viernes, 1 de febrero de 2013

"Por eso escribí '¿La Iglesia católica? Sí; algunas consideraciones, por favor' "


Estimado Rafael Marañón, entusiasta bloguero, valiente discípulo de Cristo:

Es difícilmente creíble eso de que "en la Iglesia no basta con ser algo sino que hay que desear ser nada". Cierto que la historia del cristianismo está llena de personas que, utilizando la expresión de ese converso excepcional que se llamó Guillermo Rovirosa, crecieron hacia abajo (en actitud de servicio, en pasión solidaria por la justicia, en pobreza y humildad, en fe y esperanza cristianas...), pero reparemos en cualquier jerarca católico, por ejemplo, u ortodoxo, da igual. Llevan muchos siglos siendo el poder establecido, la autoridad, el autoritarismo clerical, los monseñores, las ilustrísimas y eminencias beatísimas y reverendísimas de turno. Todo completamente distinto a la sencillez de vida de Jesús de Nazaret, que era pobre, compasivo con los pobres y marginados, sencillo y cordial de trato, cercano a la gente... 

Uno más del Pueblo. Y que, siendo así, murió como murió porque vivió como vivió y comió con los que comió... Hasta acabar con sus huesos en la cruz, desnudo o semidesnudo colgado entre dos malhechores. Mientras que el poder sagrado en la Iglesia es a menudo mero poder, con todas las excepciones que tú quieras, cierto, pero es ejercido de poder, por lo común autoritario, hipócrita y paternalista.

Asimismo o en este mismo orden de cosas, al Papa -cuyo ministerio no pongo en solfa, creo que sucede a Pedro por voluntad expresa de Jesucristo, etcétera-, hay que tratarlo con completa y sumisa reverencia, besándole el aniño de oro que lleva en su mano, tratándolo de santidad, santo padre, santísimo padre ("No llaméis a nadie padre, pues uno solo es vuestro Padre que está en los cielos"...: Mt 23,9 y ss), tratándolo con honores de Jefe de Estado... Durante siglos, el Papa fue la persona más poderosa de la Tierra, ante cuya rodilla hincaban la suya reyes, reinas, príncipes, princesas y emperadores y gobernantes de toda suerte y condición.

Considera, estimado Rafael Marañón, que encima esos jerarcas de turno en las Iglesias sean autoritarios, hipócritas y ambiciosos de poder y de gloria -actitudes y circunstancias por lo demás nada infrecuentes-... ¿Te has tropezado alguna vez con alguno de ese tipo? Yo creo haberme tropezado con alguno... A decir verdad, no se trata de acusarlos a ellos de pecadores (viendo la paja en el ojo ajeno) tratando de ocultar la viga en el propio (todos somos pecadores, y yo el primero); de lo que se trata es de protestar ante el trato hipócrita, autoritario, despectivo y ruin que protagonizan no pocos de esos señores, que encima son el poder, la autoridad sagrada.

Piensa asimismo, que mucha gente está muy quemada, esto es, decepcionada de la Iglesia católica. Creo que no sin mucha razón.

Yo mismo (no me importa volver a este asunto): llevo 25 años cultivando una espiritualidad de conversión o encarnación en fidelidad al Magisterio de la Iglesia (cursillos de conversión, magisterio de Malagón y Rovirosa y de Emmanuel Mounier, experiencia en grupos apostólicos de espiritualidad obrera, movimientos sociales, personalismo comunitario, docenas y docenas de cursillos filosóficos, teológicos y militantes, simpatías libertarias...), y en su momento renuncié incluso a un trabajo por una decisión que tomé en pro del Reino de Dios y su justicia, y empero cuando he necesitado una ayuda de la Iglesia católica que peregrina por España, especialmente por la Diócesis de Canarias, todos me han dado de lado, han pasado de mí: empezando por el titular de la Diócesis, pasando por Fulanito y Menganito y acabando por...

Y mientras conmigo se comportaban de manera tan ruin, y tan poco cristiana, tan mezquina, tan hipócrita, una mayoría de burócratas antimilitantes -que no tienen por supuesto ni idea de quién fue Rovirosa, ni Mounier, ni conocen apenas nada del Magisterio, ni del movimiento obrero...-, figurones, trepas, desencarnados y meros enchufados que muy poco arriesgan en el camino de la fe (loables excepciones aparte, que nunca faltan en el seno de la Iglesia santa y pecadora), ahí los puedes encontrar en la Iglesia católica ganándose la vida gracias a ella, Rafael Marañón. En tanto a mí ni siquiera me han permitido expresarme, escuchar mis razones, mis ruegos... Nada. Como que han pasado de mí, los muy hipócritas. 

Desde luego, un amigo mío al que tú creo que también conoces, a todo esto que está pasando en la Iglesia católica lo llama obra del Demonio. Yo mismo a veces le afeo a ese amigo actitudes y comportamientos que él protagoniza, injustos -al igual que él a mí me afea otros tantos míos-, pero las cosas en la Iglesia católica están como para no desestimar eso que él afirma de la situación de la Iglesia católica. 

Lo he reflejado, todo esto, en un ensayo peor o mejor escrito, estimado Rafael Marañón (La Iglesia católica? Sí; algunas consideraciones, por favor -apuntes al natural de un exseminarista-: Madrid, Vitruvio y Nostrum, noviembre, 2011); ensayo que, ni que decirlo casi habría, ha sido sistemáticamente boicoteado desde prácticamente todas las movidas e instancias eclesiales de la Diócesis de Canarias.

Habiéndome pasado todo esto, Rafael Marañón...

En fin, saludos, maestro.
   

10 comentarios:

ayporquenosoycomodonquijote dijo...

