corrompida que la de hace 50 años; digo a escala mundial (en España colaboraba entonces con la dictadura de Franco, malo malísimo, como se sabe).

Ojo: escribo "corrompida" con cierto temor y temblor: puede que hoy día haya incluso más cristianos auténticos que hace 50 0 60 años, en pleno nacionalcatolicismo en España, época en que el catolicismo era muy sociológico y no poco hipócrita como consecuencia de esos imperativos sociales.
Me parece.

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