Considero que dialogar con la cultura es bueno, en principio, o casi que por principio, dijéramos. Pero sin que de ese diálogo se desprenda merma alguna de la totalidad de la Verdad de Cristo.
La Compañía de Jesús nació para evangelizar en ciertas periferias culturales, existenciales, geográficas, fronterizas, misioneras. Y en este sentido, mucho y bueno y aun santo se ha hecho desde la Compañía de Jesús. Ayer y hoy, y seguro que también mañana, por más que algunas voces católicas pronostiquen que como la Compañía de Jesús no varíe su rumbo mundanizador o laicista radical, le quedaran dos o tres telediarios a los últimos mohicanos, digo los últimos jesuitas. De manera que muestra de ello, de todos esos logros de la Compañía de Jesús a lo largo de sus cinco siglos de historia, no solo es la santidad de vida de figuras descomunales como san Franciasco Javier, san Francisco de Borja, amén del fundador san Ignacio de Loyola...
Comoquiera que vaya a ser el futuro de la Compañía, ciertamente hoy día sí que parece una obviedad el constatar cómo se ha ido mundanizando a tope, "a juego" con los tiempos laicistas descristianizadores. Hasta el extremo de que con toda "justicia" pueden presumir de ser una de las órdenes o congregaciones de religiosos católicos más mundanizantes -y menguantes, ciertamente- de cuantas existen. Mundanizados a tope casi todos los jesuitas que conozco, más que fidelidad al Evangelio, al Magisterio y a la Tradición viva de la Iglesia parecen empeñados en fomentar "diálogos interminables" con el feminismo, por ejemplo, y acaso no para convertir a la fe de la Iglesia a las feministas proabortistas, no, qué va, sino más bien -por algunos de los frutos visibles de tal diálogo al menos- para intentar enmendar la plana de la doctrina católica con enmiendas a la totalidad de dicha doctrina bajo la forma o apariencia de aceptar el aborto, por ejemplo. O la mentalidad burguesa antinatalista de los nuevos modelos de familia. O la homosexualidad activa: todavía recuerdo, y ello sucedió hace algunos años no más, en un despacho de un centro cultural llevado por jesuitas un cartel promocionador de los derechos del colectivo LGTB. Palabra.
Con todo quisque se puede dialogar -menos con el Demonio, a este nada, como bien ha recordado el santo padre Francisco-, y aun aprender de todos, dando cumplimiento a la recomendación de san Pablo, el Apóstol de los gentiles: "Dialoguen con todos, y traten de quedarse con lo bueno, lo noble, lo justo, lo auténtico que hallaren en los demás". De manera que lejos de actitudes intransigentes solo empeñadas en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, también capaces de hacer equilibrios con las exhortaciones de Mt 7, 1-5 y Lc 6, 37 ("no juzgar para no ser juzgados, o juzgar desde el amor, no desde la condena), lo que tampoco procede es que nos cuelen goles por toda la escuadra pasando por alto el, en efecto, altísimo nivel de secularización-mundanización presente en la actual Compañía de Jesús.
1 de julio, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario