Los de Podemos son sistemáticamente clasificados de demagogos, especialmente su cabeza más visible, Pablo Iglesias, por sectores católicos situados más a la derecha ideológica y más en fidelidad con la doctrina del Magisterio. Los de Podemos plantean propuestas interesantes en política social o de oportunidades, en reparto de la riqueza, en lucha contra una corrupción que sitúa a España a la cabeza de casi todas las listas a escala europea, en políticas de empleo y justicia social capaces de poner coto a la injusticia de las políticas económicas más neoliberales.
Estupendo: en esto, cuentan con mi entusiasta apoyo. El trigo y la cizaña, el bien y el mal, crecen juntos, y no todo es malo en las doctrinas ajenas al mensaje cristiano. Como también apoyo al menos parte de la visión que los de Radio San Borondón están expresando estos días sobre la Casa Real Española, a propósito del entronamiento próximo de Felipe VI como sucesor de su padre el rey de España, durante 39 años, Juan Carlos I de Borbón.
Pero a la vez Podemos es una plataforma política muy progre, esto es, laicista, y como tal incumple todos y cada uno de los principios no negociables en su momento enunciados por Benedicto XVI: no al aborto, no al reconocimiento del llamado matrimonio homosexual... Y este sistemático incumplimiento aquí en Atrio no parece preocupar a forista opinante alguno, ni siquiera a los que se manifiestan como católicos, como católicos antipapa, claro, ya sea el papa de turno Juan Pablo II, ya sea Benedicto, ya Francisco…
Como que los extremos a veces se tocan: los católicos del ala extrema de la derecha eclesial o paraeclesial (lefebvrianos, filolefebvrianos, sedevacantistas…) rechazan al Papa; los dizque católicos del ala más extrema de la izquierda eclesial o paraeclesial, también rechazan al Papa.
Curioso.
11 de junio, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, educador, escritor, bloguero, militante social.
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