Daimiel, no sea usted obtuso. La libertad así sin más, como proclama usted, de nada vale a un católico. Lea usted el magisterio de Juan Pablo II, empápese de él: Veritatis Splendor, Fides et Ratio, Evangelium Vitae... Libertad y verdad son dos hermanas que siempre van juntas, comen juntas, van al baño juntas, hasta duermen juntas; castamente, ojo, jajay, no se crea usted que todos son de la misma condición de...
¿Entiendes? La verdad nos hace libres, como se proclama en el Evangelio, y no al revés, como osó proclamar una vez el mismísimo José Luis Rodríguez Zapatero. Son simplonerías o majaderías las cositas que dices, majo. Libertad y verdad, y la verdad es la Verdad de Cristo, revelada, transmitida, pastoreada por el Magisterio y la Tradición. No hay ninguna fobia contra los colectivos homosexuales, sino que más bien hay deseo de fidelidad al Evangelio, la Tradición y el Magisterio. Acaso la “obsesión” sea de los colectivos homosexuales contra la Iglesia católica, porque bien conocen que es el último y más fuerte bastión que les queda por conquistar para, una vez conquistado ese último bastión, poder seguir extendiendo al mundo entero sus perniciosas e inmorales reivindicaciones.
En realidad, es una obra del Maligno lo que pretenden. Obra del Maligno en su día apoyada por curas como el ya fallecido Paco Bello, canario e independentista, a quien es mi deseo que Dios perdonara y al final acogiera en su seno. En su alineamiento con las reivindicaciones del colectivo gay erró por completo; empero, solo Dios ya conoce si en su vida pesó más el trigo que la cizaña...
Buen día.
5 de junio, 2014. Luis Henríquez Lorenzo: profesor de humanidades, docente, escritor, bloguero, militante social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario