[...] <<Se está hablando de un segmento eclesial que ha mandado mucho y sin oposición durante medio siglo. Y se da la circunstancia de que aún decrépitos, siguen influyendo y argumentando desde la visceralidad y la sinrazón, consentidos por una jerarquía en su mayor parte descafeinada.
Ante eso, el único auxilio proviene del factor tiempo. No son unas lumbreras generalmente, las nuevas generaciones y quizás acomodaticias en las intermedias, pero una vez que un lapso de tiempo no largo haga su labor, según mi humilde parecer, las cosas aún con grandes problemas y dificultades y en medio del erial al que se refiere el blogger, pueden ser más fáciles. Comprendo que con este Pontificado se ha entronizado nuevamente el espíritu sesentero, pero es algo tan del pasado, que en su momento se desechará como un mal sueño. Según la lógica de Vd. habría que echarse al monte y eso no es eclesial. Puedo buscarlo en otra ubicación. Pero calificar como frivolidad, la única posibilidad seria de que las cosas puedan mejorar, demuestra ligereza.>>
Ante eso, el único auxilio proviene del factor tiempo. No son unas lumbreras generalmente, las nuevas generaciones y quizás acomodaticias en las intermedias, pero una vez que un lapso de tiempo no largo haga su labor, según mi humilde parecer, las cosas aún con grandes problemas y dificultades y en medio del erial al que se refiere el blogger, pueden ser más fáciles. Comprendo que con este Pontificado se ha entronizado nuevamente el espíritu sesentero, pero es algo tan del pasado, que en su momento se desechará como un mal sueño. Según la lógica de Vd. habría que echarse al monte y eso no es eclesial. Puedo buscarlo en otra ubicación. Pero calificar como frivolidad, la única posibilidad seria de que las cosas puedan mejorar, demuestra ligereza.>>
El fragmento anterior pertenece a un sacerdote ya “maduro”, de los que visten con traje de cura, con traje talar. Más próximo eclesialmente al conservadurismo y al tradicionalismo que al progresismo, ni que decirlo casi, muestra una cierta desconfianza hacia el papa Francisco, por su espíritu “sesentero”, etcétera.
Pero este sacerdote apunta más lejos: para él, los responsables de la Demolición bestial o radical que asola la Iglesia en la actualidad tienen nombres y apellidos, vidas, obras y trayectorias en la Iglesia. Y no son otros, según este sacerdote, que los laicistas o secularistas, también llamados mundanizantes o progresistas. Palabras de este sacerdote. A los que acusa -no tanto en el fragmento reproducido cuanto sí en otros escritos suyos- de haber ido vaciando las iglesias, de haber ido desertizando la fe, de haberla ido demoliendo, volviendo sosa, arrancando de cuajo.
Ahí queda. Para la reflexión.
8 de octubre, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
8 de octubre, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.