A la luz de este artículo titulado “El Evangelio social del Papa”, igual puede alimentar la reflexión o controversia de este hilo una reflexión mía. La que sigue:
Entre apoyar a Podemos o al Partido Popular, sin dudarlo casi apoyaría a Podemos: total, ni uno ni otro son respetuosos con los cuatro principios no negociables promulgados en su momento por el emérito Benedicto XVI. Y resulta que muchos obispos españoles, pasándose por alto o por el forro lo de los principios no negociables del Papa emérito, cierran filas en torno al PP, partido “objetivamente” más corrupto que Podemos, que es plataforma laicista, ciertamente, muy de izquierdas, influida por la doctrina marxista y ligada al bolivarianismo (Venezuela, Ecuador, Bolivia, la mirada más remota aún puesta en Cuba…), pero de momento lo que prometen en su programa político me parece mucho más regenerador del tejido social y político que la propuesta del Partido Popular, partido político en el que sin duda militarán personas muy honestas, válidas y generosas, pero cuyo ideario, el del partido, es claramente superneoliberal y por ende mucho menos sensible a lo social, solidario, justo e igualitario presente en la propuesta ideológica de Podemos.
Los de Podemos apoyaran el aborto libre y gratuito, sin duda, pero quién sabe, igual así habría de hecho menos abortos, que es justamente lo que sucede en países como Noruega, Suecia, Holanda, entre otros, que cuentan con leyes más abortistas que España. En los tres citados, proporcionalmente hablando se aborta mucho menos que en España, contando los tres con legislaciones abortivas más permisivas que la española. Y siendo países más “laicos y luteranos”, sobre todo los dos escandinavos citados. Y en cuanto a las clases de Religión católica en la escuela pública, para lo que en muchos casos significan esas clases: si se aplicase con rigor lo que la propia Iglesia indica en su Código de Derecho Canónico, no pasarían el corte exigido, vamos, ni un 5% de los docentes que, generalmente a dedo (el “dedazo” nepotista es superimperante en la Iglesia), son puestos por los obispos para esa misión.
De modo que -volviendo al asunto de Podemos del inicio de esta reflexión-, si en vista de los resultados de las pasadas Elecciones al Parlamento Europeo, solo una minoría de católicos votó por alguno de los dos únicos partidos que en su respectivo programa se alineaba con el respeto a los principios no negociables del emérito Benedicto XVI (me refiero al SAIN, por la izquierda, y a Impulso Social, por la derecha), con qué autoridad moral los obispos pueden recomendarnos esto o lo otro, ¿acaso ellos son utópicos, proféticos, utoproféticos, militantes, conversos, personalistas? Y si ni siquiera la derecha clásica española que es el Partido Popular es respetuosa con esos cuatro principios no negociables del papa emérito Benedicto XVI (recordemos: no al aborto, no a la eutanasia, sí a la libertad de los padres o tutores para elegir la educación de sus hijos, no al llamado matrimonio homosexual…), ¿por qué un católico no puede votar por un partido de izquierdas? ¿Por qué un católico no puede ser de izquierdas y a la vez lamentar la crisis de fe y de credibilidad que asola hoy día la Iglesia sin que para ello o por ello tenga que echar pestes del Concilio Vaticano II a base de cerrar filas siempre en torno a todo lo que es “reaccionario” contra la libertad de conciencia, la libertad religiosa, los derechos humanos, la democracia, los movimientos sociales, el ecumenismo, el diálogo interreligioso…?
Pregunto. Pregunto desde la sospecha o certeza de que en efecto no es muy evangélico votar por Podemos, pero ¿lo es más votar por la derecha que representa el Partido Popular? Desde la sospecha o certeza también de que puede que no sea muy evangélico votar por Podemos, solo que inmensamente menos humano y evangélico es haber sufrido el humillante desprecio que he venido sufriendo desde hace 10 años por lo menos por parte de todas las autoridades eclesiásticas a cuyas puertas he venido solicitando ayuda, comprensión, consideración: llevo más de 25 años cultivando una espiritualidad militante de encarnación o conversión en esfuerzo de fidelidad al Evangelio, la Tradición y el Magisterio, soy militante cristiano personalista comunitario y defensor de la familia cristiana (espiritualidad conyugal, pasión por el Reino de Dios y su justicia, apertura generosa a la vida), tengo formación humanística interdisciplinar (filosofía, teología, historia de la Iglesia, cine, historia del movimiento obrero, personalismo comunitario, literatura, arte, filología...) y experiencia docente, vivo con pasión el día a día de la vida de la Iglesia desde mi cualidad de forista y apologeta católico en diversos sitios de Internet, y sin embargo pese a todas estas credenciales no he merecido sino el ninguneo y el desprecio de todas las autoridades eclesiásticas a cuyas puertas he pedido ayuda, socorro, comprensión, consideración, confianza.
De modo que así las cosas, ¿es más evangélico lo que he sufrido perpetrado por algunos de ustedes contra mí, distinguidos eclesiásticos católicos, obispos incluidos, o es más evangélico votar por Podemos?
Pregunto.
De modo que así las cosas, ¿es más evangélico lo que he sufrido perpetrado por algunos de ustedes contra mí, distinguidos eclesiásticos católicos, obispos incluidos, o es más evangélico votar por Podemos?
Pregunto.
7 de octubre, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.