miércoles, 30 de enero de 2013

"Fiel a la Iglesia católica, pese a todo: pese a mis tentaciones y pecados, pese a los de la propia Iglesia (XXVI)"


Corrección: párrafo 2: donde dice “doctrina católica” debe decir estructura tradicional del matrimonio. En verdad, no es la Iglesia católica la que inventa la institución del matrimonio, entendido como alianza, pacto, contrato o unión entre un hombre y una mujer, generalmente para garantizar la perpetuación de la especie, la crianza y educación de los hijos, no siempre desde el amor sino lo meramente contractual, etcétera.

Como el mundo se deshumaniza al tiempo que se seculariza, esto es, se descristianiza a pasos agigantados, dentro de 50 años, o menos, acaso puede que sean más los países en cuyos ordenamientos jurídicos se reconozca que la unión de dos hombres o dos mujeres es, a todos los efectos, lo mismo que la unión “tradicional” entre un hombre y una mujer, lo que comúnmente se ha llamado durante milenios matrimonio, familia.

¿Ello será una derrota de lo mejor de la tradición cristiana, y un triunfo claro de las fuerzas ultralaicistas, neopaganas en su visión del mundo y de Dios mismo?

No lo sé: no soy progresista al uso (tampoco conservador, ni votante de partidos de derechas, jamás lo he sido), pero me gustaría ser muy respetuoso con las personas homosexuales, que han sufrido tanto durante siglos y siglos... Comoquiera que sea, la Iglesia, santa y pecadora, reconoce que es justamente así como estoy yo señalando, indigno mensajero o heraldo de la verdad del Evangelio. Hasta el extremo de que las autoridades de la Iglesia universal, en comunión con el sucesor de Pedro -pecadoras y falibles, sin duda, y a menudo muy gravemente comprometidas por incoherencias de vida, hipocresías y escándalos diversos-, deben sentir con especial “desaliento”, digámoslo así, el arrastre que trae consigo la secularización-descristianización de la sociedad.

Solo que me supongo que es uno de los precios que hay que pagar por tratar de ser fieles a Jesucristo y a su Iglesia, y no al mundo y a sus reclamos: sus modas, sus movidas, su propuesta de vivir despreciando a Dios…

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