La mirada inicial de Jesús de Nazaret, como predicador itinerante que era, sin casa propia ("las zorras tienen madrigueras, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza"...), más que dirigirse a juzgar el pecado de las personas, especialmente de los pobres, marginados, enfermos y hambrientos, se dirigía a calibrar el sufrimiento del prójimo. Y sanarlo, de ser posible.

Cualquier parecido entre la actitud de Jesús de Nazaret, hace 200o años, y la que desplegaron hacia mí los hipócritos eclesiásticos de la Diócesis de Canarias que pasaron de mí de forma tan humillante, mera coincidencia.

Empero, yo también soy un mal cristiano, sin duda. Porque no estoy dispuesto a soportar tamaña hipocresía de esa gente. Y porque deseo tener una casa propia, de campo, si es posible, y un pequeño terreno que cultivar en el que poner unas gallinas de corral, pájaros y perros...

Nada de eso tengo, desde hace 12 años en que comencé a soñar con tener eso y más (viajes, libros pùblicados, una tesis doctoral, nuevos estudios universitarios...), no solo por culpa de mi ingenuidad, por mi falta de tacto, no solo por culpa de la crisis que nos golpea, sino también por culpa de la hipocresía eclesiástica.

ayporquenosoycomodonquijote dijo...

A esos hipócritas eclesiásticos que pasaron de mí, en su momento, cuando insistentemente "me rebajé" a pedirles ayuda, como si de un apestado se tratase, seguro que no sufren prácticamente en nada la crisis que a la mayoría golpea. Y encima exigen tratamiento reverencial y demás lisonjas impropias del modus vivendi de Jesús de Nazaret.

Qué montaje se tienen entre manos.Solo que ya mucha gente está harta, ahíta de tales movidas, y es por ello también por lo que las iglesias se vacían y vacían.

KaosHispano dijo...

si eres perseguido eres cristiano, hoy pocos son perseguidos en la Iglesia, no digamos de curetas y jerarcas funcionarios y burocratas. CUALQUIER PARECIDO CON JESUS DE NAZARET ES PURA COINCIDENCIA.

Maria De Los Ángeles dijo...

Hola, gracias por visitarme. Te contestaré a lo referente a la costura desde mi blog...¡Ah, debo decirte que soy católica practicante, no te metas mucho con nosotros.
Un saludo

ayporquenosoycomodonquijote dijo...

Yo también soy católico militante; echa un vistazo a mis escritos: en ellos no hablo de costura (con todos mis respetos a la costura, actividad dignísima), hablo en un 90%, lo menos, de aspectos del catolicismo.

Buen día, hermana.

Gracias a todos por sus comentarios.

maria cristina dijo...

Hola doramas de luis, aunque tu post está referido a una carta personal, encuentro muchas coincidencias con el pensamiento de católicos descontentos con algunas cosas como las que acá se citan. En todas partes se cuecen habas, es verdad, pero la hipocresía es una espina clavada difícil de extirpar. Así que desde ahora te sigo para leer reflexiones como estas de hoy, las críticas, cuando contienen verdad, no deben ser desechadas sino pensadas, un abrazo!

ayporquenosoycomodonquijote dijo...

Gracias, María Cristina:

Como decía el santo Agustín de Hipona: en lo opinable, libertad, y en lo común, unidad desde el respeto.

Ya te volveré a visitar en tu casa de Internet.

CHARO dijo...

Soy catolíca y durante años ejercí de catequista y voluntaria en mil actividades de mi parroquia entre ellas Cáritas y no por eso dejo de preguntarme el por qué de muchísimas "cuestiones" que no me agradan de mi iglesia,pero esto no es motivo ni causa para que me "quiten" mi Fe pues yo creo en Jesucristo por sobre todas las cosas, estas "cuestiones" son en muchas ocasiones el motivo de que las personas se alejen y deserten de la fe pues no se fían y hasta desprecian a las autoridades eclesiásticas ( en muchas ocasiones con razón) incluso he notado en muchas personas un resentimiento tremendo pero si la Fe es profunda lo que nos toca, en vez de alejarnos, es rezar para que haya cambios hacia la auténtica doctrina que nos enseñó Jesucristo.Saludos y gracias por tu visita y comentario

ayporquenosoycomodonquijote dijo...

La razón de ser de la Iglesia es Jesucristo. Sin duda.

Y que yo soy indigno seguidor de Jesucristo, también lo tengo fuera de toda duda. Y que dignísimos seguidores de Jesucristo ha habido, como Agustín de Hipona, Francisco de Asís, Teresa de Ávila, Carlos de Foucault y Dorothy Day (y millones más que podrían citarse. Y que empero la Iglesia católica como institución está llena de ambición de poder, de intereses mundanos, de hipocresía en suma, también lo creo.

Buen domingo. Nos vemos. Y gracias compartidas.

ayporquenosoycomodonquijote dijo...

Y que a mí, algunos eclesiásticos diocesanos canariensis -que para mí desde luego son unos perfectos hipócritas, unos redomados hipócritas de tomo y lomo- me han visto "apaleado" y necesitado a la orilla del camino de la vida y, sin embargo, como el levita y el sacerdote de la parábola del buen samaritano, han pasado de largo, también lo tengo muy claro.

Me aburre ya esa gente. Que no me extrañaría nada que encima del daño que me han hecho, me espetaran -tuteándome, por supuesto, en tanto yo habría de tratarlos con respeto reverencial, que para eso son "señores", o se creen tales-: "No juzgues, respétanos, paciencia..."

Por menos, la mayor parte de la gente pasaría de tales hipócritas. De hecho así lo hace.