Vie, 27/06/2014 - 16:15
En los colegios religiosos, salvo honrosas excepciones cada día que pasa más excepcionales, desde hace décadas no se evangeliza. Se forman, como mucho, a ciudadanos más o menos "respetables" y competitivos, pero no salen de las escuelas católicas, salvo honrosas excepciones, evengelizadores, militantes cristianos fieles al Evangelio, la Tradición viva de la Iglesia y el Magisterio.
No fomentándose el compromiso cristiano en la escuela católica -salvadas, siempre, las honrosas excepciones que solo Dios puede conocer en verdad-, no se fomenta tampoco la familia cristiana o militante: escuela de solidaridad, espiritualidad conyugal, apertura generosa a la vida: tener hijos según el plan de Dios. Los que Dios conceda. Para nada: lo que se fomenta es la familia pequeño-burguesa, políticamente correcta, a juego con el inmueble. Lógico, por lo demás, teniendo en cuenta el perfil preponderante entre los docentes o educadores de la escuela católica: abrumadora mayoría de burócratas antimilitantes, exigua minoría de militantes cristianos.
La mediocridad burguesa y lo políticamente correcto imperan en la escuela católica. Que es exactamente lo mismo que impera entre los docentes de Religión católica en la escuela pública. Y lo mismo que impera en la mayoría de las facultades teológicas católicas, y exactamente lo mismo también imperante en las agrupaciones culturales y confesionales católicas. Lo mismo mismito.
Falta fidelidad al ideal, que es Cristo, frente al mundo, que ha mundanizado la escuela católica.
En Las Palmas de Gran Canaria, aunque tienen el colegio situado en una zona a caballo entre la llamada "ciudad de los ingleses" y la parte final del más populoso barrio de Arenales, con su secular zona de "barrio chino" o de prostitutas (acaso recuerdo de cuando la zona portuaria de la ciudad estaba por San Telmo aún, no en el Puerto de La Luz y de Las Isletas actual), los salesianos siempre fueron la "hermanita pobre" de las escuelas católicas. Yo impartí docencia ahí, hace ya 20 cursos, 20 años, en mi primera experiencia docente seria, y aún era posible encontrar alumnos y alumnas de extracción verdaderamente humilde en las aulas del Colegio Salesiano. Pero lo que ya no era tan fácil era encontrar verdadera pastoral pujante cristiana, ímpetu misionero... Y por supuesto, dicho con todos los respetos, tampoco era ya nada fácil encontrar entre el profesorado contratado a auténticos católicos enamorados de Jesucristo y de su Iglesia.
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20 años más tarde, la cosa será mucho peor, incomparablemente peor: la mundanización-descomposición del catolicismo es ya mortal de necesidad: la Iglesia aparece, de tan acobardada, de tan mundanizada, presa fácil entre las garras del mundo.
De modo que siendo o estando así las cosas, así le luce el pelo a la Iglesia. Y la situación eclesial parece agónica. Y por ello creo que llevan notable razón los más tradicionalistas que opinan en este blog La cigüeña de la torre, con independencia de que yo mismo no sea ni lefebvrista ni nada parecido, ni tampoco frecuentador de la misa tridentina o según el misal de san Pío V. Y entiendo la alarma que les causa ver tantos modos secularizantes entre el clero católico.
2 de julio, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
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