Javier Peláez:
No soy kiko, nunca lo he sido; sin embargo, considero que en el Camino Neocatecumenal no todo es malo, no todo es sectario -como en ciertos medios laicistas se dice de los neocatecumenales-; muy al contrario, junto a planteamientos notoriamente mejorables, y algunos claramente negativos, hay aspectos muy “honestos”, desde la perspectiva del Evangelio y la fidelidad a la Iglesia universal. En todo caso, nunca he pertenecido a ese camino de fe, creo que principalmente porque me he sentido más atraído por otras movidas de iglesia más sociales, más implicadas en la lucha por la justicia.
Tampoco soy propiamente independentista canario, como sí lo es el escritor Víctor Ramírez, a quien he citado; mejor, una expresión muy suya. El hecho de no ser propiamente independista no quita en modo alguno mi amor y mi identificación plena con la cultura canaria.
Ana Rodrigo:
Cuando hablo de “charlatanes metidos a teólogos” no pienso en ti, en absoluto, ni en ninguno de los habituales de Atrio. Ni me considero “por encima” del orbe de los teólogos, en absoluto; simplemente pienso en algunos que me parecen, más que teólogos, charlatanes. Naturalmente, la responsabilidad de ese “juicio” es mía, solo mía.
En cuanto al feminismo, de forma global no lo rechazo, creo que nunca lo he rechazado, pues alberga no pocos aspectos positivos; rechazo el que me parece “revanchista, fomentador de fobias antivarón”. Obviamente, rechazo el feminismo que se apoya preferentemente en la ideología de género, que es justamente el que más rechaza el Magisterio, que a su vez es sistemáticamente negado o rechazado en Atrio,con la excepción de contadas firmas.
(Por activa y por pasiva y más de dos veces y hasta de tres, he agradecido la acogida que se me dispensa en Atrio: salvo casos muy contados, nunca rechazan mis reflexiones, nunca lo hace el bueno de su coordinador, que además ha tenido el detalle de escribirme algunos correos personales, en respuesta a otros tantos míos, muy atentos, muy amistosos.)
(Por activa y por pasiva y más de dos veces y hasta de tres, he agradecido la acogida que se me dispensa en Atrio: salvo casos muy contados, nunca rechazan mis reflexiones, nunca lo hace el bueno de su coordinador, que además ha tenido el detalle de escribirme algunos correos personales, en respuesta a otros tantos míos, muy atentos, muy amistosos.)
Feliz Epifanía.