miércoles, 13 de febrero de 2013

" 'Ergo' pienso, mientras escucho 'Atom Heart Mother', de Pink Floyd"


Virginia W:

Me parece bien su respuesta ( tu respuesta, pues aunque eres mayor que yo largo, ya mujer retirada incluso de su labor profesional en la universidad, aquí en Atrio la gente suele tutearse; no es como en el Vaticano, donde imperan el protocolo y la diplomacia).
Así que conformes con que me parezca bien tu respuesta. Mi comentario se convirtió en una exposición de mi pensamiento, cosa que suelo hacer en Atrio, porque me creo que puede favorecer el diálogo (¿iluso?, ¿pretencioso que es uno?); mientras no me digan lo contrario, lo seguiré haciendo.
Coincido contigo en que el papa Benedicto XVI es un extraordinario intelectual: teólogo, pensador, hombre espiritual… Como no lo he leído en alemán, ignoro si además es un buen escritor. Pero hay quienes lo afirman. Y puesto que lo mismo afirman de Pablo VI, que era un muy fino escritor, amén de sabio teólogo, es de creer, máxime si uno además lo cree de otros autores como M. Lutero o F. Nietzsche: ambos fueron grandes estilistas de la lengua alemana, y yo, que no los he leído en alemán, "por fe" asiento tal afirmación. Solo que mi larga perorata iba más bien en la línea de querer hacer ver que las críticas a la Iglesia en general y al cristianismo en particular de Javier Renobales no son, a mi juicio, desestimables. No siempre las comparto yo mismo, he confesado esto mismo varias veces y siempre que haga falta, pero a mí al menos me sirven, me estimulan a la reflexión…
Salvando las distancias, tal vez sea algo similar a lo que se sostiene desde sectores críticos y lectores cristianos sobre la obra de F. Nietzsche: este, aunque ateo, estimula la depuración teórica y práctica del ethos cristiano. Hasta el extremo de que autores esencialmente influidos por el hecho cristiano como Miguel de Unamuno, José Bergamín y Emmanuel Mounier confesaron en su momento que tuvieron a ese filósofo a un bigote pegado que se llamó Nietzsche como “compañero de viaje” con el que dialogar críticamente.
Saludos.


Guinda: de mi libro Cantada por labios infantiles (Las Palmas de Gran Canaria, colección San Borondón, Museo Canario, 2003), puede convocar o suscitar un cierto gusto estético y a la vez algunos motivos para la reflexión, esta suerte de soneto cuyo título es el del primer verso:

Por tu cara verónica hay paisajes
que yo no tengo. De íntimas palmeras
que yo no tengo. Pero que quisiera,
tan necesariamente como se quiere el aire.

Por las alas y sombras de tu cuerpo
hechos a la medida de mis ojos,
duerme una luz sencilla que ni toco
ni tocaré. Jamás. Luz que recuerdo

no haber tocado, por más que quisieras
que lo hubiera hecho, deseoso como un gran loco.
Por tu cara verónica de íntimas palmeras

sonríe tu sonrisa... Y me disloco,
notando que tus dientes son las eras
del trigo de tu boca, que no es mío tampoco.

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